Por Raúl Vigini
La soledad en todos
El mundo necesita salvadores. No solo se los puede encontrar en los que toman decisiones fundamentales desde los ámbitos de gestión. También hay sensibles en los escenarios, que asumen responsabilidades personales y las proyectan a la platea con forma de obra de teatro. Hay directores que ocupan su lugar de protagonismo dándole cabida a temas trascendentes para la humanidad. Y muchos más son los que creen en la propuesta. Todo se resume en una forma posible que da sus frutos cuando las salas se colman, cuando los elencos siguen trabajando a pesar de los inconvenientes, cuando el dramaturgo y director destaca la satisfacción por presentar material propio. Y si se da en una sala independiente la idea se cierra de la manera más necesaria. Una idea primigenia tan original le da vida a esta pieza cultural, de la mano de los mismos e inquietos actores, que suman al autor, y desandan una realidad que se va descubriendo a la par de lo que la fantasía entremezcla con la cruda realidad. Porque se lucha por la transparencia en esta historia. Nada menos que del agua. Y de los humanos.
Raúl Vigini
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