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Suplemento Economía Domingo 2 de Junio de 2019

La Cobra que te cobra

Se ha desdibujado el ideal de fraternidad, hemos perdido la posibilidad de tener empatía, de ponernos en el lugar del otro. Aunque, contradictoriamente, vivimos esperando soluciones que vienen de otro lado, de otras personas.

Agrandar imagen FOTO ARCHIVO LAGARDE. Una aliada del Gobierno argentino, al menos por el momento.
FOTO ARCHIVO LAGARDE. Una aliada del Gobierno argentino, al menos por el momento.
Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

Nuestra economía y principalmente nuestra civilización occidental ha crecido con la revolución francesa y sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad.

Los dos primeros libertad e igualdad los hemos tenido en cuenta en Argentina desde sus inicios, mucho se ha discutido y se discute sobre estos, pero parecería que en los últimos tiempos nos olvidamos de que todos somos hermanos. La fraternidad es sin dudas el ideal que menos se ha desarrollado en nuestro joven país y en nuestra fluctuante economía. Por el contrario, vivimos de grieta en grieta como si fuera más importante pertenecer a un grupo, a un equipo, a una hinchada que a la Nación, al Ser Argentino. Es que seguramente será negocio para alguno que andemos divididos, pero no nos vamos a referir a dicho negocio hoy.

Queremos hablar de la mirada que tenemos en las cosas, que nos llevan a una falta de fraternidad o de empatía de niveles inimaginados. Si cuando alguien me habla estoy mirando las cotizaciones en el celular o si me preguntan algo y me molesta porque tengo que dejar de stalkear a mis contactos favoritos. O mientas amamanto a mi bebé aprovecho para mirar mi celu, al tiempo que mi bebé trata de conectarse con mi mirada. También cuando en la calle, en el tránsito que no dejo pasar en la esquina a alguien que además de tener prioridad de paso, descubro después, que es mi compañero de trabajo a quien aprecio mucho.

Lo narrado es debido a que perdimos el ideal de fraternidad, perdimos la posibilidad de tener empatía, de ponernos en el lugar del otro. Aunque, contradictoriamente y sin embargo de lo dicho, vivimos esperando soluciones que vienen de otro lado, de otras personas. Milagros y Mesías que nos devuelvan al crecimiento y al éxito.

Así como debemos ser más fraternos, no podemos esperar que la política haga las cosas por nosotros. Tenemos que cambiar la economía ya, y tenemos que cambiarla nosotros. No podemos seguir esperando que el resto las realice por nosotros, ya que esto es lo que muchos políticos quieren, que creamos que ellos nos van a salvar y la verdad es que sólo nos tenemos a nosotros, a nosotros los Argentinos.

Para ello debemos cambiar nuestro modelo de felicidad, o de éxito. Observen a su alrededor y verán muchas personas exitosas que no son felices. Estamos habituados a relacionar felicidad con éxito, pero vemos que muchas personas exitosas y famosas terminan en la desesperanza y en la soledad, como ejemplo citamos solo dos, René Favaloro y Robin William, ambos exitosos, queridos, pero que terminaron trágicamente.

Alrededor encontrarán también a muchas personas sin éxito para los parámetros actuales que son muy felices, quienes nos llevarán a preguntarnos el porqué. Habrá que preguntarles a ellos, pero probablemente hagan las cosas por sí mismos, no esperan ser exitosos en los parámetros del mundo, ayudan a quien lo necesita y no esperan nada a cambio, sonriendo todo el tiempo, como si su felicidad dependiera de que otro sea feliz. Observando descubriremos que vivimos como mendigos sentados sobre un cofre con un tesoro sin descubrir.

Estamos felices cuando hacemos felices a otros. ¿Será por eso que Christine Lagarde, la Cobra que te cobra, nos presto tanto?


#BuenaSaludFinanciera #HaciendoNuevoTodo

@BuenaSaludFinanciera @GuilleBriggiler



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