Por Redacción
Los cancilleres de la
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay notificaron ayer a Venezuela
su suspensión como miembro del Mercosur por "incumplimiento" de
las obligaciones asumidas en el Protocolo de Adhesión al bloque
regional, mientras que el Gobierno de Nicolás Maduro desconoció
la medida y la calificó como "un golpe de Estado".
Un comunicado de la Cancillería argentina informó que la
ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez,
fue notificada por sus pares de la región sobre "el cese del
ejercicio de los derechos inherentes a la condición de Estado
Parte del Mercosur", por lo que ya no tendrá voto en el bloque
regional.
Según indicó la nota suscrita por los cancilleres de la
Argentina, Susana Malcorra; Brasil, José Serra; Paraguay, Eladio
Loizaga; y Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, la decisión está vinculada
al vencimiento del último plazo acordado en septiembre para que
Venezuela cumpliera con sus obligaciones de adhesión al Mercosur,
esto es la aprobación de resoluciones para adecuarse a las normas
comerciales y políticas del bloque.
Los cancilleres recordaron que se había establecido que "el 1
de diciembre de 2016 se analizaría nuevamente el estado de
cumplimiento de las obligaciones asumidas" por Venezuela "y que la
persistencia del incumplimiento, a partir de esa fecha, importaría
el cese del ejercicio de los derechos inherentes a su condición"
de miembro.
"En el día de ayer (por el jueves) se analizó el estado de
cumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela,
constatándose el estado de incumplimiento", afirmó el comunicado
de prensa.
Allí también destacaron que "Venezuela contó con cuatro años
para incorporar la normativa vigente del Mercosur y se le otorgó
un plazo adicional para honrar sus obligaciones que finalizó el 1
de diciembre de 2016".
La suspensión regirá "hasta que los Estados Partes signatarios
del Tratado de Asunción convengan con ese país las condiciones
para restablecer el ejercicio de sus derechos como Estado Parte".
Por su parte, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez,
afirmó: "Venezuela no ha sido notificada conforme a las normas de
Mercosur y por lo tanto no podemos darnos por notificados de lo
que se pretende hacer, que no es más que un golpe de Estado en el
seno del Mercosur, estarían haciendo el Mercosur ilegal".
En una conferencia de prensa, Rodríguez aseguró que su país
seguirá siendo Estado porque entiende que cuenta con el respaldo
del derecho internacional y de las reglas del Mercosur.
"Cualquier actuación a las espaldas de esta legalidad y de
este sistema es absolutamente nulo, írrito y no tiene para
nosotros ningún tipo de efecto, Venezuela anuncia que seguirá
siendo parte de Mercosur, y seguimos ejerciendo la presidencia
protémpore de este organismo subregional", desafió en
declaraciones reproducidas por la agencia AFP.
Previamente, a través de su cuenta de Twitter, la canciller
venezolana denunció que hay una "ley de la selva" que está
"destruyendo" el Mercosur y convocó "a los pueblos del Mercosur a
no dejarse arrebatar sus mecanismos de integración, secuestrados
por burócratas intolerantes".
La suspensión se produjo al cumplirse el jueves el plazo de
tres meses que los fundadores del grupo dieron al gobierno de
Nicolás Maduro para que incorporara a su legislación una serie de
disposiciones comerciales y políticas, incluida la de respeto a
derechos humanos.
Venezuela -que ingresó al bloque en 2012- sostiene que algunos
de los compromisos de adhesión chocan con su normativa interna, si
bien el martes se dijo dispuesta a suscribir uno de los convenios
pendientes, relacionado con aranceles comunes y libre circulación
de bienes.
La oposición venezolana aseguró que la medida también ocurre
porque Maduro "desconoce" al Parlamento -bajo control de sus
adversarios-, que debía refrendar los acuerdos de adhesión.
La suspensión se avizoraba desde que los otros integrantes
bloquearon en julio el acceso del país caribeño a la presidencia
semestral del grupo, fundado en 1991: en septiembre ocuparon la
vacante de forma colegiada y plantearon el ultimátum.
En el fondo de la cuestión está el giro político dado por
Argentina en diciembre, cuando asumió Mauricio Macri, y Brasil,
donde Michel Temer sucedió en agosto a Dilma Rousseff, tras un
largo proceso de juicio político.
En medio de un duro intercambio verbal con sus socios,
Venezuela dijo el miércoles que activó un mecanismo de resolución
de controversias del bloque ante lo que llamó "agresiones" y
"hostigamiento".
Aunque los miembros del grupo no vinculan directamente la
sanción con la crisis interna, esta supone la censura más fuerte
de un ente internacional contra Venezuela en medio de la
conflictividad política y la debacle económica, agravada por la
caída de los precios del petróleo.
Maduro ha enfrentado este año una ofensiva de la oposición para
anticipar su salida del poder mediante un referendo revocatorio -cuyo proceso fue suspendido en octubre- o un anticipo de las
elecciones presidenciales previstas para 2018.
SOCIO INCOMODO
El presidente venezolano acusa en particular a Argentina,
Brasil y Paraguay de confabularse, dentro de un complot liderado
por Estados Unidos, para destruir la "revolución bolivariana" del
fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
Los tres países han denunciado violaciones de derechos humanos
por parte del gobierno de Maduro, como el encarcelamiento de
opositores, lo que a su juicio le impide ser parte del Mercosur.
Pero incluso antes de su ingreso, Venezuela ya era visto como
un socio incómodo por Paraguay, cuya suspensión en 2012 allanó el
camino para la entrada del país petrolero.
La medida contra Asunción ocurrió luego de un juicio
parlamentario que destituyó al presidente Fernando Lugo, aliado de
Chávez.
"Venezuela entra al Mercosur por una ventana, no por una puerta
(...), en el marco de una maniobra que echó a Paraguay para poder
meter a Venezuela en una forma poco decorosa", afirmó este viernes
el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la
Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
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