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Editorial Viernes 24 de Julio de 2020

Propuestas de la ONU

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REDACCION

Por REDACCION

Con las infecciones del Covid-19 propagándose cada vez con más rapidez por todo el mundo y las deficientes medidas para controlar la transmisión del virus que toman algunos países, un nuevo reporte de las Naciones Unidas propuso que los países desarrollados vuelvan a balancear sus presupuestos para de este modo poder dar a los países pobres un ingreso mínimo garantizado que motive a la población permanecer en la casa.

La idea de una contención parcial o de estrategias inteligentes es precisamente hacer que las personas mantengan el distanciamiento social, reconocieron desde el organismo.

A nivel mundial, 15 millones de personas han dado positivo al coronavirus y hasta el momento hay más de 618.000 fallecidos. Claro que las cifras que se conocen a diario son preocupantes, más aún cuando se recuerda que para llegar al primer millón de contagios transcurrieron tres meses y los casos se fueron acelerando de tal manera que esa cantidad hoy se alcanza en menos de una semana.

También se consigna en el informe que la curva se está incrementando a gran velocidad y ello se debe a que está llegando a varios de los países más pobres, como India, Sudáfrica, Pakistán y Bangladesh, sin dejar de lado a una buena cantidad de naciones latinoamericanas.

Sólo en la última semana, hubo casi 900.000 nuevos casos en América, donde se registraron 22.000 muertes, sobre todo en Estados Unidos, Brasil y México, los tres países más poblados del continente.

Según el último reporte de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), el total de infecciones es de unos 7.7 millones en el continente americano y las víctimas fatales superaron las 311.000.

Desde esa misma entidad se mencionó que la pandemia hoy no está mostrando ningún indicio de disminuir en nuestra región. Una expresión alarmante, pero muy cercana a la realidad, teniendo en cuenta lo que está sucediendo en todos los países, obviamente, incluida la Argentina.

Alrededor del mundo, algunos gobiernos han presentado paquetes de estímulo económico y otros programas con la esperanza de aliviar los graves efectos que viene provocando el virus, mediante la aplicación de programas de asistencia que llegan a los más vulnerables.

Muchos se vieron beneficiados de medidas como alivios fiscales o seguro de desempleo, pero existe un amplio sector informal de la economía, que por lo tanto no está registrado en los archivos laborales.

En este momento de la pandemia es tan importante el tema socioeconómico como el aspecto de la salud, pero cualquier tipo de colaboración solamente podrá ser una herramienta efectiva si logra detenerse la propagación del virus, algo que por ahora no viene sucediendo.

El estudio que dio a conocer el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, le solicita a los gobiernos de todo el mundo que le asegure a las personas más vulnerables de su población un ingreso mínimo que esté por encima del nivel de pobreza.

Está claro que será una tarea sencilla para las economías de muchos países, que no tienen los recursos suficientes como para hacer frente a un compromiso de esa naturaleza.

En ese punto es donde todos coinciden que la emisión es un remedio pasajero, que de ninguna manera podrá terminar con la enfermedad sin dejar secuelas económicas, como la inflación, por ejemplo.

Lamentablemente, desde marzo, en esta parte del mundo, se registraron varias situaciones no deseadas como consecuencia de las emergencias sanitarias que derivaron en el cierre de empresas y comercios, con la consecuente pérdida de empleos.

La brecha entre los ricos y los pobres, a raíz de esta pandemia, se profundizó, especialmente en los países de menores recursos.

El hambre es sin duda la imagen más denigrante para un ser humano. Hoy, sin embargo, se está visualizando como algo casi natural en distintos rincones del planeta, en una clara muestra de la desigualdad social.

Por una imperiosa necesidad de los trabajadores, una buena cantidad de países latinoamericanos decidieron abrir progresivamente sus economías, asumiendo un riesgo significativo a nivel epidemiológico.

Todos los motivos enunciados reflejan la problemática realidad que se vive en una región que es considerada en la actualidad el epicentro del coronavirus.

Muchos de los pronósticos sobre la pobreza y sobre las pérdidas de trabajos e ingresos, quizá se adelantaron por la propagación acelerada e incontrolable de una pandemia que siembra temor y muerte a su paso.

El reporte de la ONU se enfoca en tres propuestas que abarcarían a unos 2.700 millones de personas en 132 países, todas de compleja aplicación en la actual realidad que se está viviendo en todo el mundo, incluso en aquellos países de mayores recursos financieros, que hoy también padecen, como cualquiera, el Covid-19.

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