Por REDACCION
Como cada año a esta altura, la discusión paritaria entre los gobiernos y los gremios de los maestros no está exenta de un alto grado de conflictividad en el que desaparecen las reglas de cortesía y los buenos modales le ceden el centro de la escena a una pirotecnia verbal que obliga a taparle los oídos a los alumnos. Ya es tradición que el debate no resida únicamente en cuánto debe aumentar el salario de un docente sino otras variables que hacen al desarrollo de la enseñanza en nuestras escuelas, como el presentismo / ausentismo y, fundamentalmente, la calidad educativa.
Hoy es 5 de marzo, día elegido por el Consejo Federal de Educación para que comience el ciclo lectivo 2018 en la Argentina, aunque apenas cuatro provincias han logrado un acuerdo en torno a las negociaciones paritarias. El resto de los distritos, como Santa Fe o Buenos aires, poco avanzaron en el diálogo.
Amsafe dispuso por amplia mayoría de sus afiliados santafesinos no dar clases ni hoy ni mañana ni el jueves, a la vez que anticipó que el plan de lucha se extendería la semana próxima en caso de no recibir una nueva oferta salarial por parte del Gobierno santafesino. Esta realidad se repite en casi toda la geografía nacional.
En este marco, el presidente Mauricio Macri volvió a la carga sobre la calidad educativa al inaugurar el 136º período de sesiones ordinarias en el Congreso, el jueves pasado. En este sentido, pidió a diputados y senadores que aprueben una ley que permita difundir los resultados de las evaluaciones de cada escuela, al considerar que "la única manera de mejorar es partir de la verdad" y reclamó no acordarse "de la educación sólo en las paritarias". Según el jefe de Estado, en la actualidad "está prohibido difundir los resultados de las evaluaciones por escuela" lo cual consideró que "no tiene sentido" por lo que insistió en avanzar "para cambiar esta norma".
En medio de la tensión con los gremios docentes en todo el país por las negociaciones paritarias, Macri se refirió a los resultados de las pruebas Aprender, que por ley no pueden ser difundidos escuela por escuela. "Hace casi un año presenté los resultados de la evaluación Aprender. Les aseguro que fue una de las estadísticas que más me afectó compartir. Porque nos mostró que no estamos preparando a nuestros hijos para el mundo que van a vivir", se lamentó el Presidente poniendo, en cierta forma, la responsabilidad sobre los hombros de los maestros. Al respecto, sostuvo que "con la evaluación Aprender se pudo identificar qué escuelas tienen más dificultades y a cuáles les va mejor".
Con un tono más positivo, expresó que "gracias a esta información, con el programa Escuelas Faro, estamos acompañando a 3.000 colegios que tuvieron los resultados más bajos inspirándonos en las prácticas de las escuelas con resultados más altos". De todos modos, admitió que "la calidad en la educación la tenemos que asumir juntos, los padres no podemos desentendernos, no podemos dejar a los maestros solos y para poder involucrarnos tenemos que poder saber cómo le está yendo a cada escuela".
Tras reiterar su pedido por una ley, Macri afirmó que no hay que tenerle "miedo a la verdad, a lo que hay que temer es a la mentira, el ocultamiento, que ya nos demostró el daño que nos puede hacer, hay que temer a que los chicos no terminen el colegio". Y en una suerte de mea culpa general reconoció que "no podemos acordarnos de la educación sólo en el momento de las paritarias".
Sobre esta cuestión, tener en cuenta la perspectiva que ofreció el filósofo y decano de Humanidades y Educación en el Tecnológico de Monterrey, México y doctor en Innovación y Tecnología, Enrique Tamés, al disertar esta semana en la Feria Internacional de Educación Superior Argentina en la Universidad Nacional de Cuyo con sede en Mendoza. El especialista aseguró que en el futuro los maestros dedicarán a enseñar sólo "una quinta parte de su tiempo" y advirtió que la innovación "tendrá lugar fuera de las universidades".
Tamés sostuvo que en las próximas décadas habrá competencias transversales y que por ello el rol docente "cambiará drásticamente", ya que al maestro "le quedará una quinta parte de su tiempo para enseñar y el resto se convertirá en un evaluador, un mentor y un puente entre el entorno y los ciudadanos".
En lo que consideró será el "futuro inmediato", el filósofo de Monterrey ejemplificó que "para contar con 50 millones de usuarios, las aerolíneas tardaron 68 años, el automóvil 62 años, los colectivos 46 años, la televisión 22 años, el cajero automático 18 años", en cambio con las tecnologías "Facebook tardó 3 años y Twitter dos años".
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.