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La Palabra Sábado 17 de Marzo de 2018

La ciencia de las emociones*

por Federico Fros Campelo - ingeniero (Buenos Aires)

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archivo Federico Fros Campelo Crédito: Descubrirnos: A través de los sentimientos

Cuándo se me ocurrió que la investigación podía haber sido un camino para la actividad laboral

Mucho más tarde de lo que parecería. Porque fui a un colegio en el que te foguea mucho al análisis crítico: decir, no te creas las cosas, andá a investigarlas, ponete las pilas, es decir, no hay una doctrina, muchachos, la realidad la tienen que investigar ustedes. Y eso te ayuda. El nivel secundario me ayudó. Pero fue muy tarde. Me puse a estudiar ingeniería, soy ingeniero industrial. Y la investigación por motu proprio comienza después de recibirme, y estudié un Master en Administración de Empresas. Empecé a investigar a los veintisiete años, con todo un bagaje y una historia personal de ganas pero fue tarde. Por eso no está hecha en el marco de una universidad donde lo haya estudiado, sino que es autodidacta. Algunos objetan el concepto de autodidacta porque no tiene una credencial social universitaria. Pero las tengo en otros temas y además soy muy riguroso. Hay ilustrados que fueron autodidactas como Domingo Faustino Sarmiento. Asumí responsabilidad en investigar esto. Mi visión de ingeniero de procesos, sistemas, todo eso, fue muy funcional, porque veo la conducta humana como un conjunto muy complicado -pero que se puede simplificar- de procesos y sistemas.

Si la ciencia es lo que me interesaba ¿por qué elegí la ingeniería?

Me pasa mucho que la ciencia básica no me mueve el alma como a muchos, yo quiero ver cambios en una sociedad, soy tecnófilo, soy tecnócrata, soy más ingeniero que científico. Quiero hacer algo con lo que se sabe. Qué pasa cuando se sabe que un proceso cerebral funciona así y así. ¿Puedo resolver un conflicto social, puedo hacer que un hombre no faje a la mujer, no le pegue a un pibe, no se agarre a piñas en una cola, o mate a diecisiete pibes en una escuela? Dame respuestas. Cambiame la sociedad. Por eso me gusta de esta manera el tema.

Cómo llegué a la psicología y al cerebro

Lo que vos han visto de mi trabajo es el comportamiento del consumidor, el próximo libro va a ser de innovación. ¿Cómo uno puede crear para obtener resultados en lo individual y en las empresas, distintos? Hacer, cambiar. Pero todo empieza por la parte emocional, y tiene un poco que ver con la infancia. La inquietud personal mía de por qué me pasa lo que me pasa, es la que me llevó a cranear como si fueran diagramas de flujo, algoritmos, bueno me pasó esto, respondí así, estimulé de otra persona así, me hizo sentir de tal manera, me activó esta experiencia que la evoco de un proceso previo. Parece delirante pero así empecé a llenar páginas como si fuera una actividad forense, investigación de algo que pasó. Y este entendimiento tan meticuloso me dijo que se puede generalizar, explicar lo que me pasa porque resuelvo un problema personal. ¿Puedo acercarme a entender la conducta humana de esta manera? Como un pasatiempo empecé a meterme más en los procesos y sistemas de una psicología muy particular que es muy científica: la cognitiva, que analiza el cerebro como una computadora, que de hecho se aplica a full en la inteligencia artificial, campo que está explotando. Después a eso le sumé la evolutiva es decir los programas de más largo plazo, y a eso le sumé finalmente las neurociencias como un recurso muy técnico. Y le di esta visión muy práctica, y de procesos y sistemas.

La importancia de las neurociencias

Son fabulosas. Las neurociencias han cambiado el entendimiento de la conducta humana y lo va a seguir haciendo. Por ejemplo nos puede explicar determinadas tendencias biológicas, no determinaciones, condicionamientos, inclinaciones, no algo absoluto, a comportarnos de cual o tal manera. Según un contexto se pueden activar genes, que con una crianza determinada se puede llegar a una población que da más respuestas de un tipo que de otro. Por ejemplo se investigó si determinados receptores de dopamina, que es un neurotransmisor que tiene que ver con muchas cosas, entre ellas tu voluntad de la curiosidad, que hace a la gente de América más curiosa que a sociedades de Africa y de Asia. Y eso antropológicamente se entiende por las migraciones. Un factor genético combinado con la evolución cultural. La gente más curiosa por miles y miles y miles de años por generaciones, fue investigando de manera nómade el territorio y terminó llegando más lejos que una sociedad más quedada. Esto es fabuloso. La genética y la neurociencia te permiten explicar cosas que no se entienden. Se puede cambiar hasta los argumentos jurídicos por los cuales alguien da un veredicto a un impulso emocional o una conducta social. Estamos en pañales y la ciencia empieza a aportar herramientas que nos permiten discernir mucho más por qué somos como somos.

*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Federico Fros Campelo

 

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