Un trabajo de investigación
Los incas fueron una de las sociedades estatales prehispánicas que tuvo mayor expansión territorial en el continente americano. Entre fines del siglo XIV y comienzos del siglo XVI ejerció su influencia y dominio en el Noroeste argentino con diversos intereses sociales, económicos, religiosos y militares. Su estrategia política, que podía ser de carácter coercitivo o diplomática, variaba de acuerdo al tipo de relación que se establecía con las poblaciones locales. En nuestro país, lo que actualmente conocemos como las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza recibieron de algún modo la influencia de los incas. Hay muchas evidencias -vestigios- de esa influencia y una de las más notables es el Camino del Inca o QhapaqÑan junto a toda una red de centros administrativos y ceremoniales, tambos -postas- de apoyo y santuarios de altura. En el caso de la provincia de Catamarca, el sitio de El Shincal de Quimivil constituye uno de los lugares más significativos de esta presencia y poder de los incas. Decimos esto porque reúne una serie de características que lo convierten en un lugar muy particular. Se encuentra ubicado en la localidad de Londres, Departamento de Belén en un paisaje excepcional sobre el pie de monte del cerro Shincal y entre dos grandes ríos, el Quimivil y el Hondo, lo que era considerado sagrado para los incas. Se localiza a mil trescientos cincuenta metros sobre nivel del mar y está enmarcado en un bosque de algarrobos, chañares, acacias, talas y shinkis. El área de ocupación supera las treinta hectáreas y está compuesta por diversos edificios de arquitectura monumental, que en su conjunto conforman un planeamiento urbano que fue pensado y construido de acuerdo al modelo que los incas implementaban en los centros políticos regionales más alejados de la capital del Tawantinsuyu, el Cusco. Como parte de este modelo urbano también se encontraban diferentes espacios sagrados como los cerros aterrazados oriental y occidental y las sierras del Shincal, Belén y Zapata que delimitaban un microcosmos cultural centrado en la plataforma del ushnu, el axis mundi, ubicada en el centro de la plaza incaica. Otros elementos sagrados de la cosmovisión andina como la presencia de un gnomon o Intihuatana, oquedades en las rocas, fuentes de agua, canales, andenes, cuevas, esculturas en piedra, grandes bloques rocosos, el QhapaqÑan o Camino del Inca y entierros le conferían un carácter ritual que al articularse con los otros componentes del sitio, anteriormente mencionados, integraban un paisaje sagrado con alto contenido simbólico. Este modelo social del paisaje, con determinadas regularidades urbanísticas en relación a otros sitios incaicos de los Andes Centrales, condujo a pensar que los constructores de El Shincal de Quimivil quisieron replicar simbólicamente la capital del Tawantinsuyu, dándole entonces el carácter de “Nuevo Cusco”. La importancia de El Shincal ha sido tal que de acuerdo a las evidencias materiales arqueológicas e históricas pudo constituir el lugar donde se haya efectuado la primera fundación española de Catamarca y segunda fundación española en territorio argentino. La misma llevaba el nombre de Londres de la Nueva Inglaterra y fue fundada por Pérez de Zurita en 1558, quizás aprovechando la existencia de estas ruinas abandonadas por los incas. Hasta ahora podemos ver cómo los arqueólogos construimos un relato acerca de la historia del lugar. Este relato por supuesto que no es el único. Existen otros y todos son válidos. Hoy en día muchos vivimos El Shincal de otro modo, ya no solo como parte de nuestras investigaciones, sino como un lugar sagrado, un lugar que aún permanece vivo y donde quienes lo visiten puedan tener diversas experiencias que conduzcan a resignificar el lugar de otra manera, demostrando que existen otras vías de conocimiento, a las que muchas veces la disciplina científica le da la espalda. Felizmente en estas nuevas generaciones de arqueólogos nos encontramos nosotros, trascendiendo esas miradas empiristas y tradicionales, y permitiendo que lo emocional y espiritual se entremezcle con lo científico y académico. En definitiva, El Shincal de Quimivil es eso, un lugar producto de un sincretismo de entidades, de historias, de personas, de intereses, de conflictos, de emociones, memorias y conexiones espirituales.
