Por REDACCION
La cárcel y el hospital se convirtieron en los cuarteles de campaña más impensados de los dos principales líderes políticos de Brasil, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y el ultraderechista Jair Bolsonaro, de cara a las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
La carrera hacia el Palacio de Planalto más incierta y radicalizada que haya vivido el gigante latinoamericano tiene ahora a un presidiario y a un convaleciente como protagonistas, dos figuras que cosechan el mayor apoyo popular, pero también los mayores índices de rechazo.
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