Tiene treinta y un años. Fue fundada por el doctor Guillermo Cano que era uno de los primeros en trabajar los temas ambientales. El lo abordaba más desde el tema del derecho del agua. Y también el abogado Pedro Tarak. Fue un grupo de abogados en la temática ambiental desde el derecho. Entonces toda la parte que aun sigue siendo lo medular de la Fundación, eran los temas de acceso a la información, la justicia, participación ciudadana. Se fundó en mil novecientos ochenta y cinco, digamos poco después del retorno de la democracia, entonces se hacía mucho foco en los temas de acceso a la justica, cómo participar, cómo defender tus derechos, cómo acceder a información que es pública. Se invitaba a abogados más avanzados de Latinoamérica, Europa o Estados Unidos para seminarios, se dictaban congresos para jueces, fiscales que aun hoy desconocen bastante de la temática ambiental. Y la Fundación empezó a tener más áreas específicas de trabajo por temas, viendo los más relevantes que surgían, y eso es hasta la fecha. Hay un área de participación que trata acceso y participación ciudadana; otro de biodiversidad que trabaja humedales, bosques, áreas protegidas, especies en peligro; otra de energía sobre todo proponiendo más la agenda de energías renovables y cómo lidiar con temas para los cuales hoy no hay legislación como la extracción mediante fracking y que ya está sucediendo; una para los casos de cuencas hídricas como el Riachuelo con un seguimiento del fallo que ordenó el saneamiento de la cuenca; un área de cambio climático que tomó una relevancia tal y se cruza con muchos otros temas a la vez; una profesional en economía ambiental que analiza mucho el tema del agro, retenciones, cómo impacta en el ambiente o no y hace un análisis del presupuesto de cada año para ver cuánto se destina a cuestiones ambientales o a la preservación del ambiente; está la dirección ejecutiva y un área transversal que es la de comunicación que se encarga de difundir todo lo que hacemos desde las áreas y poder llegar a un público más general, y un área chica de administración.
El gran objetivo de FARN
Promover el desarrollo sustentable a través de la política y la cuestión legal de la organización institucional de la sociedad. El poder difundir los derechos que tenemos pero también las herramientas con lo cual nos podemos defender y hacer valer. En ese sentido siempre resaltamos que hacemos política para poder llevar las cuestiones ambientales que son bien transversales a todas las agencias de gobierno y poder mantener políticas públicas de manera participada, pero somos apartidarios. Contribuir desde nuestro expertise a que se establezcan políticas públicas de largo plazo es otro de los grandes objetivos. Ahí entendemos que la sociedad civil siempre tiene mucho que aportar. Es un trabajo con muchos desafíos por delante, pero con mucho por hacer.
La estructura de la institución
Tenemos profesionales que son parte de nuestro equipo, unas doce personas, son rentados, la mayoría full time, algunos part time, y después tenemos una serie de voluntarios y pasantes que recibimos al año, en número limitado por cuestiones de espacio o de tareas, que nos ayudan en temas concretos que necesitemos en algún área de trabajo o cuando realizamos el evento más importante del año para nosotros que es presentar el Informe ambiental anual, allí también nos dan una mano.
Cómo se manejan los recursos
Somos una organización no gubernamental, independiente, apartidaria, tenemos personería jurídica y nos regimos por las disposiciones legales. Básicamente nuestros ingresos provienen de cooperación internacional ante distintos donantes a los que aplicamos con convocatorias, presentamos proyectos, propuestas, y si les gusta dan apoyo. Para obtener fondos libres tenemos un programa de socios individuales, que aportan de manera mensualizada o una vez al año a nuestro programa de socios y un programa corporativo que son empresas que deciden donar fondos para nuestro trabajo. También tenemos apoyos académicos que no son apoyos financieros pero sí que aportan a nuestro trabajo, y siempre son empresas que cumplen con nuestro criterio, por ejemplo no aceptamos empresas extractivas. Además que después hacemos una revisión que no tengan denuncias de emplear chicos para trabajar o cuestiones discriminatorias, trabajos en negro, un análisis de quién vienen los fondos.
Se pueden proveer servicios a terceros como fuente de ingresos
Sí, podemos hacer el dictado de cursos, o damos cursos on line por los que entregamos becas pero también se fija un precio que hay que abonar y eso en tanto una asociación a sus fines sociales se puede obtener esa clase de recursos. También asesoramiento legal, lo damos de manera gratuita a gente que no tiene recursos financieros para recurrir a un abogado para resolver un problema ambiental. Para eso tenemos una clínica jurídica de Derecho ambiental junto con la Facultad de Derecho de la UBA que son estudiantes avanzados de derecho que en último año de su carrera tienen que hacer una práctica profesional y si les gusta el Derecho ambiental vienen a hacer esta clínica que está conducida por dos abogados con experiencia y prestan un servicio a la comunidad. Pero también servicios de asesoría o trabajos concretos.
La estructura de cada área
A fin de poder estar todos comunicados tenemos una reunión por semana de equipo. Comparada con otras ambientales de Argentina, nuestra ONG es chica, entonces cada tema es llevado por un profesional y en casos con un asistente, un docente de la clínica jurídica y el de comunicación. En el resto de los casos son unipersonales por área.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Ana Di Pangracio
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