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Información General Sábado 29 de Julio de 2023

Ser Titán una manera de volver a la niñez

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ARCHIVO TITANES EN EL RING//
ARCHIVO TITANES EN EL RING//
ARCHIVO TITANES EN EL RING// Crédito: SUEÑO COMPARTIDO// Paulina con su hijo Kennedy actual Súper Pibe. Foto 1 de 6
Crédito: ELENCO HISTÓRICO// Martín preside con su escultura y acompañan Billy, Paulina, Pepino, las Momias y Caballero Rojo. Foto 2 de 6
Crédito: TROUPE 2023: Billy y Paulina rodeados de personajes tradicionales y nuevos. Foto 3 de 6
Crédito: VIGENCIA//Tan presentes como cuando nacieron con Martín Karadagian. Foto 4 de 6
ARCHIVO RAÚL VIGINI//
ARCHIVO RAÚL VIGINI// Crédito: INOLVIDABLES//Rostros de siempre en la memoria colectiva. Foto 5 de 6
ARCHIVO RAÚL VIGINI//
ARCHIVO RAÚL VIGINI// Crédito: TRADICIÓN//Ring de entrenamiento en el subsuelo del Centro Armenio presidido por el eterno Martín. Foto 6 de 6
REDACCION

Por REDACCION


Por Raúl Vigini
Había que estar a tiempo frente al televisor para ver desde la tanda publicitaria previa. Una cita obligada de nuestra infancia y adolescencia a la hora de la merienda. La voz del relator era inolvidable, insuperable, increíble. Nos motivaba, nos incluía, nos ilustraba. Todo ese paisaje mágico inesperado superaba cualquier expectativa. Aunque haya sido en blanco y negro. Y cada día de un nuevo capítulo de luchas conocíamos nuevos personajes. Porque el inventor de este espectáculo tenía tantos principios irrenunciables que era riguroso en cada detalle. El luchador recibía el nombre que iba a llevar al ring pero también dónde debía ir a abrevar para conocer lo máximo posible de su representación porque ya había sido elegido por sus condiciones físicas para asumirlo dignamente y debía ilustrarse.
Un sábado -tal vez de invierno- llegaron a la ciudad y allí estuvimos con los amigos del barrio. Lo más cerca del cuadrilátero posible, y sentados con la ansiedad de la circunstancia que generó cada vez más adrenalina cuando a nuestro lateral comenzaron a desfilar con paso firme cada uno de los titanes que venían del vestuario rumbo a la pelea. Y fueron todos, el Gitano, el Mercenario, el Coreano, Benito, Tufic, el Cavernario, Ararat, José Luis, el Ancho, Pepino, Caballero Rojo, la Momia… para cerrar las filas con la presencia atractiva del campeón mundial Martín Karadagian.
Jornada inolvidable para quienes vivimos de la manera más intensa la vida de esos elegidos. Pasaron las décadas, la hija de Martín que había viajado con su madre en los destinos que llevaba a la troupe por el país, se había entusiasmado para volver a organizar el proyecto que se vio interrumpido con la partida de su padre.
Estaba siempre atento Billy Jim, tal vez el último joven que se incorporó al equipo de los años de 70 y 80. Paulina lo convocó y juntos iniciaron una empresa difícil pero posible con muchos altibajos pero que dio sus frutos en permitir que se pudiese conformar un nuevo elenco de jóvenes que retomaran algunos personajes emblemáticos pergeñados por Martín, y la mayoría nuevos, acordes a los tiempos de la tecnología vigente y el presente como lo son Enigma 17, Kodran, Bull Avak, Markus Turm, Duran Durante, Gevorg, Lupe Monterrey, Da King, Vlad y Krystalia, Roxy Rox, Nikka Bikov, Tanya Kotz, entre otros.
La novedad fue que la mujer tiene su espacio y son varias las audaces que se suben a enfrentarse con otras o acompañando a su líder. Podríamos hablar de Titánides, como se las identificaba en la mitología griega que les dio identidad a todos estos seres extraordinarios en la historia universal.
No faltan los árbitros de ambos sexos justos y de los otros. Y tampoco el hombre de la barra de hielo que aunque seguimos sin saber de qué se trata, los niños lo esperan y reciben para tocar ese objeto frío como una suerte de amuleto de la buena suerte.
La agradable sorpresa fue la incorporación del nuevo Súper Pibe, esta vez a cargo de uno de los nietos de Martín, adolescentes que aunque no pudieron conocerlo, sí se sintieron atraídos y comprometidos con el entretenimiento y el escenario del catch a partir de la vida desde su niñez.
