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Información General Sábado 15 de Mayo de 2021

Campos Elíseos del futuro: de avenida del lujo a gran arteria verde de París

Un comité integrado por las principales marcas de lujo de la avenida que une el Arco del Triunfo con la Plaza de la Concordia de París, encargó en el 2018 un proyecto de renovación radical, con prioridad para los viandantes, al arquitecto y urbanista Philippe Chiambaretta (PCA-Stream), presentado en el Petit Palais en 2020.

Agrandar imagen PROYECTO CHIAMBARETTA. Contempla ampliar la estrecha separación de la avenida, con el Arco de Triunfo de fondo la idea de un paseo verde.
PROYECTO CHIAMBARETTA. Contempla ampliar la estrecha separación de la avenida, con el Arco de Triunfo de fondo la idea de un paseo verde.
Esteban Soldano

Por Esteban Soldano

La célebre avenida de los Campos Elíseos, el m2 más caro de Francia y la ostentación de marcas universales, así como los cien mil paseantes diarios, donde apenas un 5 por ciento de parisinos la frecuentan. Con el ánimo de remediarlo, una asociación sin fines de lucro, las grandes marcas y un urbanista sugieren pintarla verde, el color ecológicamente correcto.

La avenida cuenta con un comité, sin fines de lucro, pero que aglutina lucrativas firmas: Louis Vuitton, Nike, Apple, Tiffany & Co, el Grand Palais, Drugstore (y las cocinas del tres estrellas Eric Frechon y de los sucesores de Joël Robuchon), la versión lujo de las Galeries Lafayette, Deutsche Bank, Fouquet’s, Rotary Club, Théâtre du Rond-Point, la Brioche Dorée… Es decir, los célebres vecinos.

Lo cierto es que la transformación no se llevará a cabo hasta el 2024, cuando supuestamente París reciba los Juegos Olímpicos, tampoco se sabe cómo soplarán las tendencias dentro de algunos años. Porque como siempre sucede, en ese consenso de más biodiversidad empieza a colarse una duda.

Los franceses, la llaman la avenida más hermosa del mundo y remachan: y la más célebre, pero una encuesta del 2019 revelaba que un 39% de parisinos tenía mala imagen de la avenida. Las causas: “muy turística”, “ruidosa”, “estresante” y “artificial.”

Pero por encima de las subjetividades, la avenida es una marca internacional de París, una meca del shopping, con esas colas ya legendarias delante de Louis Vuitton, las disputadas mesas de la terraza de Fouquet’s, la brasserie (tradicionalmente, bar o restaurante que elabora cerveza).

Cuartel general del cine francés durante tres décadas, Fouquet’s dio su nombre a un hotel de lujo contiguo y la cocina la supervisa hoy el tres estrellas Pierre Gagnaire. Pero, A.C. (antes de covid), continuaba allí el ritual de la cena de la gente de cine tras la ceremonia de los César, el Goya francés.

Esta elite de millonarios se cruzan con paisanos menos ricos que, para fardar, disponen, en una calle transversal, de los coches deportivos más aparatosos del mercado. Los alquilan para dar la vuelta a la manzana . En el número 25 el delirante palacete que subsiste y es visitable, aunque hoy aloje el muy respetable club The Travellers. De leyenda, su bañera de oro con tres grifos: agua caliente, fría y champán.

Aquí es donde en 1944 una multitud saludó al mariscal Pétain, el militar que colaboró con los alemanes, y, un par de semanas más tarde, otra y la misma ovacionó al general de Gaulle, oficialmente liberador de París, aunque en realidad, quienes echaron a los alemanes fueron los españoles republicanos de la división acorazada del general Leclerc, la legendaria Nueve, y jóvenes de la resistencia, cuyos caídos son eternamente recordados por placas callejeras siempre floreadas.

También el fútbol congregó multitudes allí. con los dos Campeonatos del Mundo ganados por Francia, especialmente con el de 1998. El mundo entero vio en 1998 aquella avenida invadida por multitudes eufóricas.

Un estudio del 2017 estableció que “incluso las 15 hectáreas de jardines, accesibles, son unas cuarenta veces menos frecuentadas que el parque Monceau, a un km de distancia”.

El covid clausuró espectáculos proseguían desde 1818, las funciones al aire libre del Théâtre Guignol (títeres) du Rond-Point, en la esquina de las avenidas Matignon y Gabriel, desde 1979 propiedad de José Luis González, exiliado español.

Tras haber sido durante mucho tiempo sinónimo de progreso, los Campos Elíseos se han ido transformando en el símbolo del desorden de las metrópolis contemporáneas, caracterizado por el tráfico automóvil y sus perjuicios, el pavimento excesivo, el número creciente de turistas y la sensación de pérdida de identidad local”.

El proyecto de renovación lo encausa al arquitecto y urbanista Philippe Chiambaretta (PCA-Stream), quien comenzó su exitosa carrera profesional dirigiendo el estudio del encumbrado arquitecto Ricardo Bofill. Un año más tarde el proyecto fue divulgado en el Petit Palais, otro vecino, antes de mudarse a los alrededores de la Opera Bastilla, en 2020, para ser expuesto durante tres meses en el Pavillon de l’Arsenal, donde todo lo que se relaciona con la historia o el futuro de la ciudad merece una puesta en espacio.

Esa constatación le llevó a concebir la muestra como una llamada de ayuda a los ciudadanos para encantar nuevamente los Campos Elíseos y presentarlos como el modelo de una ciudad sostenible; deseable incluso. Para que sea sostenible hay que reducir a la mitad la huella de carbono de aquí al 2030 y restaurar ecosistemas naturales. Y para volverla deseable, es necesario reducir las molestias y relanzar la idea de un paseo bucólico.

En francés hay una palabra, flâner, que significa pasear despreocupadamente y sin embargo con la curiosidad alerta. Callejear, deambular. Es expresión antigua y parecía haber regresado con el discurso ecologista. Problema universal: la ciudad verde tiene más patines eléctricos, bicicletas y aceras reservadas a los peatones.

En cualquier caso, en ese contexto más o menos verde se inscribe la exposición de 2020, pensada como una recreación de la avenida posible en 2030. Es decir, mañana. Una exposición interactiva, con petición expresa a los visitantes de no marcharse del Pavillon sin aportar su propia idea de cómo debe actualizarse aquel lugar de la ciudad.


FOTO 1: El proyecto de Chiambaretta contempla ampliar la estrecha separación de la avenida con el Arco de Triunfo de fondo la idea de un paseo verde.


FOTO 2: El proyecto incluye convertir las terrazas de los edificios de las grandes marcas en miradores de excepción.

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