Un jubilado asesinó a su hijo -identificado como Mirko Capparelli- a balazos, luego de que éste le pidiera 30.000 pesos para comprar droga, y ante la negativa amenazara de muerte al progenitor.
Sucedió en la zona Sur del Gran Buenos Aires, y se supo que la víctima, de 28 años de edad, era adicto a las drogas.
La Policía detuvo a un hombre de 74 años, quien señaló que lo antes narrado había ocurrido en el contexto de una pelea, y los investigadores constataron que Mirko exhibía tres balazos en el estómago, cabeza y hombro izquierdo, donde quedaron alojados los proyectiles.
El matador utilizó un revólver calibre 38 largo, que en primera instancia no había sido secuestrado.
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