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Suplemento Economía Domingo 8 de Septiembre de 2013

Cambios en Ganancias suben la presión fiscal

"La rebaja de Ganancias a un grupo de asalariados compensando con aumentos de otros impuestos es una reforma técnicamente pobre", según Idesa.

REDACCION

Por REDACCION

El gobierno introdujo un nuevo ajuste a los deducibles del impuesto a las ganancias de los asalariados con el objetivo, como en los casos anteriores, de morigerar el aumento espurio en la presión impositiva que produce la inflación. En esta ocasión, los cambios fueron instrumentados con mucha improvisación y desprolijidad técnica, según consideró el Instituto de Desarrollo Argentino (Idesa) en su informe semanal.

"Además, se acompañan con un proyecto de ley que propone gravar la renta financiera de las transacciones que se ejecuten por fuera de la bolsa de valores y la creación de un impuesto específico a la distribución de utilidades de las sociedades", subraya la consultora con una visión decididamente crítica de la medida impulsada por el Gobierno tras las elecciones primarias donde perdió un importante caudal de votos en relación a las presidenciales de 2011 -cuando había conseguido el famoso 54 por ciento-.

Para Idesa, en el nuevo impuesto a la renta financiera "se propone una alícuota de 15% y para la distribución de utilidades de las sociedades se propone una alícuota de 10%. En este último caso, hay que tener en cuenta que las ganancias de las sociedades ya están gravadas con una alícuota del 35%. Por lo tanto, el nuevo impuesto a la distribución de utilidades de las sociedades se superpone con el actual impuesto de las ganancias a las empresas. Así, las empresas en Argentina pasarán a pagar 45% de impuesto sobre las utilidades".

Más adelante sostiene que "es interesante comparar la tasa de impuesto a las ganancias que se aplica a las sociedades comerciales en la Argentina respecto a países vecinos". Según relevamientos de leyes impositivas que periódicamente realiza el Banco Mundial se observa que:

· En Uruguay, el impuesto a las ganancias de las sociedades es de 25%.

· En Chile, el impuesto a las ganancias de las sociedades es de 20%.

· En Brasil, el impuesto a las ganancias de las sociedades es de 15%, con un 10% adicional para los ingresos superiores a los 240 mil reales.

"Estos datos muestran que el cambio propuesto casi duplicará la alícuota del impuesto a las utilidades de las empresas argentinas respecto a la de los países vecinos. El tema es relevante ya que el impuesto a las ganancias es uno de los factores más importantes a la hora de evaluar la viabilidad de los proyectos de inversión. Hasta en Brasil, país que le sigue a la Argentina en nivel de presión tributaria y en impuestos distorsivos, la alícuota del impuesto a las ganancias llega al 25%", afirma el trabajo de Idesa.

Agrega que "en un contexto donde el avance tecnológico facilita las comunicaciones, es previsible que con este aumento de impuestos se profundicen las tendencias a concentrar las inversiones en Uruguay, Chile y Brasil, para vender los productos en Argentina con un mínimo valor agregado producido dentro del país".

La reforma de ganancias propuesta por el Gobierno "está técnicamente mal diseñada y contiene una alta dosis de hipocresía", expresa la consultora. "En primer lugar, porque es de cobertura parcial (alcanza sólo a los asalariados en el rango de remuneraciones de $8.000 y $12.500 y, en menor medida, a quienes ganan entre $12.500 y $20.000) discriminando al resto de los asalariados y a todos los trabajadores autónomos", explica. "En segundo lugar, porque su impacto es transitorio ya que la inflación seguirá haciendo que los “beneficiados” rápidamente dejen de serlo. En tercer lugar, porque toda la sociedad sufrirá las consecuencias del desaliento a la inversión que genera una desproporcionada presión impositiva sobre las utilidades de las empresas", puntualiza.

En su conclusión, el informe señala: "Para que la reducción de la presión impositiva sea genuina tiene que formar parte de un plan para mejorar la calidad en la gestión del Estado. Alcanzaría con eliminar algunas de las muchas irracionalidades que abundan en las decisiones de gasto público para generar el espacio fiscal requerido a fin de reducir impuestos. Con mucha rapidez se puede terminar con los subsidios más disparatados, como los de Aerolíneas Argentinas y el resto de las empresas públicas deficitarias. Con un poco más de sensatez y profesionalismo se pueden eliminar los subsidios a la energía y al transporte urbano, complementando con tarifas sociales para no perjudicar a los hogares más pobres".

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