La tecnología llega a la arqueología
Durante el año 2016 las investigaciones arqueológicas que venimos desarrollando en El Shincal de Quimivil tuvieron un giro importante al incorporar la tecnología LIDAR, Light Detection and Ranging. La idea de hacerlo en El Shincal surgió por la necesidad de estudiar sectores cubiertos con mucha vegetación que hacen prácticamente imposible realizar prospecciones/exploraciones sistemáticas. Esta tecnología permite, mediante un barrido laser, obtener información de lo que existe por debajo de la vegetación. Esta técnica se utiliza principalmente en investigaciones que implican el conocimiento de un área geográfica como en geología, geofísica, geodesia y también para la construcción de grandes obras civiles como puertos, puentes o caminos. Esta es la primera vez que se aplica con fines arqueológicos en nuestro país. Una vez que teníamos la inquietud y los motivos para hacerlo, había que dar con las personas indicadas para realizar el estudio. Entonces junto a dos colegas de la Facultad, los Licenciados Diego Gobbo y Daniel Muntz, nos pusimos en contacto a través de un correo electrónico con la empresa Consular Consultores Argentinos Asociados S.A., que son quienes se encargan de hacer estudios con LIDAR aéreo montado en un avión. Nos citaron a una reunión en sus oficinas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para presentarles el sitio y contarles nuestras inquietudes y objetivos. Así fue como de algún modo se generó esa chispa de interés en la empresa. Luego nos pusimos en contacto con el Dr. Daniel Del Cogliano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas –FCAyG- de la UNLP, quien dirige un grupo de investigación sobre estudios con LIDAR terrestre fijo. Entonces comenzamos a triangular entre las tres partes mencionadas. Sabiendo que este servicio tenía un costo muy alto para nuestra capacidad de financiamiento, y teniendo en cuenta el entusiasmo inicial, la cuestión económica se convirtió enseguida en el principal obstáculo. Fue entonces que se nos ocurrió la posibilidad de generar un convenio interinstitucional en el que todas las partes aportáramos algo, sin cobrar nada. Luego de una serie de reuniones, donde se fueron incorporando otros actores, se logró firmar un “Convenio de Colaboración Científico y Tecnológica entre la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de Catamarca, la Secretaría de Estado de Cultura de Catamarca y Consular Consultores Argentinos Asociados S.A.” cuyo objetivo era realizar estudios arqueológicos, geomorfológicos y geodésicos en el sitio El Shincal y Sierra de Zapata, basados en información LIDAR terrestre y aérea. Entonces teníamos, por un lado, un dispositivo LIDAR aéreo de una empresa privada a quien le interesó vincularse con instituciones académicas, colaborar con el proyecto y realizar el vuelo y el procesamiento de datos. Y por otro, un dispositivo LIDAR terrestre fijo, propiedad de la UNLP, a cargo de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas.
La particularidad del sistema LIDAR aéreo es que, además del escáner laser, se compone de una cámara fotogramétrica de alta definición, por lo que fue posible también realizar un relevamiento fotográfico aéreo. Este relevamiento LIDAR y fotográfico aéreo se concretó el 24 de noviembre de 2016 sobre una extensión de cinco mil seiscientas hectáreas en tres horas. Este escaneo no solo incluyó a El Shincal, sino también a otras zonas de las sierras de Belén, Shincal y Zapata. Entre los principales resultados tenemos el hallazgo de nuevas construcciones en piedra de veinte a cincuenta centímetros de altura por sesenta centímetros de ancho, lo que lo convierte en un caso muy particular, diferente al de otros hallazgos en el mundo con esta técnica vinculado con medianas o grandes construcciones. A futuro, esta técnica LIDAR nos permitirá investigar otros nuevos sectores aún inexplorados, con la posibilidad de detectar vestigios de caminos, terrazas agrícolas, acueductos, depósitos de almacenamiento y estructuras residenciales y ceremoniales sin la necesidad de tener que adentrarnos a ciegas entre la tupida vegetación. Por otro lado, más allá de estos hallazgos arqueológicos, el escaneo LIDAR también permitió obtener un Modelo Digital del Terreno -MDT- extremadamente preciso. En el caso del LIDAR terrestre, se obtuvo un modelo en 3D de cuatro estructuras de El Shincal: una plataforma ceremonial ubicada en el centro de la plaza conocida como ushnu; dos unidades residenciales y la escalinata de acceso a uno de los cerros ceremoniales. Con estos datos se pueden obtener reconstrucciones 3D con gran nivel de detalle y precisión milimétrica que permiten, por un lado, almacenarlas virtualmente y, por otro, detectar cualquier futura alteración o destrucción que puedan sufrir. Además, también se puede complementar con la información obtenida con el relevamiento aéreo para generar modelos integrados más completos. Hay que destacar también que ambas mediciones LIDAR fueron apoyadas por la acción de seis dispositivos de navegación satelital -antenas GNSS- aportados por la Universidad Nacional de Catamarca y la Universidad Nacional de La Plata. Esto se hizo con la intención de que al momento de integrar los datos tomados desde el aire con los obtenidos en tierra, estuvieran bajo un mismo sistema de referencia. Durante los días de trabajo fue muy importante contar con el apoyo logístico de la Encargada del Sitio la Licenciada Paula Espósito y su equipo de trabajo, la Municipalidad de Londres, la Dirección Provincial de Antropología y la Secretaría de Estado de Cultura de Catamarca. Toda esta organización nos permitió brindar charlas a los visitantes del sitio y a todas las personas, entre ellos estudiantes de colegios de la zona, que asistieron al lugar.
Elegir la investigación
La investigación ya me gustaba desde antes de comenzar a estudiar en 1997, de algún modo ya la traía conmigo desde mi infancia. Siendo estudiante de la carrera de Antropología tuve la posibilidad, junto a otros compañeros y compañeras, de integrar la comisión organizadora del XII° Congreso Nacional de Arqueología Argentina que se realizó en nuestra facultad en La Plata el mismo año que entré a estudiar. En ese congreso conocí a grandes personajes de la arqueología nacional e internacional, entre ellos a quien luego fue mi profesor y maestro durante mi formación académica y profesional, el Doctor Rodolfo A. Raffino. Gracias a él emprendí el camino de la investigación. Fue a través de él cuando comencé a vincularme con un lugar que se convertiría en mi tercer hogar: El Shincal de Quimivil de Londres, Departamento de Belén, provincia de Catamarca.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Reinaldo Moralejo
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.