Por Redacción
Históricamente, los países que introdujeron el divorcio en estos últimos años se fueron inclinando también hacia una legislación abortista. Argentina ya tiene su ley de divorcio. ¿Alegará pronto la del aborto?
Ultimamente su fueron presentando algunos proyectos de despenalización del aborto, para casos limitados y con argumentos en apariencia convincentes. En apariencia, porque el protagonista principal es el bebé, y como no puede expresar su opinión se supone fácilmente que no tiene suficientes razones para vivir.
Es curioso constatar cómo por un lado saludamos con alborozo los adelantos de la genética, y por otro los olvidamos justamente cuando se trata de defender los derechos de quien la genética dice que se trata de un verdadero ser humano. Aún en su estado más embrionario, se trata de un bebé que irá desarrollando poco a poco sus posibilidades: físicas, psíquicas y espirituales.
Decir que un embrión es sólo un manojo de promesas y que mientras no llegue a un cierto desarrollo no debe considerarse un ser humano es vivir atrasados un milenio. Lo mismo cuando se dice que el embrión es parte del cuerpo de la madre y que por ese motivo la madre tiene derecho de hacer con él lo que quiere. En estos y en otros casos se olvida que el bebé es una persona que tiene sobre todo el primer derecho humano: el de vivir.
Por ahora no hay peligro de que se imponga una ley del aborto -o más exactamente, que lo despenalice- porque no está en las expectativas del gobierno. A propósito de esto, conviene recordar que el presidente Menem, siendo todavía candidato presidencial, se mostró muy taxativo. Ante preguntas precisas formuladas por la Comisión Nacional para la Defensa de la Vida (Gonadevi), Menem respondió que "el primero y principal derecho de la persona humana es el derecho a la vida, cuya salvaguarda es un deber insustituible para quienes tenemos la responsabilidad de asumir decisiones públicas en nuestro país. El Derecho a la vida desde el momento de la concepción debe establecerse como una garantía constitucional, ya que la sociedad no puede arrogarse derechos sobre la vida de las personas, como lo haría en el caso de permitir el aborto".
Confiamos en que esta doctrina pueda mantenerse, porque ella refleja el sentir profundo de la mayoría de nuestro pueblo.
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