"Una canción para siempre", obra de teatro dirigida por Gustavo Mondino, llega luego de su éxito con "Nombrarte recuerdo", llevada a cabo en 2019.
El escenario de La Máscara se llena una vez más de actuaciones distinguidas y de un público que disfruta atentamente desde el principio, para no perderse nada de esta historia.
Un grupo de amigos, interpretados por Esequiel Caluva, Leandro Frana, Bruno Galloni, Mariano Perassi, Fernando Saccone y Manu Zimmermann, que comparte anécdotas desde la secundaria, se reencuentra después de un tiempo de no verse todos juntos, en un mismo lugar. El problema llega cuando se dan cuenta de que ese bache fue más grande de lo que pensaban, y de que las malas noticias pueden poner a prueba su amistad.
Quizás, es esta mala noticia la que los reúne y los hace poner sobre la mesa lo que tenían pendiente, hasta lo doloroso, lo incómodo de decir y de escuchar. Sin embargo, las risas no faltan cuando se esbozan los recuerdos en común, aquello que vuelve a la memoria después de tantos años, lo que les permitió ser, por un tiempo, una banda de música.
Escenarios locales reflejan una época; un show en el Anfiteatro, el clásico viaje a Bariloche, y ellos, jóvenes, queriéndose comer el mundo. Ya para ese entonces, el grupo se vio atravesado por un accidente que los frenó por completo. Los fanáticos se quedaron a esperar el regreso de la banda que nunca más volvió a ser.
El logro de esta obra es, principalmente, que no da golpes bajos. Todo se enreda de manera amable, por momentos tenso, con peleas y llantos incontenibles, pero siempre con la intención de conmover y de mostrar la realidad de un grupo de varones como muchos: duros, fuertes, irrompibles. De esta puesta en jaque también surgen las revelaciones (varias), las cosas que 'no se cuentan', los secretos bien guardados.
La realidad es que muchos grupos de varones suelen tener las mismas características: la no apertura, el no discutir sobre temas amorosos o personales, no compartir sentimientos profundos, no diálogo sobre problemas, solo risas, vivir el momento y nada más. Esta obra, con la visión evidente de Gustavo Mondino, corre a los varones de ese estereotipo, forzándolos, de alguna manera, a escucharse, a contarse las penas, las angustias, las recaídas, las rupturas amorosas, los amoríos y las disputas familiares. Lo que parece difícil, al principio, se va desanudando con el correr de esa noche única, que quedará para siempre en el corazón de todos, así como esa canción.
Otro de los logros importantes de esta obra es insertar dentro de ese grupo a una persona de afuera, un conocido, pero no amigo. Interpretado por Manuel Zimmermann, con una destreza que ya este medio supo valorar en otras obras como "Hermanas tejedoras", este 'amigo no amigo' no puede disfrazar nada. Dice la verdad, está dispuesto a defender sus convicciones y deja al descubierto los temores más grandes de los demás, lo que no dicen o no quieren decir, lo que ocultan. Su personaje devela el paso del tiempo, las ausencias y la falta de empatía, por momentos, muy visible.
Por supuesto, la música, creada por Alejandro Del Bono, es la protagonista también de esta obra. El talento se enfrenta a la vida, a sus golpes, pero intenta, en su papel, ser unión y encuentro, el recuerdo de los buenos tiempos.
Gustavo Mondino dijo para LA OPINIÓN que hubo un año y medio de trabajo junto con este grupo. Eso se nota perfecto en la química, en la destreza de la escena, en la interpretación.
Para quienes estén tentados de verla, quedan aún cuatro funciones por delante, el viernes 1, sábado 2 y viernes 8 de noviembre a las 21:30. El domingo 10, a las 20:30. Las entradas tienen un valor de $ 6500 para la general, $ 6000 jubilados y estudiantes y $ 5000 para asociados. La boletería está habilitada de lunes a viernes de 17 a 20 y una hora antes de cada función en el Centro Cultural La Máscara, Constitución 250, TE: 503222 (llamando o vía WhatsApp).