Por José Calero
El
mercado cambiario marginal alcanzó a tocar finalmente el "dólar
Messi", de 10 pesos, y reavivó el debate entre gobierno y
oposición sobre si adoptar o no políticas para llevar algo de
racionalidad y orden a un mercado cambiario vertiginosamente
impredecible.
El nuevo récord es producto de una suba que día tras día se
venía produciendo pero que ahora, al quedar a tiro de dos dígitos,
provocará un ruido político de mayor envergadura.
Tras llegar a semejante nivel, que genera múltiples
distorsiones en la economía, aparecieron dólares siempre de dudoso
origen para bajarlo algunos centavos.
Pero siempre la cuenta diaria termina arrojando un alza neta
que el gobierno prefiere ignorar, aunque el tema viene siendo
seguido minuto a minuto por las más altas esferas gubernamentales
y hasta despertó quejas del Uruguay.
En el mercado hay convencimiento de que sería "suicida" a pocos
meses de las elecciones que el gobierno blanqueara la necesidad de
una devaluación.
Pero por otra parte faltan más de cinco meses para las
elecciones y a este paso el dólar "blue" puede terminar en
cualquier nivel para cuando se realicen los comicios.
¿Tiene impacto sobre el humor electoral el alza del dólar? En
el gobierno consideran que es un problema que afecta a una porción
mínima de la población, y que mientras no se traduzca en una
devaluación de la divisa a nivel oficial, no habría problemas.
En sectores de la oposición sostienen que el retraso cambiario
que padece la Argentina está afectando con fuerza a sectores
industriales y generadores de mano de obra, por lo que comenzaron
a impulsar una devaluación del 40 por ciento.
En los últimos días la presidenta Cristina Fernández habría
mantenido distintas reuniones con las múltiples espadas de su
gobierno que opinan sobre economía en el país.
El problema es que casi ninguno de esos espadachines tiene el
suficiente margen de poder para imponen una medida, y en muchos
casos se neutralizan entre sí.
Desde hace tiempo se señala que existen al menos tres
corrientes diferenciadas en el seno sobre qué hacer con la
política cambiaria:
- Una la lidera el secretario de Comercio Interior, Guillermo
Moreno, partidario de darle un "escarmiento a los especuladores" y
poner reservas que terminen planchando el dólar blue y haciendo
perder mucho dinero a quienes apostaron a una divisa alta.
- Otra es la que encabeza el viceministro de Economía, Axel
Kicillof, más proclive a aplicar una solución de mercado
representada en un desdoblamiento cambiario, por el cual habría un
dólar para turismo y otras operaciones, y otro financiero.
- La tercera opción es "no hacer nada". Es por la que hasta
ahora se ha venido inclinando la presidenta Cristina Fernández y
es avalada por la titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont.
Pero la decisión de no hacer nada podría representar un riesgo:
que en pocos meses la Argentina pase del "dólar Messi" al "dólar
Ginóbili", por el número "20" que el genial basquetbolista
argentino de San Antonio Spurs lleva sobre su espalda.
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