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Suplemento Economía Domingo 9 de Octubre de 2011

EL PEOR ALUMNO CON EL MEJOR RENDIMIENTO

Christine trata de entender a Cristina… Además, señala que es el país del Cono Sur con el ingreso por habitante más alto y donde los niveles de desigualdad y pobreza son menores. Así y todo insiste con su política de ajuste, aunque ahora pide que no debilite la cohesión social.

Redacción

Por Redacción

La Argentina, el alumno desobediente del Fondo Monetario Internacional y el mismo que hace más de ocho años se viene oponiendo sistemáticamente a aceptar las políticas de ajuste fiscal y monetarias que propone este organismo, encabeza el ránking de crecimiento de la región y se ubica entre las tres economías más dinámicas de todo el continente americano. Además, hay otros datos relevantes que refleja el FMI: la Argentina –con U$S 15.901 anuales– tiene el ingreso per cápita de América del Sur y es el país con menor nivel de desigualdad de toda la región. Lo llamativo es que estos datos no son los que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de la Argentina, sino que corresponden a un informe estadístico elaborado por el propio FMI en base a datos de Bloomberg Financial, del Banco Mundial, del World Development Indicator, y de los técnicos del organismo.

El trabajo denominado “Perspectivas Económicas: las Américas, vientos cambiantes, nuevos desafíos de política”, que se hizo público ayer en Washington, contiene las clásicas críticas tácitas al Indec al afirmar que “las autoridades se han comprometido a mejorar los datos oficiales”, y en sus consecuentes reclamos de ajuste para la región. No obstante, dan como válido que la Argentina fue el país que más creció en el último lustro con un alza promedio del PBI del 7,2%, y sólo ubicado detrás de República Dominicana, que consiguió el 7,5 por ciento. Una de las novedades del informe es que agrega datos sociales. En este marco, el documento muestra que, medida por el Coeficiente de Gini, la Argentina es el país con menor nivel de desigualdad de la región, con un puntaje de 44,3; mientras que su mayor socio comercial, Brasil, mantiene un nivel de 53,7. La escala del Coeficiente de Gini va de cero a cien, y cuanto más cercano a cero, menos desigual se considera a un país. En tanto, para el FMI la tasa de pobreza más baja de la región corresponde a Uruguay, Chile y la Argentina. El FMI, que mide la pobreza como “la proporción de la población que gana menos de U$S 2,50 diarios”, consideró que la Argentina tiene una tasa del 6,6%, mientras que del otro lado de la cordillera es del 4,3 por ciento.

En este ítem, Uruguay lleva la delantera con una tasa de apenas el 3,4 por ciento. La misma tasa trepa al 15,1% en el caso de Brasil, al 33,1% en Bolivia, y el 20,6% en Paraguay.

El informe consigna llamativamente la opinión de las calificadoras de riesgo Moody’s, S&P y Fitch, que están siendo cuestionadas mundialmente porque no supieron predecir la crisis financiera que estalló en 2007 con las hipotecas subprime en los Estados Unidos. La Argentina figura con la nota “B”, la más baja de la región, castigada por el default decretado a fines de 2001.

El extenso informe de más de 100 páginas contiene las mismas proyecciones para el país que figuraron en el mencionado WEO, así como las consideraciones sobre inflación y políticas económicas, con las opiniones ortodoxas del equipo de investigaciones que lidera el director del Departamento Occidental del Fondo, el chileno Nicolás Eyzaguirre. El trabajo coincide en que hay que “mantenerse atentos a un posible sobrecalentamiento”, aunque reconoce que “dado el deterioro de las perspectivas mundiales, se debería hacer una pausa en el proceso de contracción monetaria en aquellos países donde las autoridades cuenten con marcos de política creíbles y donde las expectativas de inflación están bien ancladas”. La visión se contrapone con la del gobierno, que plantea que países como la Argentina no están en el límite potencial de crecimiento, y que por el contrario promueven políticas expansivas generadoras de empleo, para continuar con el desarrollo. Sin embargo, hay un dato llamativo: por primera vez el FMI plantea la posibilidad de “hacer un ajuste fiscal con cohesión social”. Aunque los conceptos parezcan contradictorios, el Fondo asegura que “la composición fiscal del ajuste fiscal se debe diseñar cuidadosamente de manera que no sólo no debilite el crecimiento potencial de la economía, sino que a su vez proteja a los pobres y sea compatible con la cohesión y la inclusión social.

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