Recursos de la ANSeS

Por Redacción

No debe haber situación más discutida que el destino de los súper millonarios fondos que dispone la ANSeS, el organismo del cual depende la clase pasiva. Es que esa enorme caja se nutre de recursos de diversos orígenes, sean propios de las leyes previsionales como así también otros que provienen de otras áreas del Estado, mientras que de igual manera sucede con la salida de esos fondos, que tanto se utilizan para afrontar el pago de cuentas propias de la entidad, como absolutamente ajenas.

El Presupuesto de la ANSeS es realmente complejo, tanto por su propia esencia como por las modificaciones y correcciones que ha venido experimentando en las dos últimas décadas, lo cual por supuesto no ayuda a su transparencia, no conformando por lo tanto una situación muy favorable cuando allí ingresan anualmente recursos por 180.000 millones de pesos, que significan nada menos que el 40% del Presupuesto nacional. Un dato que refleja fehacientemente la trascendencia que tiene la organización que tiene a su cargo los jubilados, siendo de muchísimo mayor volumen que muchas de las provincias.

La composición de esos 180 mil millones anuales está integrada por los aportes y contribuciones de la seguridad social -que explica la mitad del total-, parte de los impuestos nacionales -ingresando Ganancias, IVA, cigarrillos y combustibles-, y finalmente el 15% de la coparticipación provincial. A este sistema se llegó en los años 90 cuando se redujeron las imposiciones patronales y se compensó con parte de impuestos nacionales, para compensar el desequilibrio de las cajas, quedando por lo tanto el porcentaje asignado de esos gravámenes como integrantes directos de seguridad social. Y aun cuando con posterioridad se fueron produciendo algunas variantes, la contribución patronal se encuentra 8 puntos por debajo del total previo a la reducción de la década del 90. Y en ese mismo momento se agregó a la ANSeS el 15% de coparticipación federal a cambio de la absorción por parte del sistema de los déficits de las cajas provinciales transferidas, de las no transferidas, de la Policía de las Fuerzas Armadas y de las pensiones no contributivas cuyos beneficiarios están distribuidos por todo el país, encontrándose en este rubro el reclamo que hace el gobierno de Santa Fe por fondos no recibidos para enjugar el déficit de su caja jubilatoria.

En este momento -según lo analiza el periodista Ismael Bermúdez- el fondo anual está en el orden de los 180 mil millones de pesos y lo componen bonos, acciones, plazos fijos y otros valores, cuya mayoría proviene del proceso de estatización de las AFJP que se había aprobado a fines de 2008.

Según se desprende del informe aludido el organismo nacional destina unos 120.000 millones de pesos para el pago de jubilaciones y pensiones, las asignaciones familiares y el seguro por desempleo, quedándole un superávit de 31.000 millones de pesos, pero como del 15% de coparticipación federal se van deduciendo una serie de aportes que no tienen fuente de financiamiento -la Asignación Universal por Hijo por ejemplo-, el superávit se reduce a 21.000 millones. Aunque claro, como el presupuesto es estimado  un nivel de muy baja inflación, cuando se aplican los índices de su alza real, entonces el superávit se amplía generosamente a unos 40.000 millones de pesos.

Claro que la ANSeS carga también con un muy pesado pasivo, producto de la litigiosidad de sus demandantes por haberes mal devengados, cuya estimación en realidad no puede realizarse, aunque se sabe que entre juicios pagados y los que se deberán ir pagando, se orillaría una suma de 150.000 millones de pesos.

La situación, vista a través de los números, es realmente compleja, más aún si consideramos que vuelva a insistirse con el pago del 82% móvil de todos los haberes, un privilegio que hoy solamente disfrutan algunos sectores, justamente aquellos que mayores haberes perciben por provenir de las áreas de la Justicia, del Poder Legislativo, de fuerzas de seguridad, o bien funcionarios gubernamentales de alto rango. 

Es que además de todo lo expuesto, con el pago actual y pendiente con jubilados, la ANSeS distrae recursos hacia otras áreas totalmente ajenas, entre las cuales se destaca el financiamiento del propio Estado, al que provee de fondos junto al Banco Central y el Banco Nación.