Por REDACCION
Un contexto económico "altamente
inflacionario, con estancamiento en la generación de empleo" y un
aumento de la "marginalidad social", constituyeron los desajustes
en el desarrollo humano y social de la Argentina durante el último
trienio.
Así lo advirtió un trabajo del Observatorio de la Deuda Social
Argentina presentado hoy por la Universidad Católica Argentina
(UCA) en la sede de esa casa de estudios, en Puerto Madero.
El informe compendia en más de 300 páginas la "inestabilidad
económica, las oscilaciones sociales y marginalidades persistentes
en el tercer año del Bicentenario", es decir, 2012.
Según el documento académico, que relevó la opinión de 5.700
personas en el país, durante los tres primeros años del
Bicentenario argentino (de 2010 a 2012) "se han hecho presentes
tanto una efervescente recuperación en materia socioeconómica,
como una preocupante persistencia de la recesión iniciada a
principios de 2012".
Para la UCA, la "deuda social" es "el conjunto de privaciones
económicas, sociales, políticas, psicosociales y culturales que
recortan, frustran o limitan el progreso" de la gente.
En este marco, el trabajo señaló que entre 2010 y 2012, la
pobreza medida a través de las necesidades básicas insatisfechas
"no presentó cambios significativos".
"Las desigualdades sociales se mantuvieron similares a lo largo
del período, en tanto que fueron los hogares de jefes en empleos
precarios o subempleados, con niños, del estrato social muy bajo y
de villas o asentamientos precarios, quienes presentaron los
valores más altos de déficit", añadió.
Entre los mismos años, las brechas de desigualdad en la
sociedad "se mantuvieron aproximadamente con igual intensidad",
aunque las tasas de indigencia experimentaron una caída, a raíz de
los programas sociales, sobre todo de la Asignación Universal por
Hijo, de acuerdo con el informe.
En cuanto a la situación de acceso a una vivienda digna
registró una ligera mejora en los tres años analizados por el
Observatorio de la UCA, con una leve reducción de la tenencia
irregular de la vivienda: del 13,5 por ciento de los hogares en
2010, pasó al 12,4 dos años después.
También, en el mismo período, se produjo un descenso de 3,1
puntos en los hogares cuyos habitantes manifestaban temor a perder
la vivienda.
Asimismo, los datos relevados por la Encuesta sobre la Deuda
Social Argentina-Bicentenario permiten apreciar una leve mejora
en la reducción del déficit de acceso a servicios domiciliarios de
red, excepto por el del suministro eléctrico, cuya calidad empeoró
en los últimos tres años.
En cuanto a los derechos laborales y la seguridad social, el
informe detalló que el porcentaje de población "económicamente
activa con empleo pleno de derecho" descendió muy poco: de 44,5 a
44 por ciento.
También advirtió sobre la informalidad laboral, que en 2012
alcanzó al 48,2 por ciento de los ocupados, y las "limitadas
posibilidades de acceso a un trabajo decente".
"La alta rotación entre períodos de empleo y desempleo
continúa siendo preocupante", ya que entre 2010 y 2012 el
porcentaje de activos que no tuvo continuidad laboral en el último
año "se mantuvo en valores cercanos al 24 por ciento, mientras que
entre los ocupados, se sostuvo la tendencia de demandar más horas
de trabajo", según la UCA.
El documento académico hizo referencia, asimismo, a la salud
pública: en este punto, resaltó que la percepción negativa sobre
este sector aumentó "levemente" en 2012 respecto de los dos años
anteriores.
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