Por REDACCION
Un proceso de revisión y resignificación, que lejos está de terminar, atraviesa los distintos países para debatir si lo consagrado en la Constitución o en la legislación vigente en otros tiempos debe permanecer tal cual o bien precisa modificarse o directamente eliminarse.
En un contexto de sociedades dinámicas que se reconfiguran constantemente, se advierte la emergencia de nuevos grupos de intereses y minorías (pueden ser étnicas, culturales, religiosas entre otras) que primero buscan visibilizarse y después reclaman a las instituciones tradicionales como un Concejo, una Legislatura o un Congreso acceder a derechos determinados, es decir que se contemplen sus particularidades.
Los últimos años reflejan avances en esta dirección. La ley matrimonio igualitario que permite contraer enlace ante el Registro Civil a personas del mismo sexo, que rige en la Argentina desde julio de 2010, constituye una muestra de cómo los nuevos fenómenos sociales se incorporan en el marco legal de un país. Y de la mano del concepto de "empoderamiento" creció un contenedor repleto de leyes para reconocer derechos postergados en favor de la mujer.
La novedad ahora es que diputados franceses decidieron eliminar, al reunirse en comisión, la palabra "raza" del artículo 1 de la Constitución nacional a la vez que incorporaron la prohibición de la "distinción entre sexos". Si estos cambios, que cuentan con el respaldo unánime, son votados durante el examen en sesión del proyecto de revisión constitucional, el artículo modificado quedaría así: Francia "garantiza la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, sin diferencias de sexo, origen o religión" en lugar de "sin distinción de origen, raza o religión".
Al respecto, sobre la eliminación de la palabra "raza", todos los grupos parlamentarios presentaron enmiendas considerando que este término, introducido en la Constitución en 1946 para rechazar las teorías racistas después del nazismo, no tienen hoy "fundamento" alguno ya que se ha demostrado que no existen razas en la especie humana.
Al mismo tiempo, los diputados de Francia alcanzaron consensos sobre la prohibición de la "distinción entre sexos".
"Para llegar a una sociedad igualitaria, este principio de igualdad entre las mujeres y hombres ante la ley debe irradiar toda nuestra legislación", abogó la Delegación por los Derechos de las Mujeres en su enmienda adoptada.
Esta corriente de pensamiento que se manifiesta en cambios puntuales de la Carta Magna cuenta con el impulso, entre otras organizaciones, de la Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo (Licra) que consideró que la "raza" tiene connotaciones negativas. "Ha sido el fundamento de ideologías que nos han llevado al borde del abismo. Ha servido para justificar los peores crímenes, los cometidos contra la humanidad. Por ello, tiene que desaparecer de nuestro ordenamiento jurídico", opinó en una tribuna del diario "Le Monde" su presidente, Mario Stasi. De eso se tratan los procesos revisionistas de las leyes, de reconocer lo que ya fue y tratar de darle entidad a lo nuevo.
Mientras Europa soporta la crisis humanitaria por el aumento de los inmigrantes que escapan del hambre, la violencia o la guerra en mayor medida de países de Africa o Asia, el debate que crece es de qué forma se pueden integrar a esos nuevos habitantes para evitar que surjan o se consoliden actitudes racistas o xenófobas de grupos radicales. En tal sentido, las minorías corren riesgo ante la marginación o la discriminación de radicalizarse para efectuar una resistencia violenta. El terrorismo, en cierta medida, es una prueba actual en la Europa de estos días: cuando muchos jóvenes tienen problemas de integración en una sociedad se cierran en un grupo e incluso desarrollan una sensación de odio que se canalizan mediante la violencia.
Volviendo a Stasi, este dirigente francés evocó las palabras del biólogo Albert Jacquard (1925-2013), quien consideraba que el "concepto de raza" no puede aplicarse al ser humano, porque implica una peligrosa arbitrariedad. "Que los hombres sean diferentes no quiere decir que algunos sean superiores a otros", decía Jacquard. El objetivo de esta medida simbólica es "deconstruir el concepto de raza" y combatir "la lepra" que es el racismo, que ha intentado crear "jerarquías" en la propia naturaleza, agregó Stasi. La eliminación de ese vocablo "no hará desaparecer el racismo, pero pondrá un punto y final a una violencia simbólica que ha durado demasiado", consideró.
En la Argentina, algunas señales se han dado al igual que en otros países de la región. El feriado correspondiente al 12 de octubre fue renombrado como Día del Respeto a la Diversidad Cultural en el año 2010. Esta modificación se inscribió dentro del espíritu del artículo 75 de la Constitución Nacional, que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que ocupan, entre otros derechos. Otra muestra de los cambios de época y de que todo se resignifica.
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