Por REDACCION
Es un día festivo para todos los almaceneros ya que cada 16 de septiembre se conmemora su día, aunque nadie sabe muy bien porque se eligió esta fecha. Y más allá de los cambios en el retail, como dicen los especialistas del sector, la gran mayoría de los barrios cuentan con almacenes. Uno de los históricos de la ciudad de Rafaela es el Almacén Boggio, ubicado en calle Balcarce al 804. Al ingresar, la caja está a la derecha, a la izquierda el mostrador con los productos frescos, lácteos y fiambres principalmente. Además, están los artículos de limpieza, bebidas, lácteos, chocolates, verduras. “Hay un poco de todo”, comenta Alicia, una almacenera de toda la vida. En el exterior del lugar no se observa ningún cartel ni pizarrón, pero la entrevistada asegura que los vecinos ya conocen muy bien la ubicación.
SUS COMIENZOS
El almacén inició sus actividades en 1965 y en un primer momento se ubicó en un local contiguo al que ocupa actualmente. En aquellos tiempos lo atendían los suegros y su marido. “En el comienzo, lo único que se vendía era leche suelta, los vecinos venían a comprar y de a poco les empezaron a pedir otros productos. Entonces incorporaron otros productos como manteca, caldos para sopa y demás. Luego de un año, ya se inscribió el local en la Municipalidad y más tarde, compraron el terreno de al lado e hicieron este local con la casa atrás. Cuando nos mudamos a este lugar grande, hubo oportunidades de traer más cosas y de ampliar el surtido y la variedad. Así se fue agrandando mucho”.
Hace 45 años que Alicia trabaja allí. “Te puedo decir que hay clientes que vienen hace 50 años, algunos fallecieron pero siguen viniendo los hijos. Esto es un mini mercado familiar, la gente compra productos familiares. Atiendo yo y a veces está mi hija. No me gusta estar sola con todo lo que está sucediendo. Tengo que agradecer que nunca sufrí un hecho de inseguridad”, dijo.
LA ACTUALIDAD
Con respecto a la actualidad, Alicia advierte que por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo del salario hay cambios de hábitos de consumo. “La gente consume lo esencial, a veces se dan algunos gustos, pero esto cambió mucho, porque antes se permitían comprar más cosas. El problema de ahora es que las personas no llegan a fin de mes, no les alcanza la plata y compran lo justo. Hoy en día hay que cambiar el precio, a veces, en ciertos productos uno marca un poco menos por ejemplo en el azúcar, la yerba, la leche, si no, uno no puede mantener el stock. Muchas veces viene alguien que pide pagar dentro de una semana, a los que uno conoce se les permite. Sólo se les fía a los clientes antiguos”, cuenta Alicia.
AVANCE DEL TIEMPO
Las cosas se fueron modernizando y este negocio no fue la excepción. En ese sentido, Alicia afirmó: “Hace mucho tiempo era papel y lapicera, se hacía la lista y se sumaba a mano. Pero después llegó la caja registradora, apareció el posnet... uno se tiene que adaptar a las cosas nuevas que surgen. Por ejemplo, la calculadora ayuda, en algunas compras ya no se hacen más las cuentas a mano”.
CLIENTES
Pasan por este lugar personas de todas las edades, el barrio fue cambiando pero las personas nuevas que llegan, deciden ir. “Lo que más se vende es azúcar, arroz, fideos. Además, nunca se vendieron cigarrillos porque los vecinos en ningún momento los pidieron”, reveló Alicia. En relación a la “competencia” que hay entre los supermercados y los almacenes, ella declaró: “La gente de antes viene al almacén , la gente de ahora va al supermercado. Cambió mucho el sistema de compra pero esto varía con la edad. Hay lugar para todos”.
MOMENTOS COMPLICADOS
Al tener más de 50 años de historia es evidente que hubo ocasiones difíciles. Alicia recordó que “tuvimos días complicados, nosotros perdimos a mi marido y a mi suegro, eso fue fuerte. Otros fueron los momentos de mucha crisis por ejemplo la hiperinflación durante el gobierno de Raúl Alfonsín y lamentablemente la situación actual no está muy lejos de todo eso. Los impuestos son terribles, vos abrís la puerta a la mañana y ya tenés un monto de dinero grande que pagar”.
OBJETIVO
Alicia cerró: “El desafío es perdurar y que los vecinos sigan viniendo. Uno viene grande y se cansa, pero lo que me motiva a continuar es que sigo estando en actividad, la mente tiene que estar activa. Yo no puedo quedarme y no hacer nada. Además, esto es un almacén familiar donde hay mucha amabilidad, donde entre los clientes y nosotros hacemos bromas, chistes”.
Si estás por el barrio 9 de julio, Alicia recomendó que pases por su mercado, que está abierto de 8:00 a 12:00 hs. y si bien por la tarde está cerrado, aclaró que los clientes que necesitan algo están acostumbrados a tocar la puerta de su casa.
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