Su carrera fue creciendo mucho, sobre todo los últimos años, le demandaba muchísima energía, de hecho, mi tarea principal trabajando con ella fue tratar de dosificar y de organizar porque era muy demandante su agenda. Yo desde Buenos Aires y ella desde un pueblito que se llama “El Trapiche” en San Luis, donde vivía con mi padre, con mi hermana Romina y mi sobrino Gael. Ella quería decirle que sí a todos, quería estar en todas las escuelitas que querían invitarla, pero tenía un límite, un límite de tiempo, de salud, y los últimos tiempos fueron súper intensos para ella. Viajó muchísimo, dio muchas charlas, congresos, editó, no paró de escribir. Estos días siempre pienso, ella tuvo diecinueve años de carrera profesional y publicó más de treinta libros que es una barbaridad, y no hay un libro escrito al pasar o porque sí, y en cada uno dejó el alma. Hoy tengo esa sensación que parece que hubiera sabido que no tenía tanto tiempo, se entregó de cabeza a su misión. Vivió muy intenso y hoy sabemos que la tristeza nos quedó a nosotros que estamos acá, pero ella se fue como una genia. Se fue con todo su sueño cumplido, con sus hijos, sus nietos, felices, sanos, durmiendo, sin sufrir, al lado de su marido de toda la vida, su amor. Y fue técnicamente esto que llaman muerte súbita, ella se apagó, no fue un infarto, no tiene la contracción del infarto, realmente apagó la llave, y un rictus de paz y de tranquilidad que nos alegra el alma, porque ella no se hubiera merecido de otra manera. Y si uno lo piensa de su punto de vista es el sueño de cualquiera de querer partir sin sufrir, feliz, con los sueños cumplidos. Así que realmente nada más le podríamos pedir a ella.
Por qué había elegido “El Trapiche” para vivir
“El Trapiche es un lugar donde íbamos de vacaciones cuando nosotros éramos chiquitos, nuestra economía era muy limitada, viviendo en Mendoza. Fuimos varios veranos, es un valle muy bello, con un río, un microclima, muy tranquilo, y siempre fue el sueño de ella de ir a vivir ahí para escribir tranquila. Pasaron los años y al final lo hicieron hace una década. Vivió unos años en Buenos Aires pero se estresaron mucho. Ahí está mi viejo sosteniendo, muy golpeado por supuesto, pero a la vez en todos los que quedamos se nota como un brillo nuevo, que lo adjudicamos al propósito que ella nos legó que es irrechazable. Mi papá es matemático, físico, y se dedicó mucho a la programación, a crear sistemas, pero de alguna manera fue una columna vertebral para Lili toda la vida. No solo por lo económico antes que ella hiciera su carrera, sino también porque fue su sostén emocional e intelectual, un tipo híper racional, muy enciclopédico, muy inteligente, que ella todo lo que escribía lo consultaba con mi viejo sobre batallas, constelaciones, y con mi hermana Romina que es antropóloga, cuestiones de cultura y sociedad, y conmigo cuestiones de personajes. Eramos y somos un gran equipo.
En qué estado se encuentra su obra editada
Todo lo que está editado está todo vigente. Hay un par de cuestiones inéditas que estamos analizando. En las tres editoriales grandes que son SM, Norma y Penguin Random House hay una obra vastísima para todas las edades, enorme, y hoy la gente ya la seguía, se convirtió en una especie de militante de Liliana. Y los que no la conocían están preguntándose quién es esta señora, de la que todos hablan así, entonces se está generando una gran expansión.
El material por editar
Hay bastante material. Hay un par de novelas cortas, muchos poemas, hay ensayos escritos, pero estamos recién en la etapa de ver, leer y pensar porque no queremos presionarnos y ser consecuentes con lo que ella hacía y pensaba.
Proyección del legado de Liliana Bodoc además de la edición de un libro
Hay varias ramificaciones de su obra. Las obras de teatro que hacemos desde hace muchos años que son adaptaciones de cuentos o novelas de Liliana que ya existen. Y también se han abierto otros proyectos, muchos intentos de cine, de llevar “La saga de los confines” pero es un proyecto muy pretencioso, muy grande. Tenemos la idea en un futuro a mediano plazo de crear una fundación Liliana Bodoc para poder seguir difundiendo y mucho movimiento entre bibliotecarios y docentes que realmente son fundamentales en este sostén de la obra. También hay música, se han hechos temas, discos, se viraliza por todos lados.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Galileo Bodoc
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