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Hábitat Lunes 9 de Abril de 2018

Cómo influye la arquitectura en la política

La estructura de las cámaras de legisladores responde a algo más que a patrones estéticos. Por un lado, la forma de la sala guarda relación con el sistema político del país y por otro, la forma de discutir, incluso la carga temperamental de los debates, cambia en función de cómo se hayan dibujado las bancadas.

Agrandar imagen Parlamento brasilero
Parlamento brasilero Crédito: Ideado por el arquitecto Oscar Niemeyer
CAPSF

Por CAPSF

El diseño arquitectónico de los parlamentos influye en la política. La estructura de las cámaras de legisladores de los ciudadanos responde a algo más que a patrones estéticos. Por un lado, la forma de la sala guarda relación con el sistema político del país, los regímenes autoritarios y los democráticos poseen diseños diferentes, y por otro, la forma de discutir, incluso la carga temperamental que eriza los debates, cambia en función de cómo se hayan dibujado las bancadas.


El estudio de arquitectura de Ámsterdam XML ha editado un libro en el que se recopilan y analizan los salones de plenos de los 198 países de las Naciones Unidas. La investigación de la que nace Parliament Book arrancó en 2010. «La arquitectura también moldea la cultura política, las diferencias entre los actores se organizan en el espacio, de forma que en la Cámara de los Comunes la atmósfera será totalmente diferente a la del parlamento de Países Bajos», explican los responsables de editar este libro.


El ejercicio comparativo arroja conclusiones que, en parte, expurgan algunos sentimentalismos nacionales. Cada país, por inclinación patriótica, atribuye a su templo de la democracia valores identitarios e históricos propios. Sin embargo, más allá de la apariencia externa, todos los salones de los 198 se incluyen en una de las cinco ‘plantillas’ de parlamentos existentes. (ver gráfico)


Estas plantillas, son una forma de clase de escuela que es típica de los sistemas no democráticos: todos miran al que habla y manda. Es el tipo de parlamento de la antigua URSS o de China. En el caso de Brasil, «se organizó así por una elección del arquitecto Oscar Niemeyer, cuya simpatía por el comunismo brilló a través de ese diseño», indican desde XLM.

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Diagrama de parlamentos existentes

Cada estilo de sala de reuniones posee una historia y unas implicaciones. El diseño semicircular es el más común de Europa. Remite a la arquitectura de la antigüedad que, a través del neoclasicismo, dominaba en los tiempos de la Revolución Francesa, cuando se creó la Asamblea Nacional. «En Europa, este diseño fue adoptado por las naciones que se crearon durante el siglo XIX, curiosamente las instituciones de la Unión Europea también lo adoptaron, haciéndose eco de los ideales que sustentaron estas naciones». Esta evocación de lo clásico buscaba envolver de dignidad los nuevos regímenes. Además, su reparto de asientos contrarrestan los «signos visuales del poder».


El modelo británico, el de bancadas opuestas, asegura sesiones agitadas. Lo llaman modelo agonal y se compone de asientos que se oponen frontalmente. La división política se expresa también en la división física. A efectos de observación, no hay dudas de las posiciones ideológicas de cada cual.

 

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En el Parlamento Británico los legisladores comparten la banca y no tienen lugar donde apoyar los papeles


La silueta de herradura mezcla los dos tipos anteriores. Los escaños enfrentados se unen por un semicírculo. Así se configuran los parlamentos de algunos países que vivían bajo el paraguas del imperio británico: Australia, Canadá y Sudáfrica. En tanto, el círculo, apenas lo poseen nueve parlamentos del mundo. «El círculo fue reintroducido como representación de la igualdad democrática». Corrió a cargo del arquitecto alemán Günter Behnisch, que compuso así la asamblea de la Alemania Federal.


La sociedad de las nuevas tecnologías de la información y de las redes sociales ha introducido cambios clarísimos en el concepto de democracia y en la manera en que los ciudadanos deciden participar e implicarse. Sin embargo, los edificios encargados de representar a la sociedad permanecen inmutables. «Es necesario repensar nuestros modelos de decisión colectiva, pero esto parece increíblemente difícil. La arquitectura puede ser una de las herramientas para experimentar en ese sentido», proponen.


Los autores de Parlamient Book abogan por adaptar estas construcciones a una sociedad cada vez más líquida y lanzan la idea de las cámaras nómadas, que discurran de ciudad en ciudad, que quiebren el concepto de acaparamiento del poder que hemos heredado de los sistemas de hace dos siglos. Serían cámaras que se encontrarían a medio camino entre el espacio físico y el virtual. A pesar de lo superfluo que pueda parecer a primera vista, la arquitectura es un ingrediente del cambio social.

Arquitectura del edificio del congreso argentino

El Congreso de la Nación es obra del arquitecto italiano Vittorio Meano, y tiene clara influencia italiana. El proyecto fue realizado en 1895, y recién en 1898 se comenzó la obra, que se inauguró oficialmente en 1906.
El caso particular de esta cúpula, cubierta de chapas de bronce, y terminada en forma de aguja, fue motivo de preocupación ya que esos elementos ejercían (y ejercen) un peso de muchas toneladas. Esto dio lugar a un trabajo previo de consolidación del terreno y además se construyó una bóveda invertida de bloques de granito, para neutralizar el empuje que produce la mampostería de la cúpula.
Estas construcciones encarecieron al doble su valor.

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