Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Suplemento Economía Domingo 19 de Agosto de 2012

Consultoría organizacional

El asesoramiento especializado permite solucionar problemas o mejorar los procesos en las organizaciones.

Germán Ciceri

Por Germán Ciceri

En notas anteriores he abordado diferentes temas relacionados a la gestión y dirección de proyectos. El día de ayer, en este mismo medio, la consultora que dirijo publicó una gacetilla corporativa en la que se presentaban los múltiples servicios que aborda; nota que hoy quiero retomar para profundizar las características de la labor de la consultoría, como una herramienta para alcanzar los objetivos fundamentales y mejorar las prácticas de gestión dentro de distintas áreas de la organización.

Tengo la intención de compartir mi opinión de la forma más imparcial posible acerca de los beneficios relacionados con la contratación de una agencia o tercero que se encargue de brindar servicios de consultoría a empresas.

Dos frases muy conocidas del empresariado reza: “Un consultor es aquel a quien se le paga mucho dinero para que te diga algo que ya sabés” y "¿Qué puede aportarme un consultor externo que no me aporte alguno de los profesionales que trabajan dentro de la empresa?"

Por eso, pequeños y medianos empresarios se resisten a contratar servicios de consultoría. Pero ¿quién es exactamente un consultor, cuál es su origen y qué es lo que puede aportarle a una empresa?

En la Edad Media, era común el término “Consultor del Santo Oficio”, que según el diccionario de la Real Academia Española respondía a la siguiente descripción: “Ministro de este Tribunal eclesiástico, que antiguamente asistía a las vistas y daba su parecer antes que el ordinario, y últimamente sólo servía de suplente, en ausencias y enfermedades, a los abogados de los presos pobres”. Aunque esta descripción en nada se asemeja a lo que actualmente asociamos a la imagen del consultor, sí marca una referencia semántica cuando afirma que “daba su parecer”.

En la actualidad la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) define la consultoría de empresas como un “servicio prestado por una persona o personas independientes y calificadas en la identificación e investigación de problemas relacionados con: políticas, organización, procedimientos y métodos; recomendación de medidas apropiadas y prestación de asistencia en la aplicación de dichas recomendaciones…”. La consultoría como servicio profesional y método para introducir cambios no se limita a un tipo particular de organización o de situación económica o empresarial.

Algunas de las características que deben destacarse de la consultoría:


* Es un servicio independiente, lo que implica imparcialidad a la hora de recomendar qué medidas ha de adoptar la organización cliente, esta visión externa a la entidad aporta aspectos novedosos y sin interferencias de acciones pasadas.

* El consultor actúa con responsabilidad, asesorando el área o actividad en la que se realiza el trabajo, interviene como promotor de cambios y debe asegurar la máxima participación del cliente en todo lo que hace.

* Es un trabajo basado en el análisis de hechos concretos y en la búsqueda de soluciones originales, pero factibles.

* Por último, es necesaria una cooperación mutua entre consultor-cliente y que la dirección de la empresa debe comprometerse en resolver las problemáticas para lograr que el resultado final sea exitoso.


El proceso de consultoría se lleva a cabo conjuntamente entre el consultor y el cliente con el objetivo de solucionar un problema concreto, aplicando los cambios necesarios para lograr resultados esperados. Este proceso tiene un inicio y un fin, empieza cuando se establece la relación, continúa con el desarrollo del trabajo y termina con la culminación del proyecto.

A su vez, el proceso se puede subdividir en varias etapas, lo que lleva al consultor y a su cliente a ser metódicos y organizados en el desarrollo del trabajo, siguiendo una lógica y respetando los tiempos pautados. Las fases por la que transcurre el proceso de consultoría son: la iniciación, que comienza con la realización de una auditoría previa, la cual es muy importante y necesaria para detectar y diagnosticar en qué situación se encuentra la empresa; luego, se avanza hacia la planificación de la propuesta de trabajo, donde se detalla la metodología a seguir, los tiempos y recursos necesarios. Por último, se procede a la aplicación del plan, llevando un control y seguimiento de las actividades.

La decisión de contratar un servicio de consultoría normalmente es una combinación de razones, pero siempre parte de una necesidad. Algunos factores serían: que la organización no posee la capacidad interna, a la empresa le resulta difícil prevenir problemas y volver eficientes los sistemas implantados con anterioridad o el costo de generar soluciones adentro sobrepasa el costo de consultar externamente; otras causas, están dadas porque se necesita una opinión diferente e independiente o porque no se cuenta con el tiempo necesario para resolver la problemática.

Podemos concluir que el objetivo de la consultoría es ofrecer un servicio en calidad de asesoramiento al empresario, para la solución de problemas o mejora en los procesos de su organización, el cual es considerado un recurso necesario en estos tiempos de mayor complejidad. Asimismo, está demostrado que el servicio de consultoría aporta un gran valor añadido a la gestión de la organización, independientemente del tamaño de la empresa, contribuye en el proceso de toma de decisiones, aporta herramientas técnicas y procesos innovadores, puede reactivar o poner en marcha negocios que sin este asesoramiento estarían gastando mucho tiempo y dinero en intentar dar con la solución y ofrece soluciones reales y tangibles que mejoran el rendimiento.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso