Por Marcos Corach (*)
Durante más de tres décadas, Santa Fe ha convivido con una deuda institucional que afecta a todos sus ciudadanos: una Constitución que no refleja las realidades ni las necesidades del presente. Hoy, damos un paso firme hacia su reforma, no sin antes reconocer los obstáculos y argumentos que han frenado este debate en el pasado.
El recurrente pretexto de que “no es el momento oportuno” ha sido la excusa perfecta de oficialismos y oposiciones para evitar un cambio necesario. Sin embargo, como se planteó en el recinto, sabemos que nunca habrá un momento ideal para todos. Lo que sí tenemos es la responsabilidad histórica de iniciar este proceso, que permitirá sentar las bases de derechos y garantías para las futuras generaciones.
La Constitución de Santa Fe, vigente desde 1962, requiere reformas urgentes. Entre ellas, limitar a dos los mandatos de todos los cargos públicos es un gesto clave para garantizar la alternancia y prevenir los excesos de poder. Esto no es una imposición, sino una decisión responsable que fortalece la democracia y responde al reclamo ciudadano de instituciones más transparentes y representativas.
Además, cuestiones como la autonomía municipal, los mecanismos de selección de jueces y fiscales, y la actualización de derechos fundamentales como la participación ciudadana y la sostenibilidad ambiental, son pilares de este proyecto. El debate, más que una oportunidad política, es una obligación moral para construir un sistema que priorice el progreso y la justicia.
Es comprensible que existan diferencias internas en los partidos políticos frente a esta iniciativa, pero es momento de mirar más allá de las divisiones y priorizar el bienestar colectivo. Como se mencionó en el recinto, “menos fuego interno y más empatía” es el llamado que debemos atender, porque el verdadero desafío será construir una Convención Constituyente que represente de manera legítima las voces de toda la ciudadanía santafesina.
El camino hacia esta reforma no será sencillo, pero estamos convencidos de que es el paso correcto. Declarar la necesidad de la reforma es solo el comienzo. Lo que sigue depende de nuestra capacidad para diseñar estrategias que garanticen la representación de nuestras ideas y valores en la Convención Constituyente.
La responsabilidad que asumimos hoy no puede quedar en manos de otros. Es hora de actuar con audacia y compromiso para que Santa Fe tenga la Constitución que merece: moderna, inclusiva y orientada al futuro.
(*) Diputado provincial, bloque PJ Hacemos Santa Fe