Por Raúl Vigini
LP - ¿Cómo se logra ser un entrenador de perros?
M.Z. - En principio tiene que formarse. Cualquier persona que tiene interés en el tema se puede acercar a cualquier formación, tanto nuestra como en otros países. Nosotros brindamos formación, claramente no es habilitante es informal, porque no hay nada en el país. La gente se forma y puede seguir su camino o hacerse voluntario.
LP - ¿Qué hace un entrenador para que el animal trabaje en su servicio?
M.Z. - La respuesta graciosa sería lo entrena. Pero ¿cómo lo entrena? Tenemos una metodología de trabajo que es el entrenamiento en positivo. Trabajamos por un lado con clickers en la mayoría de los casos, que es otro método de entrenamiento, otra herramienta, o el entrenamiento en positivo. ¿Qué significa? Siempre el aprendizaje es nuevo por eso trabajamos con cachorros y no con perros adultos donde hay que modificarles conductas. Le pido la conducta, le pido que se siente al perro, y lo premio. Significa que cada vez que me pidas algo me vas a pagar. Entonces tengo ganas de hacer lo que me vas a pedir. Es un estímulo condicionado. Ante un discriminativo de una conducta, se desencadena todo un proceso que ellos ya comprenden que se termina en un refuerzo. Entonces siempre la intención es avanzar. Los refuerzos no solo son comidas sino que pueden ser juegos, refuerzos sociales, una caricia, un mimo, y dependiendo el perro. Pero de esa manera se trabaja. Se los corrige, pero sin violencia, obviamente con rigor y con límite porque claramente tiene que responder, pero siempre en positivo. A lo sumo se les retira algo que les gusta. No estás haciendo las cosas bien entonces esto sale del contexto. Es un castigo. No aplico presión o agresión sobre el perro, sino que retiro algo que estaba haciendo para recibir un refuerzo.
LP - ¿Para qué casos entrenan estos animales?
M.Z. - Hay cinco tipos reconocidos de los perros de asistencia a nivel internacional. El perro guía que trabaja con disminuidos visuales o ciegos, el perro de servicio para niños con autismo, el perro de servicio para personas con discapacidad física, el perro señal que trabaja con personas con discapacidad auditiva, y el perro de alerta médica que trabaja con personas -generalmente niños- con diabetes tipo uno y alertan las bajas de azúcar en sangre por ejemplo cuando duermen a la noche, con el olfato. Nosotros solamente entrenamos para niños autistas y para discapacidad física.
LP - ¿Cómo trabaja el perro señal?
M.Z. - El perro se entrena para estar con una persona que generalmente no escucha, entonces si suena el timbre, o el teléfono, o el microondas, o golpean la puerta, o llora un bebé, los escucha, se acerca a la persona, y la lleva adonde está el sonido. Se trabaja mucho adentro de casa para que lo pueda alertar en ese tipo de circunstancias. Lo acompaña, no hay mucho trabajo afuera del hogar porque al aire libre el mundo sonoro es imprevisible y es imposible de manejar.
LP - ¿Cuál es el resultado de este emprendimiento?
M.Z. - La verdad que si no hubiera resultados no seguiríamos porque es un gran, gran esfuerzo haber abierto esta puerta en la Argentina, porque hemos sido la primera entidad y es muy difícil. Pero es muy gratificante, imagínate, porque no ganamos dinero ya que es ad honorem, todos los recursos que pueden ingresar los invertimos en la asociación y la única devolución que tenemos es que nuestro trabajo está bien hecho, y realmente cambia la vida de la gente. ¿Qué es lo que logran nuestros perros? Que familias que no pueden salir a la calle porque sus niños no toleran estar en distintos espacios públicos puedan a salir a cenar en familia, hacer un viaje en auto y visitar familiares, poder salir a dar una vuelta en un paseo de compras y no tener que ir por separado. Genera más inclusión social. Que los niños puedan volver a dormir solos nuevamente sin estar los padres metidos en el medio. Vuelve a darle orden a la vida familiar. Y las personas que están en silla de ruedas, lo que logran es una autonomía personal mayor a la que podían tener sin el perro, y sin la asistencia de un tercero. Porque claramente hay quienes necesitan siempre el apoyo de un tercero, no tienen independencia. Pero con el perro ganan unos grados de independencia. Tenemos usuarios que no pueden sostener la cabeza por su discapacidad, y cuando la cabeza se cae hacia atrás tienen que llamar a alguien para que se la acomode. El perro les acomoda la cabeza, el perro les acomoda el brazo para que puedan trabajar en la computadora o les trae el teléfono cuando el discapacitado tiene solo un movimiento de pinzas con sus manos. Los tapa y destapa en la cama, prende luces, abre puertas, trae cosas. Con una orden, una palabra, hace el trabajo.
