Por REDACCION
ATENAS, 26 (AFP-NA). - El partido antiausteridad Syriza
es el vencedor de las elecciones legislativas celebradas este
domingo en Grecia aunque habrá que esperar al recuento total de
los votos para saber si ha logrado la mayoría absoluta.
"Grecia ha hecho historia", dijo el líder de Syriza, Alexis
Tsipras, ante una multitud que abarrotaba la plaza de la
Universidad de Atenas.
"El pueblo griego ha dejado atrás la desastrosa austeridad",
aseguró antes de agregar que Grecia trabajará con los acreedores
para alcanzar una "nueva solución viable" para Grecia y Europa por
su abultada deuda que supone el 175% del Producto Interno Bruto.
Por su parte, el primer ministro saliente, el conservador
Andonis Samarás, reconoció la derrota y felicitó a Tsipras por
esta victoria en una conversación telefónica.
"El pueblo griego ha hablado y respetamos su decisión", dijo
Samarás.
Con cerca del 40% de los votos escrutados, Syriza, que obtenía
35,73% de los votos, sacaba más de seis puntos a Nueva Democracia,
que se convierte en la segunda fuerza del nuevo parlamento con el
28,8%.
En total, siete partidos entrarán en el parlamento, entre ellos
el neonazi Amanecer Dorado, pero todavía no estaba claro si Syriza
logrará los 151 escaños que le darán la mayoría absoluta.
Según los resultados parciales, Amanecer Dorado se ubicaba en
tercer lugar con 6,39% de votos y 17 escaños (uno menos que en
2012), por delante del To Potami (El río), nuevo partido de centro
izquierda, que conseguía 5,77% de sufragios y 16 bancas.
"Hay un total suspenso sobre la mayoría absoluta", reconoció
Michalis Cariotoglou, responsable de Singular Logic, la compañía
informática que supervisa el proceso para el ministerio del
Interior.
Syriza podría obtener entre 149 y 151 escaños "pero tendremos
que esperar hasta completar el recuento" de los votos, dijo.
Con
la mayoría absoluta, Tsipras tendría las manos libres para llevar
a cabo su política y la legitimidad para hacer oír su voz en
Europa, según los analistas.
Los socios europeos del país, preocupados por la intención de
Syriza de renegociar la deuda y desafiar los programas de
austeridad impuestos por Bruselas, siguieron de muy cerca estos
comicios legislativos.
El presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, exhortó
a Syriza a que "no haga promesas ilusorias" a sus ciudadanos.
"Mis esperanzas no son determinantes, pero espero que el nuevo
gobierno griego no haga promesas ilusorias que el país no puede
permitirse", dijo Weidmann a la cadena de televisión pública ARD.
Este lunes se reúnen los ministros de Economía de la Eurozona
en Bruselas para abordar el programa de ayuda financiera, del que
se beneficia Atenas, y servirá para enviar los primeros signos de
una eventual voluntad de diálogo.
NADA QUE PERDER
Los griegos han castigado al gobierno de Samarás, quien tuvo
que aplicar las reformas impuestas por los acreedores de Grecia -la UE y Fondo Monetario Internacional (FMI)-, a cambio de
240.000 millones de euros prestados al país desde 2010.
Pero la crisis y las reformas pasaron factura con un
empobrecimiento de la población, en particular de la clase media y
un desempleo del 25%.
En los últimos cinco años, el PIB griego ha
perdido un cuarto de su valor.
Pese al miedo que trató de infundir Samarás, asegurando que una
victoria de Syriza transformaría a Grecia en Venezuela o en Corea
del Norte, la población no se ha dejado amilanar.
En un colegio electoral del Pireo, Vaia Katsarou, una abogada
de 49 años, resumía el sentimiento general: "Es un riesgo, pero
los pobres no tienen nada que perder".
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