Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Suplemento Economía Domingo 18 de Agosto de 2013

Inflación y cepo cambiario explican la fuga de votos

PANORAMA NACIONAL

José Calero

Por José Calero

Tras el flojo desempeño electoral en las primarias, la

convocatoria de la Presidenta a debatir el modelo fue bien

recibida por sectores del empresariado, ya que la consideran una

hendija de luz en medio de cierta oscuridad blindada en la que el

oficialismo se movió en los últimos años para tomar decisiones.

El interrogante del sector privado es hasta dónde llega esa

señal de apertura y, en especial, si el Gobierno será capaz de

entender en su amplio espectro el mensaje dejado por las urnas,

sorprendiendo aún en bastiones cristinistas del conurbano

ampliamente regados con "ayuda social". 

En ese escenario de dudas, grandes grupos empresarios de la

Argentina, con excepción de algunos que aún se benefician de la

obra pública y otras políticas de "promoción", toman con pinzas la

convocatoria de la Casa Rosada y creen que no habrá grandes

cambios en materia económica, y mucho menos capacidad para atraer

inversiones. 

La UIA fue de las primeras entidades en salir a elogiar el

llamado, pero sus principales dirigentes acompañaron a Sergio

Massa en las primarias, y uno de sus más influyentes, José Ignacio

de Mendiguren, será seguramente diputado desde diciembre por el

Frente Renovador. 

En la central fabril no olvidan, además, que el secretario de

Comercio Interior, Guillermo Moreno -considerado uno de los

principales ´piantavotos´ en la elección primaria por funcionarios

que no lo quieren- viene torpedeando a la entidad, a la que

ningunea en cuanta oportunidad tiene y tilda de "inútiles" a sus

dirigentes.

"Moreno viene repitiendo que a la UIA no se le cae una idea y

resulta que ahora la Presidenta nos convoca a discutir el modelo,

algo no cierra", se le escuchó decir a uno de los integrantes del

Comité Ejecutivo de la central fabril.

Pero si una enseñanza dejó la elección primaria es que si bien

la política es la gran rectora de las decisiones de Estado, la

economía tiene influencia decisiva a la hora de obtener los

consensos necesarios para llevar las ideas a la práctica. 

Difícilmente un gobierno gane una elección si la economía deja

más preocupaciones que alegrías entre los votantes.

El caudal de voto opositor -casi ocho de cada diez electores no

eligió a dirigentes oficialistas el 11 de agosto- refleja que no

solo la feroz inseguridad preocupa a una ciudadanía cada vez más

crítica de ciertos comportamientos alejados de la normalidad

republicana, y que está preocupada por ciertos bolsones de

corrupción que se ventilan.

La economía argentina se viene deshilachando desde hace tiempo,

porque el oficialismo construyó un ´espejismo´ con los indicadores

y, aún peor, se lo creyó.

Así, a Cristina Fernández le informan que la inflación es del

10%, cuando la gente parece padecer otra del 25%; la persuaden de

que el modelo había logrado bajar la pobreza a un millón y medio

de personas, cuando serían casi 10 millones; le dicen que la

política de subsidios estaba dando grandes resultados, cuando

provocó un agujero fenomenal en las arcas del Estado con

resultados cada vez más licuados. 

También parecen haberle hecho creer que el boom recaudatorio

era producto de un crecimiento descomunal, cuando en realidad

sería más consecuencia del alza de precios y de las distorsiones

que empresas y empleados deben soportar a la hora de pagar

Ganancias.

La noche del domingo fue larga en el bunker del Frente para la

Victoria: ¿Cómo puede ser que con todos los anuncios que hicimos

y la plata que ponemos en el conurbano nos haya ido así?, le

preguntó la jefa de Estado a varios de sus principales

colaboradores.

Ocurrió en el Hotel Intercontinental, al cual hizo regresar a

Daniel Scioli cuando el gobernador ya había enfilado hacia el

helicóptero que lo esperaba en Puerto Madero. 

En ese encuentro estuvieron también Carlos Zannini, Martín

Insaurralde y otro puñado de funcionarios que minutos antes habían

tenido que mostrar cara de feliz cumpleaños en medio de la

derrota, ante un entusiasta grupo de "militantes" todoterreno.

Nadie se animó a responderle a la Presidenta, pero más de uno

cree saber parte de lo que ocurrió y posan su mirada en dos

variables clave: 

- La inflación, que erosiona buena parte del esfuerzo que hace

el Estado repartiendo subsidios por más de 250.000 millones de

pesos anuales.

- El cepo cambiario, que destruyó la capacidad de proteger

ahorros dejando a millones de argentinos a tiro de devaluación y

puso en terapia intensiva a la construcción, el sector al que

mejor le estaba yendo.

A esto se suma que la actividad privada dejó de crear empleo

desde hace más de un año y que la posibilidad de perder el trabajo

comenzó a ascender en la lista de preocupaciones de los

argentinos. 

El gobierno tiene también otros problemas: la semana próxima

las reservas quedarían por debajo de los 37.000 millones de

dólares, y antes de que termine el 2013 probablemente se ubiquen

por debajo de los 35.000 millones, porque deberán destinarse otros

2.500 millones a pagar deuda. 

No es el único problema macroeconómico severo: las

importaciones de gas y combustibles avanzan hacia el récord de los

13.000 millones de dólares, mientras el precio de los combustibles

aumenta semana tras semana.

La pérdida de 4 millones de votos en dos años y el hecho de que

el kirchnerismo haya sido derrotado en 13 distritos en las

primarias abrieron numerosos interrogantes en la Casa Rosada, que

tiene apenas dos meses para revertir o atenuar el resultado

adverso.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso