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Información General Viernes 25 de Junio de 2021

"Depormes", pionera en su estilo

En agosto de 1984 apareció el primer número de una revista deportiva mensual que se entregaba con LA OPINION. Se publicó con periodicidad hasta mediados de 1987 y dejó una huella en el periodismo local y regional.

Agrandar imagen ARCHIVO PRIVADO EDP CORCHO x BETO. Oscar Favre en la visión de Beto. Tapa de la Revista Depormes-LA OPINION (Número 19-Marzo 1986). LA VIDA ILUSTRADA//  AQUÍ, LA LEGIÓN. Un clásico de las historietas de la Editorial Columba.
ARCHIVO PRIVADO EDP CORCHO x BETO. Oscar Favre en la visión de Beto. Tapa de la Revista Depormes-LA OPINION (Número 19-Marzo 1986). LA VIDA ILUSTRADA// AQUÍ, LA LEGIÓN. Un clásico de las historietas de la Editorial Columba.
REDACCION

Por REDACCION


Por Edgardo Peretti

El 30 de marzo de 1984 Marvin Hagler noqueaba a “Martillo” Roldán en las Vegas. En el primer round el cordobés lo había tirado a “Maravilla”, pero en el octavo el morocho terminó el pleito cuando el árbitro Tony Pérez se apiadó del argentino. Hoy, ya no están ni Hagler ni Roldán; apenas, la vejez del árbitro cuenta la historia.
Ese mismo viernes, en el estadio Monumental de Atlético comenzaba el torneo local con uno de los favoritos: Argentino Quilmes y uno del pelotón: Ferro. Ganó el “Bichito” y esa noche se estrenaron los árbitros de AFA con Carlos Ramón Coradina. Hoy, pocos se acuerdan de ello, aunque quedemos varios.
El lunes siguiente, 2 de abril, aparecía por primera vez el Suplemento Deportivo de LA OPINION, encabezado por el Jefe de Deportes Víctor Hugo Fux y con una entrega de ocho páginas en tamaño tabloide, junto al diario que por entonces era vespertino. No sé si muchos se acuerdan de aquello.
Eran tiempos de mucha actividad deportiva y el periodismo lo cubría todo con apenas dos medios gráficos (Castellanos y nuestro Diario), LT28 Radio Rafaela y el incipiente Canal 2.
Como consecuencia de ello, VHF propuso a quienes dirigían la empresa la edición de un mensuario deportivo que permita avanzar en algunos temas con una profundidad y extensión que no podían tener cabida –por razones de espacio- en la edición diaria de lunes a sábado (el diario aún no se editaba los domingos).
Así nació “Depormes”.
Con Víctor Hugo a la cabeza y un equipo importante de periodistas y colaboradores, a los que se sumaban Jorge Buffelli, Sergio Caccia y Héctor Silvestre como reporteros gráficos y la infatigable labor de Ricardo Gambaudo (otro símbolo del Diario) en la producción publicitaria, comenzó la aventura.
La revista se imprimía en papel diario, con un tamaño de 18x25 centímetros, en 32 páginas, blanco y negro, con una contratapa publicitaria que tenía a Long Automotores como acompañante fiel.
Como decíamos, el primer número salió en el mes de agosto de 1984 y en la tapa, además del logotipo (del cual no se recuerda al autor) la foto de tres árbitros de AFA que venían a ser parte del torneo de primera de la Liga Rafaelina de Fútbol. Se trataba de Luis Quiroz, Jorge Vigliano (padre del actual internacional soplapitos Mauro) y Héctor Gelay.
La toma gráfica fue frente al Hotel “Santa Fe” y completaba la portada con un primer plano del futbolista Carlos Pandolfi, un ejemplo de deportista y gran persona.
En la edición de Setiembre aparecía el arquero de Sportivo Juan Carlos Piccard, con hombre con gran trayectoria en Racing, Newells, Unión, Colón, etc. También se inauguraba una sesión denominada “La foto del mes”, que en ese Número II tenía una gran volada de Néstor “Gaby” Miretti en la cancha de Ben Hur defendiendo la valla de su querido Unión de Sunchales (foto de Jorge Buffelli).
Quiso el destino que a los pocos días el arquero falleciese en un accidente de tránsito en la ruta 34 cuando volvía a su hogar. Joven abogado, militante peronista, gran pibe y mejor arquero, tenía un gran futuro por delante, pero nadie puede contra la desgracia.
En el número siguiente (con el Beto Rigoni en tapa) le rendimos su homenaje: “…nunca puede quedar vacío un lugar por donde pasó alguien que alcanzó grandeza sin dejar de ser humilde”, decíamos.

Un poco de tapas
En el único archivo privado que se conserva sólo se aprecian los dos primeros años de la revista, espacio durante el cual pasaron por su portada (que ya era un clásico) personajes tales como Venancio Caravario (“El ñandú de Lehmann”, atleta) y Gustavo Garetto (Tenista), el equipo de Sportivo Norte (Campeón liguista 1984 y 85), Waltter Palmieri (aeromodelista mundialista que todavía le debe una crónica de un campeonato al recordado Roberto Actis), Abelardo Salerni (Presidente de la Asociación Rafaelina de Básquet), Al Unser (se cumplían 15 años de las 300 Indy), Ramón “Toro” Valiente (ídolo de Sportivo) y Ricardo Marino (Capitán de Atlético y gran tipo que ataja en otra dimensión desde hace rato, en esa cancha donde van los que hacen méritos de este lado).
También anduvieron por esas tapas personajes como Abel Gnecco (Arbitro internacional), José Menno (Técnico de boxeo), Jorge Bullrich (relator de Radio Rivadavia, Jorge Ternengo (gloria de los “fierros”), Luis “Repollo” Fernández, Leo Cavallero, Joseph Washington (primer americano que jugó al básquet en Atlético y en la ARB), Humberto Dellacasa (h), Hugo Zaffetti, René Zanatta, Domingo Gallardo, el básquet de Atlético, Néstor “Tito” Giovannini, Oscar “Corcho” Favre, Irineo López, “Queirolo” (mago de la cuerina), Rafael “Chita” Benítez, Guillermo Kissling, Gabriel Maletto y Rogelio Mitri (el midget no podía faltar), y varios más.

Estrellas invitadas
Entre los varios que aportaron en su momento su calidad profesional no podemos dejar de mencionar al artista Beto Formento (nos dejó un dibujo de “Corcho” Favre que fue tapa – Nº 19 Marzo 1986) y del gran periodista Carlos Marcelo Thiery, un maestro de vuelo alto y nivel internacional que nos enseñó mucho. (Agradecido, Negro!)

Final con poca gloria, ¿o no?

Para 1987 la Revista se discontinuó y fue perdiendo frecuencia, aunque no vigencia, pero de eso ya ni siquiera se acuerdan los archivos. El tiempo suele hacer de las suyas, y esto no fue la excepción.
A los que fueron parte siempre les queda el recuerdo, la nostalgia y ese orgullo de haber hecho algo nuevo, una obra cuasi artesanal donde se dejaba el alma.
De eso no hay arrepentimiento. Doy fe.

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