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Suplemento Economía Domingo 11 de Marzo de 2012

Financiar al Estado: inspiración inglesa

Hay que remitirse a la historia de Inglaterra, el primer país del mundo que creó su propio Banco Central.

Redacción

Por Redacción

La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, defendió en el Congreso el proyecto que amplía facultades a la autoridad monetaria y destacó que “los bancos centrales se crearon para financiar al Estado”.

El sitio Chequeado.com que está especializado en el análisis de la veracidad del discurso público brindó un breve repaso histórico de la creación del primer Banco Central en el mundo, el Banco de Inglaterra, que permite justamente afirmar que la frase de la funcionaria es cierta.

Refiriéndose a la creación del Banco de Inglaterra en 1694, a la que señala como la tercera gran innovación financiera del siglo XVII (el Amsterdam Exchange Bank y el Swedish Riskbank son las otras) Niall Fergusson, reconocido historiador británico, afirma: “Diseñado primariamente para asistir al gobierno en las finanzas de guerra (al convertir una parte de la deuda del gobierno en acciones del banco), el Banco fue dotado de privilegios distintivos. Desde 1709 fue el único banco al que se le permitió trabajar en base a participación en capitales, y desde 1742 se estableció un monopolio parcial sobre la emisión de papel moneda, una forma distintiva de pagaré, que no generaba interés, con el objeto de facilitar pagos sin que ambas partes necesitaran disponer de cuentas corrientes” (Niall Ferguson: “The Ascent of Money - A financial history of the world”. The Penguin Press, New York, 2008).

En 1694, ante la reticencia de los orfebres de Londres, disgustados por las guerras contra Francia y España y temerosos de que los reyes no reconocieran las deudas de sus antecesores, los Estuardo; se produjo una conjunción entre la Casa Real y los grandes comerciantes de la ciudad, también ansiosos de crédito. Al respecto, el historiador francés y especialista en historia económica, Pierre Villar, destaca: “En 1694, cuando a los comerciantes se les solicitó prestar al Rey la suma de 1.200.000 libras esterlinas, lo hicieron por intermedio de un nuevo organismo: el Banco de Inglaterra”, una sociedad por acciones. Y agrega: “Pero esto fue seguido -muy bruscamente, en pocos meses- de una violenta suba de precios, relacionada por un lado con la brusca inyección de crédito que representó el préstamo de las 1,2 millones de libras al Rey y los billetes correspondientes librados por el Banco a sus acreedores, y por otro lado con la crisis de subsistencias de 1693-94 que hizo saltar los precios de los alimentos por todos lados” (Pierre Villar: “Or et monnaie dans l histoire", Flammarion, París 1974).

Poco queda de los fines originales con que el Banco se creó. Según se indica en su página web, “el Banco de Inglaterra es el banco central del Reino Unido. (...) El Banco, fundado en 1694, nacionalizado el 1 de marzo de 1946, ganó independencia en 1997 (N. de la R.: durante el gobierno laborista de Tony Blair). Ubicado en el centro del sistema financiero del Reino Unido, el Banco está comprometido con la promoción y el sostenimiento de la estabilidad financiera como su contribución a una economía saludable.”

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