Por REDACCION
Ante el momento de adversidad que transita la economía argentina que se traduce en un creciente deterioro social, aumentan los análisis sobre la situación de las familias y de los trabajadores que sufren la caída de sus ingresos. En este marco, un estudio de la consultora Kantar Worldpanel advierte que las familias con hijos de hasta 12 años gastan un 17% más que la media de los hogares cada vez que adquieren productos que componen la canasta de consumo masivo.
Mientras que en los hogares con presencia de bebés, los pañales se quedan con el mayor porcentaje del gasto (10%), en las familias seniors -amas de casa mayores a 65 años sin hijos viviendo en el hogar- los vinos se destacan al retener el 12% del gasto anual del hogar. En tanto, las bebidas juegan un rol importante en la mesa de los argentinos, debido a su alta frecuencia de compra. Las categorías como gaseosas o cervezas acompañan a las familias en sus distintas etapas, mientras que los vinos cobran relevancia a medida que el hogar se vuelve más maduro, según el estudio.
El documento de Kantar señala que la mayoría de las familias pasan por distintas etapas: desde una pareja joven sin hijos que eventualmente tiene bebés que luego crecen, se hacen grandes y se van a vivir fuera del hogar hasta las parejas de adultos mayores. Al respecto, agrega que en cada una de las etapas, la dinámica del hogar y sus necesidades va cambiando.
Con respecto a la frecuencia de compra -veces que el hogar visita algún canal- esta se acrecienta a medida que el hogar avanza en etapas. Las visitas tiene el valor más bajo -69 veces- para las familias de parejas jóvenes sin hijos hasta llegar a su valor más alto -123 veces- para las parejas de la tercera edad quienes van a los canales de compra cada tres días en promedio.
En el acumulado de enero a agosto el consumo se muestra todavía estable gracias a la buena performance de los primeros meses del año y se destaca la evolución de las familias con hijos adultos de 19 a más años.
De todos modos, habrá que esperar qué sucede con el consumo en este segundo semestre cuando los salarios de los argentinos van en caída libre. En este sentido, acumulan en 2018 una baja de hasta el 17% en términos reales, la peor desde 2002 cuando se registró una fuerte devaluación del peso por la salida de la convertibilidad. Así lo informó el Observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) tras analizar los acuerdos paritarios vigentes y aplicados entre enero y octubre de este año.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reportó en septiembre una inflación del 32,5% para los primeros nueve meses del año y del 40,5% para los últimos doce meses. No obstante, para hacer su análisis el Observatorio incluyó los aumentos salariales ya previstos para los próximos meses y la inflación estimada en el relevamiento de expectativas de mercado que hace el Banco Central.
Sobre la base de esos datos, el Observatorio indicó que los trabajadores de la alimentación han perdido hasta el momento el 17,3% de su poder adquisitivo y los del Sistema Nacional de Empleo Público, un 17,2%. A su vez, los trabajadores del transporte automotor de cargas registran una caída del salario del 15,2%; textiles, 15%; industria metalúrgica, 13,8%; construcción, 12,7%; entidades Deportivas y Civiles, 12,3%. Otros sectores como el de la sanidad observan pérdidas de salarios del 11,3%; comercio, del 10,1%; aunque hay escenarios peores, como el de los trabajadores de prensa escrita en Capital Federal (Utpba), que registran una caída real de 21,8 puntos porcentuales sólo en 2018.
Si la comparación se realiza con el cuarto trimestre de 2015, los mayores retrocesos son en la industria textil y en la administración pública nacional, con caídas del 25% en términos reales, mientras que comercio y sanidad vuelven a registrar las menores caídas, en torno al 13%.
Aquí también se destaca la evolución de algunas actividades como transporte automotor de cargas (camioneros) e industria metalúrgica (UOM), que registran caídas acumuladas en tres años cercanas al 20%.
En todos los casos, de no mediar una reapertura generalizada de las negociaciones salariales, el retroceso de los ingresos de los trabajadores durante el 2018 será el más importante desde la crisis de 2002, señala el informe de este Observatorio de la CTA.
En la misma dirección, la consultora ABECB señaló que la Argentina redujo a la mitad su costo laboral respecto de otros países de la región tras la fuerte devaluación de este año, y escaló diez puestos respecto de 2017 en el Ranking de Costo Laboral Unitario Global de Manufacturas (CLU). Se ubica 15 entre 25 países representativos, producto de la depreciación del peso que mejoró la competitividad cambiaria.
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