Por REDACCION
Con un abordaje completo sobre los temas centrales de la agenda de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), que van desde el crédito, hasta los vínculos con los distintos estamentos del Estado y las grandes empresas o el dilema de crecer o no crecer, apareció el marzo pasado el último trabajo editorial del periodista Nino Fernández. "Pymes que crecen -a pesar de-" es el título de la obra en la que se analiza principalmente desde el 2003 hasta la actualidad un poderoso sector productivo, según las cifras que ofrece el autor: "Son casi el 99 por ciento de las empresas del país. Participan con algo menos de la mitad del producto bruto interno (PBI) y son responsables del setenta por ciento del empleo privado, razón suficiente para que la mayoría de los gobiernos busque seducirlas con políticas a medida".
Fernández, quien escribe desde 1998 en el suplemento económico de Clarín y que ha cosechado diversos premios a nivel nacional e internacional por su trayectoria en la temática de la pequeña empresa, invitó a prologar su libro al autopartista rafaelino, José Luis Basso, presidente del Grupo Basso S.A. y que acumula una destacada participación en organizaciones gremiales empresarias.
Con 10 años como miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), el empresario de esta ciudad se apoyó en la historia de la empresa productora de válvulas para motor que nació modestamente en Rafaela hace 50 años pero que creció al punto que hoy abastece a compañías como Ferrari, Peugeot, John Deere o Harley Davidson pese a tener la planta en "el interior del interior".
"Durante muchos años, los especialistas consideraron que el árbol de Basso S. A. no estaba en el lugar ideal. Sus plantas productoras de válvulas estaban asentadas en Rafaela, en el interior del interior argentino, lejos de los centros de extracción de la materia prima y de las grandes ciudades –Buenos Aires está a quinientos kilómetros–, y a años luz de las mecas de la industria automotriz: Estados Unidos, muchos países de Europa y Japón", manifestó Basso en las primeras página del libro de Fernández.
"'¿Por qué se queda usted en Rafaela?', me preguntó una vez un ejecutivo de una importante automotriz norteamericana. 'Porque somos rafaelinos', contesté. Nuestra ciudad no nació autopartista, como lo es en la actualidad. Se fue transformando, como ocurre con todo aquello que no está ligado a algo por una cuestión genética. Se fue construyendo, en realidad, porque mucha gente, entre ellos mi padre y otros emprendedores, confió en los valores del pago chico, forjado en el tesón y la voluntad de trabajo de esos piamonteses que hace más de un siglo surcaron el océano para escapar de una Europa en ruinas con la esperanza de encontrar en estas tierras un nuevo hogar", señaló el empresario local.
Basso, quien recientemente participó junto a su hijo Mauricio -abogado, de 29 años- de un foro de la Asociación Industrial Latinoamericana en la sede de Washington del Banco Mundial, remarcó en el prólogo que "el modelo productivo rafaelino es un mix en el que tambos y cosechadoras comparten escena con autopartes, calderas, compresores, explosivos y hasta colchones. Todos esos productos, que son reconocidos en Argentina y en decenas de otros países, tienen un altísimo valor agregado. Y eso es algo que no nació de un repollo. Se fue gestando durante décadas. Y se fue gestando con la gente de Rafaela".
El libro de Fernández, de Lenguaje Claro Editora, analiza "el desempeño y el rol que les cabe a las Pymes en el proceso económico local" lo que "permite dar cuenta de su capacidad para absorber mano de obra y canalizar las energías emprendedoras de miles de técnicos, profesionales y artesanos. Sus propietarios, a su vez, conforman una clase media dinámica que diversifica la estructura social y mira la economía en clave nacional".
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