LP - ¿Con qué razas trabajan ustedes?
M.Z. - Trabajamos con golden y con labradores por el tipo de trabajo que hacemos. No significa que para asistencia no se pueda trabajar con otras razas, pero no con todas. El ovejero alemán se utilizó en un principio para perros guías, pero es un perro muy difícil de manejar para manos inexpertas entonces se ha dejado de usar en muchos lados. Se usan cruzas de labradores y golden. Para perro señal se utilizan terrier, cocker, por el olfato, lo mismo para alerta, son perros muy perceptivos. Nosotros con labradores porque son muy sociales siempre, están dispuestos al refuerzo positivo, o sea a comer, son barriles sin fondo.
LP - ¿Qué lugares asisten desde Bocalan Argentina?
M.Z. - Estamos para todo el país, pero en realidad nos cuesta muchísimo llegar donde no sea Buenos Aires porque a los perros los tenemos que supervisar de por vida. Hemos entregado perros en Córdoba y en Mendoza, dispuestos estamos, pero no es tan sencillo que la gente venga a Buenos Aires, haga todo el proceso, y que nosotros podamos ir después a supervisar los perros.
LP - ¿En el caso de que hubiera interesados en algún lugar del país cómo sería el trámite?
M.Z. - Debe ser un programa donde una familia se comprometa económicamente porque al ser un programa solidario podemos hacerlo gratuitamente en la capital del país donde estamos radicados, pero en otro caso debemos recuperar los costos del trabajo nuestro que incluye traslados y demás. Hemos desistido de tener sedes por el momento porque es muy difícil el trabajo en equipo con personas con quienes no nos vemos y la supervisión a la distancia. Estamos estructurándonos nosotros adecuadamente.
LP - ¿Hay otros servicios que ofrecen en la entidad?
M.Z. - Terapias asistidas con perros, perros de asistencia, y hacemos entrenamiento particular, damos talleres para niños que llamamos mini entrenadores, escuela de cachorros.
LP - ¿En qué consiste la terapia?
M.Z. - Somos un equipo de profesionales -psicólogos, psicomotricistas, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, pedagogos- del área de la salud que trabajamos con la inserción de un perro dentro del consultorio. El perro forma parte del proceso de rehabilitación y habilitación de esa persona o de ese grupo de personas. Es una terapia asistida.
LP - ¿Cuál es el próximo paso en el que pensás?
M.Z. - Crecer. Hemos hecho bastante. Queremos hacer mucho más. Tenemos un país para cubrir y un montón de gente que podría beneficiarse y no estamos pudiendo llegar por una cuestión de recursos. Creo que es eso lo pendiente. Todos trabajamos ad honorem. Lograr los recursos necesarios para poder crecer, los sueldos para poder profesionalizar con entrenadores y profesionales ocho horas diarias trabajando para la asociación. Es posible con el aporte de la gente, el estatal y el privado, el aporte de todos.
LP - ¿Qué significa para vos un perro como compañía?
M.Z. - No concibo la vida sin animales, para mí son parte necesaria de nuestro sistema emocional. Desde ese lugar son compañía, son muchos puedo, porque mucha gente deposita mucho de lo emocional en sus mascotas, y gracias a eso pueden hacer muchas otras cosas. Los perros acompañan y ni hablar de este tipo de perros que son profesionales, de asistencia. No son mascotas, son ayudas técnicas, ayudan a que vos tengas una vida más independiente, entonces ya desde ese lugar pueden ser un brazo que no tengo, pueden ser una calma que no me puedo dar, un compañero que no tengo. Son parte fundamental de la vida.
por Raúl Vigini
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