Por REDACCION
CANTÓN, China, 8 (Reuters). - Xi Jinping, presidente de China, le dio a Emmanuel Macron, su colega francés, una bienvenida inusualmente lujosa en una visita de Estado, que algunos analistas ven como una señal de la creciente ofensiva de Pekín para atraer a aliados clave dentro de la Unión Europea para contrarrestar a Estados Unidos.
Los dos líderes visitaron juntos el sur de China, donde Macron tenía previsto tomar un té chino con Xi en una antigua residencia de su padre en la ciudad de Cantón, capital de la potencia económica y manufacturera de la provincia de Guangdong.
Tales incursiones de Xi con líderes visitantes son poco frecuentes. Los diplomáticos dicen que subraya la importancia que Pekín concede a esta relación con un miembro clave de la UE en su búsqueda de apoyo contra lo que el mandatario de China calificó de "contención, cerco y supresión total" por parte de Estados Unidos.
"Todas las ofensivas chinas en política exterior tienen como telón de fondo la relación entre Estados Unidos y China, así que trabajar con cualquier país, especialmente con potencias medianas o grandes, como Francia, es algo que intentarán hacer para contrarrestar a Estados Unidos", afirmó Zhao Suisheng, profesor de estudios sobre China y política exterior en la Universidad de Denver.
Noah Barkin, analista del Rhodium Group, dijo que "el principal objetivo de China es impedir que Europa se alineara más estrechamente con Estados Unidos. En este sentido, Macron es quizá el socio más importante de Pekín en Europa".
Macron viajó a China con Úrsula von der Leyen, la jefa de la Comisión Europea, para ejercer una presión a China sobre la guerra con Ucrania, pero no consiguieron arrancar a Xi ningún cambio de postura público.
Von der Leyen, que calificó a China de "represiva" en un discurso crítico antes de su viaje, se mostró a veces desamparada en Pekín, con un saludo discreto en el aeropuerto y sin ser invitada a algunos actos de Estado con Xi y Macron.
El diario chino Global Times, respaldado por el Estado, afirmó en un editorial el jueves: "Está claro para todos que ser un vasallo estratégico de Washington es un callejón sin salida. Hacer de la relación China-Francia un puente para la cooperación China- Europa es beneficioso para ambas partes y para el mundo".
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