Por REDACCION
La Argentina recuperará este año un saldo positivo en su balanza comercial no tanto por méritos del sector exportador sino principalmente por la caída de las importaciones, resultado de la crisis económica que deriva en una caída del consumo. De todos modos, no deja de ser una brisa de aire fresco para un país que necesita dólares como el oxígeno y que dispone de escasas ventanillas a la hora de pedir crédito a tal punto que el FMI se ha transformado en el único financista. De acuerdo a estimaciones de la consultora Ecolatina, el superávit comercial de 2019 rondará USD 12.500 millones.
De acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en 2010, las compras en el exterior alcanzaron a US$ 56.443 millones, mientras que las ventas aumentaron 23%, a US$ 68.500 millones.
Así se repetirán performances de años no tan lejanos. En 2011, el valor total de las exportaciones (FOB) fue de 82,981 millones de dólares mientras que el de las importaciones (CIF) fue de 73,961 millones, con un superávit de la balanza comercial de 9 mil millones. Ese año, se exportaron 3.696 productos a 182 países en tanto que se importaron 4.196 productos desde 161 países. Un dato histórico
En el 2012, el valor total de las exportaciones argentinas (FOB) alcanzó los 79,982 millones y el de las importaciones (CIF) de 67,974 millones, es decir con un saldo favorable muy similar al que se registraría en 2019 de confirmarse las proyecciones de Ecolatina.
Precisamente, en el reporte de la consultora divulgado esta semana consigna que en el mes de julio de 2019, nuestro país registró un superávit comercial de bienes de USD 950 millones, más que revirtiendo el déficit de casi USD 800 millones mostrado en julio del año pasado. De esta manera, se alcanzó casi un año de resultados positivos, algo que no pasaba desde 2012 y da cuenta de cómo la crisis cambiaria que golpea al resto de la economía estimula al sector externo. Mejor aún, si se hubieran mantenido los precios de julio de 2018, el superávit de ese mes habría alcanzado USD 1.200 millones, por lo que se observa que la recuperación es efecto de las cantidades y no de los precios lo que permite pensar que la misma es más sólida.
Asimismo, el informe resalta el avance de las exportaciones con una suba de 8% interanual, producto de un salto de las cantidades del orden del 20% contrarrestado parcialmente por un deterioro de los precios que se ubica en torno al 10% interanual. Al igual que en los meses precedentes, el incremento estuvo liderado por el sector agropecuario, dinamizado por baja base de comparación que estableció la sequía del año pasado más la cosecha récord de este año. A contramano, los envíos de productos de origen industrial retrocedieron otra vez en el mes, consecuencia del deterioro de la demanda brasileña y un mundo que se cierra cada vez más, no permitiendo a la Argentina colocar los excedentes que genera un mercado interno deprimido.
Por el lado importador, los resultados fueron más homogéneos: caídas en casi todos los frentes, consecuencia de una demanda local que se achica en comparación al año pasado y bienes en dólares que se encarecieron en términos relativos. Tal como podía esperarse, los mayores retrocesos se observan en los bienes finales (de consumo y vehículos livianos) y los bienes de capital, acompañando al desplome de la inversión.
Con estos números, subraya Ecolatina, el acumulado a los primeros siete meses del año pasó de un rojo de USD 5.600 millones en 2018 a un superávit de USD 6.500 millones en 2019. De la misma forma que en el dato mensual, la mejora obedeció fundamentalmente al desplome del 27% de las importaciones, que pasaron de USD 41.000 millones a poco más de USD 31.000 millones, ya que las exportaciones crecieron tibiamente en un 3% en los primeros siete meses de 2019, trepando de USD 35.500 millones en 2018 a USD 36.600 millones este año.
Para lo que resta del año, la consultora estimó que seguiría esta racha positiva más allá de lo registrado en las últimas dos semanas con una nueva devaluación. Si antes de la reciente crisis cambiaria y financiera, con su correlato negativo en la actividad, estimábamos que el superávit podría rozar los dos dígitos al cierre del año, al momento descontamos que lo superará ampliamente, subraya. En este contexto, proyecta un resultado positivo cercano a USD 12.500 millones, producto fundamentalmente de la contracción importadora cercana al 20% , pero también por un avance exportador de alrededor del 8%, algo no menor en este contexto global proteccionista y donde nuestro principal socio comercial que es Brasil sigue anémico.
Y más allá del resultado electoral, el año que viene presentará rasgos parecidos a 2019 en este frente, de modo que se puede hablar de que se encadenarán dos años de superávit, algo que no sucede desde 2013-2014, concluye.
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