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Suplemento Economía Domingo 11 de Diciembre de 2022

Estado nacional, ¿para qué?

La dimensión que debe tener el sector público es materia de discusión permanente, más aún en la Argentina donde el concepto de "Estado presente" amplía su tamaño, encarece su funcionamiento sin lograr mayor eficiencia.

Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

Con una administración económica que nos deja sin reservas, con inflación, presión impositiva agobiante, pobreza y desempleo, en el marco de un Estado sobredimensionado en sus funciones, nos lleva indefectiblemente a una discusión del tamaño de este y cuál debería ser su intervención en la economía.
Desde que nacemos lo hacemos bajo la órbita de un Estado nacional al que se nos enseña a querer, respetar y defender, aún en estos tiempos donde las instituciones se encuentran devaluadas y nos encontramos inmersos en una lucha de poderes, principalmente entre el Ejecutivo y el Judicial, enfrentamiento que flaco favor le hacen a la economía del país. Cuando el intervencionismo del sector público, comienza a afectar la vida de los ciudadanos vía inseguridad, pobreza y desempleo, vuelve la discusión sobre el tamaño y funciones de debe tener.
El hombre, desde su origen en los tiempos, necesitó la protección de una familia, el ser humano al nacer es muy débil y al no poder valerse por sí mismo necesita, por muchos años, del núcleo familiar para crecer y desarrollarse física, mental y espiritualmente, para poder enfrentar la vida y sus dificultades. De aquí que la existencia de las familias es anterior a la existencia del Estado, por lo que también sobrevivirá a estos. Allí podemos observar también que los ataques que sufre la institución familiar tienen por interés debilitarla para dejar a los miembros más desprotegidos, frente a los intereses de individuos más poderosos. Con el trascurrir del tiempo, las familias formaron clanes y posteriormente crecieron entrando en conflicto entre sí, esto dio lugar al surgimiento de los gobiernos para poder vivir en lo que hoy llamamos, Estado de Derecho, una sociedad regida por leyes que busca el bien común.
El citado fin, bien común, es muy amplio por lo que tendremos que definir este y así llegaremos a una nueva discusión, cuán grande debe ser el Estado y qué funciones debe abarcar. Como los estados tienen más de cinco mil años de historia, ya pasaron muchas formas de organizarse y tenemos modelos que observar, analizar y evaluar. Muchos de estos siguen vigentes hoy, no solo la democracia, que sigue siendo el mejor modelo que encontramos, también siguen existiendo monarquías, gobiernos teocráticos y dictaduras, entre otros.
Al observar la historia y el presente de las formas de gobierno, podemos ver que los gobiernos de mayor tamaño, en especial los genocidas gobiernos comunistas, que se inmiscuyen en la mayor cantidad de funciones posibles, intentando reemplazar a las familias y masificando al individuo, para que pierda las características de individualidad y originalidad, obtienen por resultado, no solo el desastre en sus economías, sino que arrasan también con las almas de sus miembros.
Simplificando, sin Estado no se puede progresar y con un Macroestado tampoco. ¿Dónde está el equilibrio? Este lo encontramos en el principio de subsidiariedad. El mismo consiste en que solo debe confiársele a la entidad superior, aquellas necesidades que no pueden ser satisfechas eficientemente por las unidades inferiores, pasando del individuo, a la familia, al clan, al barrio, al Estado Municipal, Provincial, Nacional y Organismos Internacionales, para intentar abarcar todo el espectro. Siendo la defensa del territorio y la justicia, los dos primeros que deben ser cubiertas a mayor escala de organización y el resto dejarlo en manos de las de menor jerarquía. Podríamos encontrar como ejemplo de subsidiariedad, cuando nuestro país se estaba formando y la educación no era alcanzada por todos, intervino el Estado en la educación formal de los individuos y tuvo éxito, siendo el primer país del mundo en acabar con el analfabetismo. Sin embargo, hoy nuestros niveles educativos no están entre los mejores del mundo, por lo que debería reverse la continuidad de la intervención en la materia, intentando bajarla, según el mismo principio, a entidades de menor nivel.
La razón de ser del Estado, será entonces, la defensa del más débil, de aquel que no pueda satisfacer sus necesidades solo y que las instituciones que lo cobijan, familia, amigos, vecinos, no puedan ayudarlo. Es aquí donde tiene cabida el Estado, para darle los medios para que progrese y entregarle las herramientas para que alcance las mismas posibilidades que el resto, protegiendo a los más débiles y defendiendo principalmente el derecho a la vida, la libertad y la propiedad.

#buenasaludfinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

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