Por Redacción
Hace ya varias décadas que los gremios docentes hablan de los "trabajadores de la educación", rescatando la dimensión preferentemente laboral de la actividad educativa.
No estoy en contra de la expresión; más en nuestros días, en que la posibilidad de trabajar parece más un privilegio que un derecho, a causa de la desocupación o de la precariedad laboral.
Queda claro que la docencia es también un trabajo. Lo malo sería reducirla a sólo un trabajo. ¿Y la vocación docente? Quisiera aprovechar este pequeño espacio para reproducir unas sensatas reflexiones de monseñor Mario Maulión, volcadas en una conferencia a docentes privados ("Cultivar la sabiduría"), que llegaron a Buenos Aires desde todo el país:
"El misterioso impulso interior que es la vocación personal y el destino que cada uno da a su vida teniendo y realizándola como proyecto, en muchos hombres y mujeres se concreta y se consolida en el cauce de la docencia. Es el caso de ustedes. Y de muchos que ustedes representan.
Las motivaciones que se pueden o se suelen atribuir a los docentes como impulsores de su vida pueden parecer no tan 'vocacionales' sino mucho más prosaicas e interesadas y hasta mezquinas . Pero una trayectoria y una dedicación responsable a la docencia no se pueden explicar si no se reconoce ese fuego y esa especie de coacción interna o necesidad subjetiva que lo impulsa a enseñar. Quien así lo vive, entiende lo que estoy diciendo. En cambio resulta muy difícil explicárselo a quien no considera o no vislumbra que la vida humana es vocación y, por ende, es respuesta a un llamado muy personal que cada uno va descubriendo a medida que lo va asumiendo. Y lo va descubriendo cuando percibe las necesidades que se dan en los demás, y las posibilidades, características y condiciones que cada uno posee .
La vocación de enseñar corresponde y viene al encuentro de una aspiración y una necesidad que se da en otros: aprender. Enseñar y aprender son caminos convergentes. Son actividades de personas que se encuentran y se complementan en una búsqueda y en una entrega que sólo se pueden realizar profundamente cuando existe lo típicamente humano: el amor".
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