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Editorial Viernes 14 de Septiembre de 2018

Una sanción sin coronita

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REDACCION

Por REDACCION

Cuando estamos al frente de la conducción de un vehículo no siempre cumplimos las reglas de tránsito, especialmente cuando la impaciencia nos gobierna y no estamos dispuestos a seguir el ritmo de otros usuarios de las calles, quizás por ansiedad o por falta de tiempo para llegar a una reunión, al trabajo, a jugar un partido de fútbol o buscar los chicos en la escuela. Aceleramos por encima de la velocidad máxima permitida, no anticipamos maniobras con luces de giro, nos adelantamos a otro auto por un lugar prohibido e incluso en ocasiones pasamos un semáforo con luz roja. 

No cumplir las normas de tránsito puede tener sus consecuencias. A veces no pasa nada, pero en otras a la imprudencia le sigue un siniestro vial, un accidente que pone en riesgo nuestra salud e incluso la vida misma. También la infracción puede, en caso de ser registrada por las autoridades de aplicación del código de tránsito, derivar en una multa. Y a nadie le gusta ser sorprendido in fraganti cuando cometemos el pecado ni tampoco "soportar" la labor del agente municipal y eventualmente del policía cuando nos solicita la documentación obligatoria para circular. Menos aún cuando nos piden la firma del acta de infracción que luego deberemos pagar, con o sin descuentos dependiendo de la gravedad de la falta cometida. 

No pocos expertos sugieren aplicar multas económicas elevadas que sean dolorosas para el bolsillo del infractor, que si no aprendió la lección (respetar las normas de tránsito que permita un sistema ordenado y seguro) por las buenas lo deberá hacer por las malas. Sin embargo, en un país que consagra frases como "hecha la ley, hecha la trampa" a veces solemos buscar salidas alternativas y forzamos al límite para esquivar la responsabilidad o al menos hacer lo más liviana posible la carga por el incumplimiento de las reglas. 

Esta semana se divulgó el caso que no es uno más puesto que involucra a Hugo Lloris, el arquero capitán de la Selección de Francia que obtuvo el campeonato Mundial de Rusia. Esta estrella del fútbol perdió su licencia de conducir en Inglaterra, donde es portero del equipo Tottenham de Londres, por manejar ebrio. El jugador fue condenado a 20 meses de suspensión de carnet de conducir y 50.000 libras, esto es 65.000 dólares o 56.200 euros, de multa por conducir bajo los efectos del alcohol.

Según la prensa inglesa, el futbolista de 31 años, que se declaró culpable, había sido detenido el 24 de agosto al volante de su Porsche gris tras un control policial en Gloucester Place, en el centro de Londres. Su tasa de alcoholemia por decilitro de aire expirado era de 80 microgramos, más del doble del límite legal en el Reino Unido, de 35 microgramos por decilitro.

La jueza Amanda Barron consideró que "se trata de una infracción muy grave", poniendo el foco en dos circunstancias agravantes: la conducción peligrosa del jugador y la presencia de un pasajero. "No solo puso en peligro su vida sino también la de su pasajero", le dijo al arquero y capitán de la selección francesa. De todas formas, la magistrada señaló que el campeón del mundo de fútbol se declaró culpable, había "pedido disculpas inmediatamente" y no había cometido previas infracciones, por lo que le redujo la multa inicial de 75.000 libras en un tercio, dejándola en 50.000 libras. Vale la pena agregar que el jugador ya se había disculpado públicamente por estos hechos ante su familia, su club, el entrenador, sus compañeros de equipo y todos los hinchas. 

La policía afirmó que Lloris, quien pasó siete horas en un calabozo esa noche antes de regresar a su casa a pie, casi chocó con automóviles que estaban estacionados en la calle y se saltó un semáforo en rojo. 

Más allá de que se trata de un jugador millonario, no hay que perder de vista que si se aplicaran multas similares en Inglaterra y en Argentina, debería pagar la friolera de 2.600.000 pesos. En otros países europeos las multas también son "dolorosas" por cuanto la sanción busca no sólo penalizar una actitud transgresora sino también disciplinar para que el infractor no vuelva a cometer la falta. 

En la Argentina todavía no se han llegado a estos niveles de sanciones porque nunca nadie sabe cuánto deberá pagar en caso de incurrir en una falta en materia de tránsito. Sería bueno que todos sepamos de memoria cuál es el costo de las multas en caso de circular a alta velocidad, pasar un semáforo en rojo, hablar por teléfono celular mientras conducimos o manejar borrachos. 

Otro dato a tener en cuenta: una abogada rosarina que fue propuesta para ocupar un cargo en el Ministerio Público de la Acusación fue recusada por una oenegé rosarina porque en abril del año pasado fue sorprendida por un control vial en el que se constató que conducía su auto estando alcoholizada. 





 

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