Por Redacción
SAINT-DENIS, 19 (AFP-NA). - Al menos dos
personas, entre ellas una mujer kamikaze, murieron y otras siete
fueron detenidas este miércoles en un suburbio de París durante un
asalto policial en busca del presunto cerebro de los atentados del
viernes, el belga Abdelhamid Abaaoud.
No se ha filtrado información alguna sobre si este yihadista de
28 años, conocido también como Abu Omar al Baljiki ("el belga") es
el muerto o uno de los detenidos.
Fueron ocho horas de terrible tensión en el centro de Saint Denis. El ruido de las explosiones y disparos era continuo y fortísimo. Una treintena de vecinos, entre ellos varios niños, fueron atendidos por ataques de pánico.
El fiscal de la República, François Molins, dijo que la operación policial efectuada en Saint Denis había sido "terriblemente violenta y difícil". Para corroborar sus palabras ofreció un dato: los 110 agentes que participaron en el asalto dispararon más de 5.000 balas, además de un número aún no determinado de granadas y proyectiles explosivos. Las personas sitiadas en la vivienda, de identidad por el momento desconocida, dispararon a su vez cientos de balas y se defendieron de forma encarnizada.
La pista de la vivienda de Saint Denis, en el tercer piso del número 8 de la calle Corbillon, surgió gracias a un soplo recibido el lunes. El fiscal no reveló de quién ni de qué ámbito procedía la información. La policía realizó comprobaciones y decidió que se trataba de una buena pista.
De hecho, esperaba encontrar al cerebro Abdelhamid Abaaoud, al que hasta ese momento se suponía en Siria. El asalto se planificó con cuidado y comenzó a las 4.27 del miércoles con una explosión en la puerta del domicilio. "La puerta estaba bien blindada y resistió", comentó el fiscal. Eso impidió sorprender al comando. El tiroteo duró casi una hora.
Cuando finalmente la policía logró penetrar en la vivienda, esta estaba parcialmente destruida. Se halló un cadáver despedazado, posiblemente, según la policía, por el estallido de un chaleco o un cinturón explosivo. Era una mujer. Se especula con la posibilidad de que fuera una prima del belga Abaaoud. Otro cadáver, de un hombre, sufría grandes mutilaciones a causa de la explosión de una granada lanzada por la policía.
Aunque el fiscal prefirió no especular, fuentes policiales citadas por medios franceses indicaron que el comando de Saint Denis, que no participó en los ataques del viernes pero estaba vinculado a sus ejecutores, podía tener previsto atentar contra el principal aeropuerto de París, el Charles de Gaulle, y contra La Défense, el gran barrio de negocios de la capital.
"Estaban listos para actuar de forma inminente", dijo el fiscal. Disponían para ello de abundante armamento. La sospecha de ataques contra el aeropuerto y el barrio financiero se basan en la información que contenía un teléfono móvil, hallado en un cubo de basura junto a la sala Bataclan y perteneciente a uno de los terroristas que se suicidaron tras la matanza en la sala de fiestas.
En 2014, Abaaoud fue en 2013 a Siria y un año después burló los
servicios de inteligencia viajando a Europa para preparar
atentados en Bélgica, que fueron desbaratados.
Gracias a comunicaciones telefónicas, a la "vigilancia" y a
"testimonios", la policía pensó que "podía hallarse en el
apartamento" de Saint Denis, al norte de París, explicó el fiscal.
La operación antiterrorista se llevó a cabo a menos de un
kilómetro del Estadio de Francia, uno de los blancos de los
ataques reivindicados por el Estado Islámico (EI), que dejaron 129
muertos y 352 heridos.
MAS BOMBARDEOS
En cinco días de investigación, los policías lograron remontar
la pista y establecer la secuencia de los ataques, "actos de
guerra planeados en Siria, organizados en Bélgica y cometidos en
Francia" con cómplices franceses, según el presidente François
Hollande.
Nueve hombres participaron en los atentados: tres kamikazes en
las inmediaciones el Estadio de Francia en Saint-Denis, otros tres
en la sala de conciertos El Bataclan y tres más que dispararon de
forma indiscriminada contra bares y restaurantes.
De los siete kamikazes, cuatro han sido identificados, todos
ellos franceses, de los cuales al menos tres combatieron en Siria.
Uno de los otros tres es un hombre que llevaba un pasaporte sirio
de autenticidad dudosa con el que entró por Grecia recientemente.
La policía busca también a Salah Abdeslam, de 26 años,
sospechoso de ser uno de los atacantes que ametrallaron el viernes
varias terrazas de cafeterías y restaurantes junto con su hermano
Brahim, quien se hizo estallar en la calle.
Basándose en un video, los investigadores creen que los dos
hermanos Abdeslam iban en un coche Seat León negro con otra
persona, que podría estar huida, al menos que se trate de uno de
los dos presuntos cómplices arrestados en Bruselas e inculpados
por "atentado terrorista".
En tanto, los aviones franceses bombardearon el martes por tercera noche
consecutiva Raqa, el bastión de la organización yihadista en el
norte de Siria, al igual que hacen los rusos en represalia por el
atentado contra un avión en el Sinaí egipcio.
En 72 horas, 33 yihadistas murieron bajo las bombas, según el
Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En París, el gobierno presentó un proyecto de ley para
prolongar tres meses el estado de emergencia, que será votado el
jueves y el viernes por el parlamento.
Desde los atentados, la
policía llevó a cabo 400 registros, detuvo a 60 personas y puso a
otras 118 bajo arresto domiciliario.
No hay que "ceder al miedo" ni caer en los estigmas, pidió
Hollande a los franceses, conmocionados por esta segunda oleada de
atentados después de los de enero contra la revista satírica
Charlie Hebdo y un supermercado judío.
La comunidad musulmana ha reaccionado. Las casi 2.500 mezquitas
del país recibirán un "texto solemne" de condena de los atentados
para que lo lean durante la oración del viernes.
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