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Suplemento Economía Domingo 15 de Julio de 2012

¿Idiosincrasia especulativa o falta de reglas claras?

Con la crisis mundial agravándose, el país necesita recuperar la confianza para fortalecer la inversión.

Lic. Alfredo Koncurat

Por Lic. Alfredo Koncurat

Si bien durante el actual período la inversión jugó un preponderante rol, haciendo que la economía creciera a tasas chinas y llevando al país a perfilarse a toda máquina con vertiginoso dinamismo en la industria, la construcción y con ello la actividad interna y sus exportaciones, la misma no ha sido lo suficiente, o al menos no lo necesario para auto sustentar un relevante dinamismo perdurable.

Muestras de esto son las actuales alarmas en diferentes sectores que a falta de perspectivas han “clavado los tacos” y hoy ya dan muestras de sombrías performance. Todo indica que el año no será bueno, la inversión se ha frenado y con ello la demanda de empleo; para muchos lo peor está por venir.

¿Faltan reglas o especulación histórica? Detractores opositores del Gobierno asegurarán que el oficialismo no ha podido en estos años crear el microclima necesario para incentivar la inversión, pilar del crecimiento económico de cualquier país.

La falta de reglas claras, idas y vueltas, marchas y contramarchas anegan la tierra que se requiere para que germinen proyectos productivos generadores de riqueza y mano de obra.

Por otro lado, oficialistas al modelo justificarán que sectores privilegiados siempre se “acovachan” en inversiones conservadoras, aprovechan ciclos y especulan en posiciones cautelosas y no productivas.

¿Cuál es la causa y cuál la consecuencia entonces? La verdad es que algo de ambas cosas repercuten en la realidad: por un lado es difícil para los empresarios tomar riesgos cuando es imposible prever mínimamente sus escenarios, y por otro es cierto que ante las primeras tomas de ganancias la mayoría se posicionó en inmuebles, activos no productivos que no generan riqueza ni mayor dinamismo económico en el mediano plazo.

La muestra es patente, en los últimos 10 años en el país la inversión en construcción predominó, y en promedio ronda el 60% del total, dejando el 40% restante a inversión en equipos y maquinaria.

El desafío pasa entonces por reavivar la inversión productiva, un objetivo por demás difícil en la actualidad con la moneda tan cara y la inflación tan alta.

Es que en estos años con el fortalecimiento de la economía la revaluación de los activos fue inmediata y el peso como moneda local no fue la excepción. Esta apreciación de la moneda nacional que nos permite ser “ricos en el mundo” fue limando poco a poco la competitividad lograda con la brusca devaluación y comercio primero e industria después ven mermar sus tasas de rentabilidad.


LAS PYMES, LAS PEOR PARADAS

El escenario sin lugar a dudas trae alarmas y preocupación, y las empresas chicas son las más vulnerables a la presente amenaza.

Hoy no hay PyME que no sufra los encarecimientos exacerbados de sus costos fijos: alquileres, cargas sociales e impuestos hacen ineludiblemente replantear estrategias y en la zaranda muchos quedarán en el camino.

No tenemos opción, en la etapa de sintonía fina argentina tiene la obligación de madurar y fortalecer la inversión de actividades productivas, generar reglas claras y dejar de lado especulaciones mezquinas.

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