Túnel monumento

Por REDACCION

Hace poco, en ocasión de celebrarse el acontecimiento, LA OPINION publicó una nota de autoría de Fernando Algaba, referida a los 44 años que cumplía el pasado 13 de diciembre el túnel subfluvial "Hernandarias", que no es otro que el que une por debajo del río Paraná a las ciudades de Santa Fe y Paraná, capitales de dos provincias que desde entonces quedaron mucho más unidas.

En su momento, y así debemos recordarlo, el túnel subfluvial fue una de las obras más importantes llevadas a cabo en la Argentina en materia de ingeniería, suponiendo un tremendo esfuerzo y una inversión que excedía toda clase de razonamientos, llegándose a calificar esa joya como faraónica. La iniciativa se gestó merced a la visión de dos gobernadores, Raúl Uranga de Entre Ríos y Carlos Sylvestre Begnis de Santa Fe -sobre este último, hombre del desarrollismo, médico de profesión, en nuestra provincia y más aún en nuestra zona, se recuerdan muchísimas anécdotas del llamado "hombre de la pipa", quien brilló por ser austero, transparente y emprendedor-, que arremetieron contra todos los obstáculos hasta poder llevar adelante la iniciativa de una mega obra de características imponentes, que lo sigue siendo en la actualidad, lo que permite suponer lo que fue en aquél entonces, casi medio siglo atrás.

Hasta el momento del 44 aniversario, y de acuerdo a información oficial suministrada por la propia administración del túnel, el mismo había contado con 100 millones de usuarios, entre los que seguramente se contarán muchísimos rafaelinos, que desde 1969 a la fecha habrán hecho uso de esta gran comodidad para cruzar a la vecina provincia de Entre Ríos.

Hasta el 13 de diciembre de 1969, en que fue abierto al paso de vehículos el túnel "Hernandarias", para unir Paraná y Santa Fe había que hacer uso de lanchas y vapores, ya que en 1929 se inauguró un servicio de balsas que transportaban, además de personas, camiones, colectivos y automóviles, en tanto que simultáneamente funcionaba un servicio de lanchas de pasajeros, el que era mucho más ágil.

El 15 de junio de 1960 fue firmado el convenio entre Santa Fe y Entre Ríos para construir el túnel, debiendo enfrentar una cerrada oposición de parte del gobierno de la Nación, que finalmente y por suerte para todos los argentinos no logró prosperar. Fue así entonces que dieron comienzo las espectaculares obras, que incluso demandaban el secado del río por sectores para ir construyendo el túnel, hasta que en 1969 se produjo la inauguración.

Esta obra que es única en su tipo en Latinoamérica, constituye además de todo lo que de ella pueda decirse, un verdadero ícono del federalismo, ya que surgió de la iniciativa y del esfuerzo de dos gobiernos provinciales, que para concretarla debieron enfrentarse a la negativa del gobierno nacional, además de superar otra serie de dificultades como lo suponía una obra de tal envergadura en esa época.

Ya expresado que en 2013 se celebraron los 100 millones de usuarios, el túnel requiere de un mantenimiento muy importante en forma permanente, en tanto que diariamente circulan por el mismo unos 11.000 vehículos, siendo su récord el 19 de agosto de 2013 con el paso de 19.000 automotores. La administración del túnel, durante estos 44 años, estuvo a cargo de un Ente Interprovincial representado por Entre Ríos y Santa Fe, constituyendo un exitoso modelo de gestión que prueba que también el Estado puede ser eficiente, teniendo a su cargo un trabajo realmente importante en el control de todas las instalaciones, su mantenimiento y la constante puesta a punto que exige para dar a los usuarios un servicio ágil, cómodo y por sobre todas las cosas seguro.

El túnel subfluvial mantiene plena vigencia como garantía del corredor bioceánico del Mercosur, siendo un factor generador de gran avance en materia de las comunicaciones terrestres, pero además cuenta con una identidad muy especial en toda esta zona del litoral argentino, ya que los cientos de miles de habitantes utilizan el túnel como parte de ellos mismos, con absoluta naturalidad. 

Tal es así, que además de los usuarios, por tratarse de una obra de alta ingeniería despierta la curiosidad de los visitantes, que en cantidad de 40.000 anuales se llegan para participar de las visitas guiadas.