Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el cierre del 2024 estará marcado por jornadas mayormente cálidas, ideales para planificar actividades al aire libre. Sin embargo, el inicio del nuevo año traerá cambios en el tiempo, con lluvias en los primeros días de 2025 en algunos sectores del territorio nacional.
En nuestra ciudad y alrededores, este fin de semana fue propicio para disfrutar del aire libre, ya que el cielo se presentó despejado, con temperaturas que rondaron los 18 y 31 grados. En tanto, la tendencia para este lunes y martes, las últimas dos jornadas del 2024 serán similares, garantizando un clima agradable para los preparativos de la cena de fin de año.
Sin embargo, el miércoles 1° de enero marcaría un giro en las condiciones climáticas, con probabilidad de lluvias y tormentas durante toda la jornada. Las temperaturas se mantendrán entre los 19°C de mínima y 29°C de máxima. Para el jueves 2, las condiciones mejorarían, con el Sol como gran protagonista y una máxima de 29°C.
El viernes 3 y el sábado 4 de enero traerán estabilidad nuevamente, con cielos despejados y temperaturas que rondarán entre los 19°C y los 36°C, dando un respiro tras las lluvias iniciales del año.
"MENOS ABUNDANTES Y MAS ESPACIADAS"
ras una primavera favorable, caracterizada por lluvias frecuentes y temperaturas moderadas, los especialistas anticiparon que las precipitaciones durante el comienzo de 2025 serán menos abundantes y más espaciadas.
El climatólogo Leonardo De Benedictis anticipó que las condiciones climáticas de enero estarán lejos de las de la primavera. Aunque lo que pasará en la primera quincena de enero aún no está completamente definido, las proyecciones apuntan a lluvias “por debajo de lo normal”. Esto no implicará una ausencia total de precipitaciones. “Es importante aclararlo, porque muchas veces se interpreta que, si llueve menos, significa que no lloverá nada. Habrá lluvias, aunque en menor cantidad”, explicó. El comentario es importante ya que se trata de un momento relevante para los cultivos de soja y de maíz.
El experto agregó que “venimos con una buena situación hídrica de la primavera, lo que ayuda a mitigar el faltante de lluvia que podríamos tener durante enero”.
En este sentido, el último informe de la Oficina de Riesgos Agropecuarios (ORA) de la Secretaría de Agricultura detalló que los mapas de índice satelital TVDI, que reflejan la situación hídrica de la cobertura vegetal, muestran un “predominio de áreas con humedad superior a la normal para la época del año, lo que representa un cambio importante respecto al periodo anterior”.
No obstante, más que la abundancia de lluvias, lo que será clave, según De Benedictis, es la frecuencia. “En octubre y noviembre, las lluvias ocurrían cada cuatro o cinco días, dependiendo de la región. En enero, esa frecuencia será mucho más espaciada”, señaló.
Este cambio en el patrón de lluvias coincidirá con un aumento de la temperatura, lo que, según De Benedictis, generará una tasa de evaporación mucho mayor. “Lo remarco porque, aunque la primavera no fue tan cálida, los fines de noviembre y diciembre fueron muy benévolos desde el punto de vista térmico, con temperaturas bastante suaves y casi sin temperaturas altas. En enero, cuando comiencen a elevarse las temperaturas, eso será un factor importante a tener en cuenta, ya que tendremos lluvias más espaciadas y, en el medio, altas temperaturas, lo que provocará una transpiración considerable”, explicó.
En este marco, el climatólogo Germán Heinzenknecht indicó que “la última semana de diciembre y la primera de enero no parecen tener una buena oferta de agua”. Este escenario consolidará “el retiro de las precipitaciones observado en diciembre, que se irá posiblemente afianzando en esta última semana de diciembre y la primera de enero, quedando las precipitaciones más corridas hacia el oeste, Córdoba, San Luis y NOA, mientras que la Mesopotamia, la zona núcleo y el este de Buenos Aires tendrán una mala oferta de agua; no cero, pero por debajo de los valores normales”.
“Se espera una recuperación hacia la segunda mitad de enero, con un comportamiento más cercano a lo normal. Será muy importante monitorear y confirmar esta mejora ya que, de no ocurrir, se podrían enfrentar nuevos problemas en la campaña”. Anticipó que “se prevé alternancia entre periodos secos y húmedos hasta mediados de marzo, lo que permitiría un desarrollo razonable de los cultivos”.