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Información General Sábado 8 de Octubre de 2022

Dos volcanes famosos

Existen dos volcanes que son famosos por su poder destructivo, ambos con una historia de catástrofes y un futuro impredecible y a la vez temible.

REDACCION

Por REDACCION

Por Ing. Hugo N. Bruno*

EL VESUBIO DE ITALIA

Situado frente a la bahía de Nápoles y a unos nueve kilómetros de distancia de la ciudad de Nápoles, el Vesubio registró el 24 de octubre del año 79 (d. C.) una de las erupciones volcánicas más famosas y mortíferas de la historia de Europa.
Esta catástrofe alcanzó a las ciudades de Pompeya, Herculano y Estabia, que totalizaban en esa época entre 16000 y 20000 habitantes.
Los restos de unas 1500 personas fueron encontrados entre Pompeya y Herculano, pero el total de fallecidos que dejó la erupción se desconoce.
Tras aquel episodio, el volcán ha entrado en erupción en numerosas ocasiones. Está considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo, y por su potencial poder de fuego ya que en sus alrededores viven unos tres millones de personas, y varias de sus erupciones han sido violentas. Además, es el único volcán situado en la parte continental de Europa que ha sufrido una erupción en el siglo XX.
La última erupción del Vesubio tuvo lugar en 1944, destruyendo buena parte de la ciudad de San Sebastiano.

EL IRACUNDO KRAKATOA DE INDONESIA
En el año 535 d.C. ocurrió una violenta erupción del Krakatoa, uno de los eventos volcánicos más grandes y significativos del primer milenio de la era cristiana, ya que el polvo volcánico actuó como interceptor de la luz solar. Historiadores mencionan que durante un período de veinte años (535-555), el sol era muy débil y alumbraba sólo cuatro horas por día, de modo que comenzó con un significativo oscurecimiento y una repentina e importante disminución de la temperatura global.
El enfriamiento global del clima y el caos consiguiente trajo aparejadas inundaciones, sequías, pérdidas totales de cosechas, plagas, hambrunas, migraciones, guerras y cambios políticos masivos.
Por dichos motivos se conoce a este período como “la edad oscura” para describir tan catastrófica situación, puesto que la humanidad fue golpeada súbitamente por uno de los más grandes desastres naturales que se registran.

La erupción de 1883 (a 1348 años de 535 d.C.). El 24 de agosto comenzaron las primeras erupciones, entrando en su fase de máxima actividad el día 26 de ese mismo mes. Los observadores pudieron ver una nube negra de ceniza de una altura de varios kilómetros. En este punto, la erupción era prácticamente continua y las explosiones podían oírse con intervalos de unos diez minutos. Desde barcos que se encontraban a más de 20 kilómetros de distancia del volcán, se informó la caída de bolas de lava de tamaño importante. Un pequeño tsunami golpeó las orillas de Java y Sumatra a unos 40 kilómetros de distancia.
El 27 de agosto, el volcán entró en la catastrófica etapa final de su erupción. Cuatro enormes explosiones ocurrieron con un intervalo de aproximadamente una hora entre cada una. La peor y más ruidosa fue la última, ya que, como consecuencia del derrumbamiento de la caldera magmática, el volcán colapsó sobre sí mismo dejando su figura invertida sobre el perfil marítimo.
Se calcula que erogó una energía de unos 350 megatones, es decir 10000 veces más poderosa que la bomba atómica de Hiroshima. La explosión fue percibida por un 10 % del globo terráqueo, viajando hasta Australia y hasta la isla de Madagascar. Se cree que su estruendo fue el sonido más alto registrado en la historia, alcanzando niveles de hasta 180 decibeles, a una distancia de 160 kilómetros. El ser humano tolera hasta 120 decibeles sin que se dañe el oído.
Cada una de las cuatro grandes explosiones estuvo acompañada de flujos piroclásticos masivos que entraron al mar, generando tsunamis de hasta 40 metros de altura. Cabe aclarar que se denomina flujo piroclástico, a una mezcla de gases volcánicos, cenizas y rocas calientes, que se mueve a nivel del suelo o del mar, incluso sobrepasando obstáculos a su paso. La velocidad de dichos flujos calientes suele llegar en ocasiones hasta los 200 km/h, por lo que resultan ser letales. Tan es así que destruyeron 160 aldeas a lo largo de la costa, con un total de 36400 personas muertas.

Anal Krakatoa (hijo de Krakatoa). Hemos mencionado oportunamente que, como consecuencia del derrumbamiento de la caldera magmática, el volcán colapsó sobre sí mismo dejando su figura invertida sobre el perfil marítimo.
Solo 44 años después, en 1927, se produjeron nuevas erupciones volcánicas en el fondo del mar, donde comenzó a emerger una nueva isla conocida por los lugareños como Anak Krakatau, la que en 1973 ya alcanzaba una altura de 190 metros.
Actualmente posee una altura de unos 300 m, presentando forma cónica, con un cráter lateral que confiere una apariencia exótica al entorno. Sigue creciendo a razón de unos cinco metros por año. En junio de 2018 volvió a presentar actividad y en diciembre de 2018 erupcionó nuevamente.
¿Estará preparando para una gran erupción como su predecesor? Nadie lo sabe, pero todos temen… 

* Hugo N. Bruno es Ingeniero, habiendo sido Profesor Consulto de la UTN. En la actualidad se dedica a escribir sobre temas de divulgación.


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