Ubicado en calles Laprida y Mendoza de la ciudad de Rosario, sigue siendo, aún hoy, el teatro más importante de la ciudad y uno de los más importantes del mundo, no sólo por su acústica perfecta sino también por sus dimensiones y la calidad arquitectónica de su construcción.
La obra se inició hacia 1888 cuando la Sociedad Anónima “Teatro La Opera” mediante un concurso de anteproyectos le otorga la construcción a los Ingenieros y arquitectos Cremona y Contri. La idea fue tener en Rosario una gran casa teatral para poner en escenario las grandes óperas del mundo que se desarrollaban en otros teatros.
La construcción del edificio se inicia pero al llegar al primer piso por crisis económica de la empresa es abandonada. La Sociedad Anónima del Teatro la Opera va a la quiebra y el inmueble es comprado por Emilio O. Shiffner, quien era un empresario que ya pertenecía a la sociedad anónima del teatro la Ópera. Shiffner decide culminar la obra del teatro siguiendo el proyecto original de Cremona y Contri pero contrata a un ingeniero acústico alemán, George Goldammer para diseñar y realizar la acústica del teatro. La ejecución de la obra la lleva adelante Bianchi, Vila y Cía.
En 1904 se inaugura el teatro con el nombre de “La Ópera”.
En 1943, otra vez en quiebra, el teatro es comprado por la Asociación Cultural “el Círculo”, ya que estaba abandonado y en vías de demolición. Desde ese momento siguió en funcionamiento hasta el día de hoy como Teatro “El Círculo”, propiedad de la Asociación Cultural “El Círculo”.
El antecedente para el diseño de este teatro, fue el Teatro Reggio de Parma, construido en 1619 en la ciudad de Parma, Italia. Sintetiza los teatros construidos en el pasado con el fin de representar el “dramma per música”.
El diseño arquitectónico de la obra está dado por una caja perforada con puertas y ventanas, perfectamente simétrica. Es en el eje de simetría perpendicular a calle Laprida, sobre el que se ubica la sucesión de espacios hall, foyer, sala y escenario. El lugar de la sala es exactamente igual al del hall. Entran 1500 personas sentadas en las butacas y 1500 personas en el hall de entrada del edificio.
La sala tiene forma de herradura favoreciendo la cercanía del público con el escenario, el cual se encuentra bajo un arco. El telón es una réplica del Sipario realizada por el escenógrafo italiano Battista Borghesi hecha para el teatro Reggio di Parma de 1824. Esta réplica fue pintada por Giuseppe Carmignani y representa el triunfo de la sabiduría.
El Foyer del teatro que lleva el nombre de Ciro Tonazzi está ubicado en el primer piso y tiene una capacidad reducida pero es una sala única en la que se realizan actividades que necesitan un espacio más pequeño. Su cielorraso fue pintado por Salvador Zaino, un pintor genovés que se instaló en la ciudad en 1889. Representa un mundo infinito poblado de ninfas y seres mitológicos.
También hay dos salas más situadas en la planta baja, una es la Sala Vila Ortiz, usada habitualmente para ciclos de poesía o actividades literarias, con capacidad para 80 personas y la otra es la Dr. Juan Trillas destinada a exposiciones de artes visuales o plásticas.
Este teatro ha sobrevivido a largas y reiteradas crisis económicas, pero a la fecha sobrevive en perfectas condiciones y es muy requerido por figuras internacionales ya que, tanto por su arquitectura y calidad acústica es un teatro muy renombrado, considerado uno de los mejores del mundo.