Por Raúl Vigini
LP - ¿Qué elegiste cuando debiste iniciar tu camino de estudios superiores?
M.P. - Hasta ahora puede uno haberse ya hecho una imagen de mí como una persona “de letras”. En realidad, esta es una parte de mi corazón. La otra está marcada por la razón o la imaginación. Desde el primer curso escolar, me solían llamar la “pequeña matemática”, dada mi rapidez para el cálculo mental, que ahora he perdido totalmente. Las matemáticas me empezaron a fascinar porque uno nunca sabe si esas estructuras perfectas son un invento humano o si son simplemente el premio de una búsqueda y un descubrimiento. Sea como fuere, adentrarse tanto en conceptos tan abstractos y, a la vez, tan tangibles, me hacen sentirme más cerca del absoluto. Además, contrario a la idea general, las matemáticas tienen una gran componente humanista. Elegí, por tanto, de combinar mis dos aficiones y de estudiar la carrera universitaria de Matemáticas en España.
LP - ¿Había algo más que literatura en tus días?
M.P. - Desde luego que sí. Soy una persona bastante deportista. Me encanta el deporte de fondo -carrera a pie, triatlón- por la disciplina y la fortaleza mental que requiere. En general, me preocupan aquellos temas de desarrollo personal y el deporte es uno de ellos.
LP - ¿Cómo resultó en lo personal haberte radicado en otro país en tu adolescencia?
M.P. - Ha sido una experiencia extremadamente valiosa y reveladora para mí. La llamaría mismo un acelerador de partículas en mi vida. Fue a partir de ahí cuando sentí que tenía las riendas de mi propia vida y que solamente yo era responsable de si ésta iba por un camino o por otro. Le debo mucho a esta experiencia. Además, la inmersión en una nueva cultura y el contacto con personas que se rigen por un sistema de valores distinto al tuyo no puede ser más que una experiencia enriquecedora.
LP - Con poca edad ya tenías títulos en tu formación superior. ¿Cómo continuó lo profesional en vos?
M.P. - Seguí un camino estándar desde el punto de vista educativo. Me gradué a los veintidós años por la Universidad Complutense de Madrid y decidí seguir con un Master en Matemáticas por la Universidad de Oslo. Durante estos años, trabajé en distintos proyectos de investigación científica en áreas diversas de las matemáticas aplicadas: ciencias de la Tierra, geofísica o finanzas. Actualmente aplico las maneras de pensar que me dieron las matemáticas a entender el mercado de la producción de energía eléctrica. Me dedico a ello en una empresa y en la universidad, donde trabajo en una tesis doctoral. En este recorrido, he tenido siempre la corazonada de que no he sido yo quien ha elegido el camino, sino que el camino me ha elegido a mí.
LP - El humanismo es un tema que te ocupa desde siempre. ¿Qué hay de ello en tu presente?
M.P. - No suelo ver el humanismo y las ciencias como dos conjuntos disjuntos. Por el contrario, recordemos que las raíces de las matemáticas tal y como las conoces hoy por hoy radican en la Antigua Grecia como un sistema filosófico. Pitágoras era matemático y filósofo a la vez. En mi caso, veo el estudio de distintos objetos matemáticos como metáforas de la vida. También, percibo cada nuevo libro que leo como una experiencia nueva con la que es posible que tope o no en la vida. En todo caso, leer sobre ello puede preparar a uno para afrontar ese tipo de situaciones. Por esta razón, soy una lectora apasionada y, ocasionalmente, traduzco yo misma mis experiencias en poesía. Hace unos años, como quizás muchos adolescentes, soñaba con escribir una novela. De alguna manera, he dejado este sueño en el camino. No sé si ha sido por la falta de argumento, por el miedo a la hoja en blanco o porque la poesía sea mejor llave hacia mi ser interior. En una de sus novelas, Antonio Iturbe tiene una frase que me ha hipnotizado: “La poesía describe el momento. La prosa lo construye.”…
LP - Pero también el deporte te tiene como protagonista. ¿Desde qué lugar?
M.P. - Efectivamente. El deporte es una cita que tengo conmigo misma y para la que siempre intento buscar tiempo. Hay muchas situaciones en el deporte que son metáforas para la vida en sí. Si uno es suficientemente receptivo, puede llegar a traducir todas estas situaciones en sus vivencias. He aprendido, por ejemplo, que desde el momento en el que uno se dice a sí mismo de que su cuerpo ya no puede más, en general, quedan bastantes más kilómetros hasta que realmente alcance su límite. Es una de las lecciones más importantes que el deporte me ha dado.
LP - ¿Hay tiempo para tanto en apenas veinticuatro horas diarias y doce meses por año?
M.P. - Creo que siempre hay tiempo para lo que realmente nos motiva. Encontrar siempre la motivación: éste es el reto.
LP - Además tenés una historia personal con la poesía como autora. ¿Nos contás acerca de tema?
M.P. - Así es. Empecé a escribir poesía a modo de diario, como una limpieza espiritual. Ha sido muy natural hacerlo desde el comienzo en castellano. Algunos de mis poemas vieron la luz de una imprenta gracias a la correspondencia que tuve con Fernando Sorrentino, Angel Balzarino y el Suplemento Cultural “La Palabra”.
LP - ¿Qué lugar ocupa el amor en tu agenda?
M.P. - Más que en mi agenda, diría que ocupa un lugar muy importante en mi búsqueda de la vida. Citaba antes a Milan Kundera diciendo que la vida está en otra parte. Veo el amor como un vehículo que nos ayuda a navegar a estas otras partes de nosotros. Y realmente creo que no existe una experiencia más reveladora del ser interior que el amor.
LP - ¿Y el destino del planeta?
M.P. - Es una pregunta muy difícil. Y, como matemática, soy propensa a querer generalizar o buscar un modelo que reduzca la complejidad de semejante tema. Yo veo el mundo como una colección de seres cada uno buscando su felicidad y su sentido en la vida. Creo que cada uno tenemos el deber de “cultivar nuestro jardín” siempre y cuando no hagamos daño a ningún otro ser viviente ni al planeta en sí. Por lo tanto, está en mi agenda llegar a la mejor versión de mí misma y poder devolver, a mi manera, esta energía creada en el proceso.
LP - ¿Qué intentarás a partir de ahora con tu vida?
M.P. - Desde luego, como decía antes, intentaré llegar a la mejor versión posible de mí misma mientras sea capaz de entender que las proyecciones que nos hacemos del futuro no nos pertenecen, sino que el presente es lo único que realmente está en nuestras manos.
LP - Algo más que desees agregar.
M.P. - Me gustaría agradecerte la confianza y el interés por saber más sobre alguien que vive en el otro hemisferio del planeta y a quien solamente has conocido por escrito. Mil gracias y un saludo a tus lectores de Argentina.
por Raúl Vigini
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.