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Suplemento Economía Domingo 8 de Noviembre de 2020

El faro económico

A la economía le hacía falta un faro, que podía ser una conducción política fuerte y unificada, un plan económico, o por qué no, un programa de país a largo plazo.

Agrandar imagen FOTO ARCHIVO FARO. Es imprescindible para navegar seguro hacia un país mejor.
FOTO ARCHIVO FARO. Es imprescindible para navegar seguro hacia un país mejor.
Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

Se tranquilizó el mercado con las medidas tomadas, un mínimo giro a la ortodoxia económica y los resultados están a la vista. Vivíamos en un escenario de enorme gasto público cubierto con emisión, alta liquidez de pesos en plaza, tasas de interés bajas y pérdida de reservas. A la economía le hacía falta un faro, que podía ser una conducción política fuerte y unificada, un plan económico, o por qué no, un programa de país a largo plazo.
La falta de este faro hizo que la brecha entre el dólar oficial y el libre supere el cien por ciento, decíamos que era alta pero no mermaba, al contrario, crecía. Parte de esta diferencia se explicaba por los inconvenientes políticos que vemos en la coalición gobernante, diferencias entre funcionarios, y entre los sectores que los apoyaban y otros que sacan provechos de las divisiones y la confusión, para intentar imponer ideas foráneas y en muchos casos, como el de la toma de terrenos, totalmente obsoletas y ya superadas en el resto del globo. Si bien es una realidad que hay problemas de vivienda en el país y la gente se hacina en las ciudades, esto ocurre, no por falta de tierra, sino por falta de trabajo. El faro debe ponerse en los pueblos del interior y generar medios de subsistencia para que las familias encuentren ahí, lugares de desarrollo para que se reviertan las migraciones internas. Entregar terrenos no es la solución, generar inversiones que den trabajo es el camino, así como ordenar la macroeconomía para que se estabilice el peso y se fortalezca el mercado de capitales en esta moneda, que permita el crédito a largo plazo.
Los faros son fuertes y firmes, se construyen agarrados a las rocas, las medidas tomadas no lo son. Apenas constituyen un primer paso, se retiraron pesos excedentes vía endeudamiento del tesoro y se subió la tasa en el mercado para evitar el financiamiento por debajo de la inflación, que empujaba a reservar los ahorros y tomar deuda, que parte iba al dólar y parte a los precios por estimulación de la demanda.
Cada faro se expresa, comunica, dando un mensaje distinto a los otros faros, para poder orientar y decirles a las naves donde están, tres pasadas, dos cortas y una larga, por ejemplo. Acá el giro de la economía nos dice que van hacia la ortodoxia, disminuirán el gasto público bajando el déficit fiscal a cero en cinco años, subirán tarifas y eliminarán los subsidios que nacieron con la pandemia -como el ATP, que terminaría en diciembre-. Este mensaje es para el FMI -el martes llega una nueva misión para discutir el nuevo acuerdo-, que mandaría un nuevo desembolso que reconstituiría en parte las reservas del BCRA.
También el faro da mensajes, acá se dio uno sobre la propiedad privada autorizando los desalojos. Esto fue importantísimo, porque orientó e iluminó. Con propiedad privada podremos pensar en nuevas inversiones que generen empleo, base tributaria y riqueza en el país para poder distribuirla. La economía real en los próximos meses estará recuperándose, aunque no alcanzará a los valores pre pandemia, es decir el PBI caerá y al recuperarse no llegará a niveles del 2019. Los motivos de estos son variados, hay sequía, por lo que cosecharíamos y exportaríamos menos. Las importaciones deberán seguir restringidas, haciendo que haya menos productos que utilizan insumos importados y en la sustitución de estos encontraremos, menos opciones, productos más caros y de menor calidad. Además, no habrá aumentos salariales por encima de la inflación, por lo que el consumo seguirá reprimido en el mediano plazo.
Una buena: no habrá viajes al exterior por vacaciones, por lo que todos los argentinos que antes gastaban su dinero en los países vecinos principalmente, realizarán sus consumos en el país, esto ayudará, al menos un poco, a las alicaídas finanzas de los centros turísticos locales, siempre que se autoricen los protocolos para vacacionar.
Son faros también, nuestras creencias, nuestros padres, nuestros próceres, nuestra religión. No es que tengamos que ser iguales, es seguir sus señales, iluminarnos a su luz. Las otras economías del mundo nos iluminan también o nos muestran su oscuridad, elijamos el camino de la nuestra siguiendo la luz.

#BuenaSaludoFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler


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