Por REDACCION
El tango "Cambalache", cuya letra surgió de la genial imaginación de Enrique Santos Discépolo, tiene plena vigencia.
Ese motivo, nos alentó hace apenas unos días a utilizarlo como referencia a la hora de publicar un Editorial, porque su contenido, sin duda, se adaptaba a la preocupante realidad que estamos viviendo.
Hoy, apelamos a una canción de Alejandro Lerner, que se ocupa de otro tema, pero que en este caso, está relacionado con el futuro, tan impredecible a esta altura de los hechos.
"Volver a empezar" es una de las producciones más exitosas del cantautor. La mención de solamente dos párrafos, alcanzan para describir un panorama que seguramente se convertirá en un gran desafío para una sociedad argentina que está muy golpeada por la pandemia y con una grave crisis económica, que sin duda, seguirá resintiéndose.
El anuncio de la extensión de la cuarentena hasta el próximo 7 de junio, que confirmó anoche el Presidente y que no sorprendió a nadie, porque era "un secreto a voces", vuelve a replantear muchas cosas y a reabrir interrogantes.
El avance de casos que fue realmente significativo en los últimos días, como todos esperábamos, derivó en la aplicación de restricciones y vuelta atrás en determinadas medidas.
Se volvió a insistir que lo más importante es la salud y en ese sentido, nadie puede discutir la estrategia que viene aplicando el Gobierno, pero en materia económica, habrá que "volver a empezar", como dice Alejandro.
Pasa la vida y el tiempo/ No se queda quieto/ Llegó el silencio y el frío/ Con la soledad/ Y en que lugar anidaré/ Mis sueños nuevos/ Y quién me dará una mano/ Cuando quiera despertar.
Hoy, con más de dos meses sin actividad para varios sectores, los reiterados pedidos formulados por los más angustiados, no tuvieron el eco necesario de parte de los gobernantes.
Muchos rubros, con facturación cero durante este largo tiempo, ya están al borde, o definitivamente colapsaron. ¿A quién se le puede ocurrir que con un crédito se pueda solucionar una crisis terminal para algunos comercios? Es apenas un paliativo que solo puede alcanzar para que se prolongue la agonía.
Pero al margen de los escasos o nulos ingresos, los propietarios de comercios específicos, que no fueron tenidos en cuenta por las flexibilizaciones que se establecieron por decreto, tienen que afrontar el pago de salarios e impuestos, algo resulta de imposible aplicación en esas circunstancias.
Muchos ya bajaron las persianas y otros tantos lo seguirán haciendo, porque resulta imposible trabajar a pérdida durante un tiempo prolongado, por más respaldo que pueda tener un empresario, un industrial, un comerciante o un monotributista.
Ni hablar de los trabajadores informales, que viven de las "changas" que hoy también escasean por la sensible merma que se advierte en el movimiento de todas las actividades.
Con esto no queremos plantear un escenario distinto al que estamos viviendo, incluso desde antes que se declaró esta pandemia que nos condicionó de una manera insospechada hasta solo un par de meses atrás.
Lerner dice, más adelante: Volver a empezar/ Que aún no termina juego/ Volver a empezar/ Que no se apague el fuego/ Queda mucho por andar/ Y que mañana será/ Un día nuevo bajo el sol/ Volver a empezar.
Todos deseamos que Dios ilumine a quienes tienen la responsabilidad de las grandes decisiones, como para poder disfrutar más tarde que temprano "un día nuevo bajo el sol".
¿Es una expresión de deseos? Por supuesto. También de esperanza, porque "queda mucho por andar". Será cuestión, esta vez, de tirar juntos del carro, porque hay que entenderlo de esa manera.
Algo que hoy, lamentablemente, no está ocurriendo. La tan mentada grieta, pareció superarse cuando la enfermedad llegó a nuestro país. En un primer momento se alinearon el oficialismo y la oposición, en la búsqueda de las mejores herramientas para combatir a este "enemigo invisible", como dijo Alberto Fernández en uno de sus primeros mensajes.
Pero el romance se fue desgastando y volvieron las acusaciones cruzadas. Volvieron a ocupar el centro de la escena otros temas que en este momento, están muy lejos de ser prioritarios.
La salud y la economía fueron cediendo terreno ante los embates de ambos bandos, que hoy se ocupan, con similar predisposición, de situaciones que indudablemente tendrían que dejarse para más adelante.
Hubo errores que no pueden ocultarse de la gestión de Mauricio Macri, en particular en lo económico. Los sigue habiendo en el gobierno de Alberto Fernández.
Para ser sinceros, es un común denominador que atentó en distintas épocas contra las buenas intenciones, si es que alguna vez existieron, de trabajar en beneficio de un país con riquezas naturales que cualquiera envidiaría tener y que, de manera inconcebible, pocas veces fueron bien aprovechadas.
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