Mientras conversamos con Billy Jim, apreciábamos el entrenamiento en el ring del gimnasio instalado en el subsuelo del Centro Armenio del porteño barrio de Palermo. Lugar además que ofrece sus instalaciones imponentes para que se concrete cada jornada de luchas y la posibilidad de tener público presente en la platea colmada y las cámaras que registran cada movimiento para darle forma al programa de televisión dominguero. Momento en el que pudimos conocer acerca de la vida de este luchador que hoy es quien dirige al grupo del nuevo Titanes indicando, observando, sugiriendo, enseñando cada movimiento con sumo cuidado para evitar lesiones y lograr los efectos más sorpresivos para el público.
De esa tarde en el gimnasio en el subsuelo del Centro Armenio nos quedan las palabras del luchador que hoy comparte la producción con Paulina Karadagian: “Mi primer entrenamiento fue el 3 de mayo de 1972, tenía 15 años. Lo conozco a Martín en 1972 cuando entré y me llevó el Ancho Peucelle, cuando lo vi a Karadagian era un gigante, una cosa impresionante, verlo sentado con el metro sesenta pero para mí medía tres metros y medio. Ahí me hizo la prueba, entrené y luché. Suplanté a un amigo que fue el primer Súper Pibe, después a muchos otros luchadores. Empecé mi vida a rodar en troupe hasta que llegó el personaje que me identificó y fue Billy Jim. Este año cumplí 51 años de lucha. La relación con Martín era extraordinaria, pensemos que yo era un pibe de 15 años que iba y venía con él, en el colectivo preguntaba ‘¿Está el pibe?’. Yo levantaba la mano y le decía ‘Acá estoy’. ‘Bueno, vamos…’. Luché en toda la Argentina, digo siempre que cuando conocí a Martín y entré a Titanes entré a Disney, y hasta el día de hoy lo estoy”.
Reencuentro con Paulina y la vuelta del proyecto
“A Paulina la conozco desde que nació, hace 15 años empezamos a tener una idea, un sueño, hasta el día de hoy que estamos en América Sports en el canal 115 de Flow los domingos a las 18 con repetición a las 22. El pasado de Titanes en el ring fue un sueño, ser luchador de adolescente. Hay muchos que ya no están. Me acuerdo mucho, mucho de Martín. Los martes teníamos la charla técnica cómo había sido el espectáculo anterior, y él nos recalcaba siempre que cuando nos pedían una foto éramos nosotros los que teníamos que decir gracias, porque gracias a que ellos miraban Titanes, que compraban las cosas y que iban a los shows, Titanes existía. Nos inculcaba terriblemente y lo seguimos llevando con Paulina hoy. Cuando terminan las luchas, están todos los luchadores abajo, y todos agradecen a los que se sacan una foto.
Todo está espectacular, va creciendo, nos seguimos manteniendo con personajes tradicionales como La momia blanca y La momia negra, Pepino, Caballero Rojo. Súper Pibe es Kennedy, uno de los nietos de Karadagian. Khaled también anda muy bien en la lucha y es el otro hijo de Paulina que va a salir en cualquier momento.
El futuro es como todo, hermoso porque Titanes tiene una magia especial y va creciendo. Y los luchadores que nosotros tenemos que son profesionales de calidad internacional se comen la pantalla, rinden una barbaridad. Y ahí estamos juntos y estamos soñando. Entrenamos 3 veces por semana y Paulina es el alma mater de esto. Los chicos luchadores nos preguntan cómo era Martín que falleció hace más de 30 años y hace 61 años que salió Titanes por primera vez. Les debo a los Karadagian desde hace 50 años. Luché hasta 2010 y después entrenando a la gente no arriba del ring. Actualmente soy el director técnico. Paulina me pone en un lugar privilegiado que espero merecer. Continuaremos en esto. Con ella somos familia y ahí está el secreto.”
Todo está en marcha. La felicidad de Paulina y Billy supera ampliamente los infortunios de esta última década. Porque pudieron poner en pie a Titanes en el ring. Y presentarlos en la señal televisiva con posibilidad de poderlos apreciar por la conexión virtual de you tube. Grupo de luchadores románticos que están preparados y dispuestos a visitar los lugares más diversos del país para seguir llevando asombro, sonrisas y alegría para toda la familia. Esos mismos atletas que el día que los visitamos, sin conocernos, vinieron uno a uno, amablemente a estrecharnos su mano, como bienvenida, gesto que nos emocionó y confirma que la escuela de Martin Karadagian está viva.











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