Por Redacción
PARIS, 7 (AFP-NA). - El socialista François Hollande fue
elegido ayer presidente de Francia, con un 52 por ciento de
los votos, frente al mandatario conservador Nicolas Sarkozy, quien
reconoció la derrota, en el primer vuelco a la izquierda de un
gran país europeo desde el comienzo de la crisis que sacude al
Viejo Continente.
Al cierre oficial de los comicios, a las 20H00 (18H00 GMT), la
victoria de Hollande fue confirmada por tres institutos de sondeo.
Según CSA, obtuvo 51,8 por ciento de los votos, según Ipsos 51,9 y
según TNS Sofres 52.
Sarkozy reconoció su derrota y afirmó que Hollande es el "nuevo
presidente" del país, asumió "toda la responsabilidad de esta
derrota" y deseó "buena suerte" a su sucesor.
La emblemática plaza de la Bastilla de París, en la que se
espera que hable Hollande, estaba desde fines de la tarde colmada
de gente de todas las edades, que agitaban banderas de Francia al
grito de "Hollande presidente", "Hemos ganado".
Hollande se convierte en el segundo presidente socialista de la
V República Francesa (fundada por el general Charles De Gaulle en
1958), después de François Mitterrand, jefe de Estado de 1981 a 1995.
Sarkozy, por su lado, pasa a engrosar la lista de víctimas
políticas de la crisis europea, en la que figuran el socialista
español José Luis Rodríguez Zapatero, el también socialista
portugués José Socrates y el laborista británico Gordon Brown, a
quienes los electores hicieron pagar en las urnas la política de
austeridad.
A ellos se suman el italiano Silvio Berlusconi (derecha) y el
socialista griego Giorgos Papandreu, forzados a dimitir bajo
presión de la Unión Europea.
Todos esos giros fueron hacia la derecha o condujeron a la
formación de gobiernos tecnócratas.
La campaña en Francia, segundo motor de la Eurozona después de
Alemania, estuvo marcada por la crisis financiera, que castiga
duramente a países como España, Grecia, Italia y Portugal, y por
cuestiones como la inmigración y la seguridad en las fronteras,
temas que provocaron recelo en algunos socios del bloque.
Hollande, de 57 años, había exhortado a sus compatriotas a
darle una amplia victoria este domingo para poder tener "toda la
capacidad y los medios para actuar".
El líder socialista había recibido el respaldo del centrista
François Bayrou, del candidato de la izquierda radical Jean-Luc
Mélenchon y de la ecologista Eva Joly (2,31).
Sarkozy, de 57 años, no fue apoyado por ninguna de las fuerzas
políticas que participaron en la primera vuelta.
En su quinquenio en el poder, ha sido un presidente de
impopularidad sin precedentes y no pudo desprenderse de su
etiqueta de "presidente de los ricos" en plena crisis económica.
Tras la primera vuelta, en la que la candidata del Frente
Nacional (FN, extrema derecha) Marine Le Pen quedó en tercer lugar
con 18 por ciento de los votos, el presidente saliente trató de
atraer a su electorado.
Sarkozy invocó el patriotismo y resaltó la necesidad de
controlar mejor las fronteras del espacio Schengen para paliar la
inmigración clandestina y afirmó que "tenemos demasiados
extranjeros en nuestro territorio".
Pese a ello, Marine Le Pen declaró la semana pasada que votaría
en blanco.
El domingo, Le Pen atribuyó a Sarkozy "la responsabilidad del
fracaso" de su campo. "Fue Nicolas Sarkozy quien participó en la
victoria de Hollande", declaró al canal TF1, denunciando a "todos
los dirigentes de la UMP que no cesaron de explicar entre las dos
vueltas que votar al socialista no estaba tan mal".
Le Pen se coloca en la perspectiva de las elecciones
legislativas de junio.
La UE aguardaba con enorme interés el resultado de estas
elecciones. Durante su mandato, Sarkozy y la canciller alemana
Angela Merkel impulsaron un severo plan de ajuste para el bloque
europeo.
Hollande sostiene que el rigor fiscal debe ir acompañado del
estímulo de la economía y anunció que desea renegociar el pacto
fiscal para incluir políticas que favorezcan el crecimiento.
En su programa se contempla aplicar más impuestos a los
ciudadanos más ricos, hacer hincapié en la creación de empleo para
los jóvenes y "unir" a los franceses en un gobierno de "justicia".
Poco antes de conocerse los resultados, uno de sus allegados,
Jean-Marc Ayrault, actual presidente de la bancada socialista de
diputados y citado a menudo como posible primer ministro del
próximo gobierno, dijo que Hollande podría comunicarse con Angela
Merkel la misma noche del domingo.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores calificó de
"acontecimiento histórico" la victoria de Hollande, en ocasión de
una corta visita a la embajada francesa en Berlín.
"Trabajaremos juntos sobre un pacto de crecimiento", dijo,
congratulándose por la cooperación entre los dos países.
El proyecto de Hollande tiene cada vez más ecos en Europa. Las
declaraciones de dirigentes europeos sobre la necesidad de
fomentar el crecimiento para superar la crisis se multiplicaron en
las últimas semanas.
Unos 45 millones de electores franceses eran convocados a las
urnas para esta elección. Entre 80 y 82 por ciento de ellos
participaron en los comicios.
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