Por Redacción
Desde enero de 1993, la Argentina sumó más de diez recesiones y la recuperación de la economía demoró, en promedio, 24 meses, si bien cada uno de esos retrocesos de la actividad tuvo características propias. De acuerdo con un informe de GMA Capital, si la actividad económica fuera comparable con la salud, la Argentina "está postrada hace más de una década. El nivel de PBI se encuentra estancado. Y no sólo no crece desde 2011, sino que cuando amaga con mejorar, se mueve como un serrucho ".
Según el reporte, la recesión más profunda se vivió tras la salida de la Convertibilidad, sin contemplar la crisis de 2018, cuya recuperación jamás se dio porque en febrero de 2020 la pandemia irrumpió.
Así, la experiencia que comenzó en diciembre de 2000 necesitó 47 meses para volver al nivel de PBI inicial: experimentó 15 meses de caída libre con una baja de 18% desde su máximo, que implica una merma de 1,3% mensual hasta su piso, puntualizó la empresa. Y añadió que la salida de la pandemia en 2020 fue la experiencia con menor duración, aunque a costas de un fuerte impacto inicial: en tan solo tres meses, la economía se contrajo un 25% hasta el mínimo de la crisis, que configuró una media mensual del 9%.
Debido al cimbronazo del comienzo, la suba fue igual de acelerada y en tan sólo 1,5 año el nivel de actividad regresó al vigente en la previa de la pandemia, una "salida en V", puntualizó GMA Capital. Además, señaló que otras experiencias más moderadas muestran comportamientos en "W", como 2008 y 1995: la actividad, luego de alcanzar mínimos y corregir en el margen, vuelve a caer antes de recuperarse.
Por último, las salidas en "U" (2013-14 y 2015-16) fueron las que más suavizaron la caída, pero también el despegue.
El informe detalló también que la experiencia más reciente, y que aún se está transitando, comenzó a partir de julio de 2022: tocó un primer piso en mayo de 2023 por la sequía.
Posteriormente, la cercanía con las elecciones incentivó a las autoridades a hacer política fiscal y monetaria expansiva para empujar aún más la demanda agregada. "Pero la borrachera de los desequilibrios terminó de manera abrupta luego de los comicios. Y la resaca inflacionaria, luego de que la gestión anterior emitiera más de 25% del PBI en cuatro años, no se hizo esperar. No fue sorpresa que Argentina fuera la economía con mayor inflación mundial en 2023", enfatizó.
En la actualidad, el consumo, la producción y la inversión se han derrumbado a un nivel sin precedentes como consecuencia de la devaluación del 118%, una inflación acumulada en los dos primeros meses de gestión de casi el 50%, que en febrero, se pronostica, será de más del 15%. ¿Dónde está la luz que anticipa el final del túnel recesivo?
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