Museo del automovilismo

Por Redacción

Rafaela es una ciudad que cuenta con una buena cantidad de museos, dedicados a diversas manifestaciones del arte y de la cultura, todos ellos con un fuerte contenido histórico, donde se resume parte de la historia de la ciudad, que en próximo mes de octubre cumplirá su 130 aniversario.

Contamos por ejemplo con los museos municipales de Bellas Artes, el Histórico y el de la Fotografía; el museo Ferroviario de la entidad de ferromodelistas locales, el de Autos Antiguos, el Museo Privado de Caza, el Museo Usina del Pueblo, y los también privados Museo Antonio Terragni, el de Jorge Mehring y el que había creado Arturo Brega. Además, se debe agregar una importante cantidad de colecciones privadas de diversos elementos, las cuales por sus características, también pueden llegar a transformase en museos con el correr del tiempo.

Ahora tenemos la posibilidad firme de contar con un nuevo museo, el cual fue largamente anhelado desde hace muchísimo tiempo: el Museo del Automovilismo. Cuyo anuncio fue efectuado recientemente, en ocasión del encuentro que sirvió para rememorar el 40 aniversario de aquella espectacular competencia automovilística "Rafaela 300 Indy" corrida en el autódromo local el 28 de febrero de 1971. 

Justamente, en ocasión tan propicia, el Club Atlético de Rafaela -que es sinónimo del automovilismo deportivo en la ciudad- anunció la decisión de crear el Museo del Automovilismo, para lo cual será levantado un edificio en el predio frente a la sede de la entidad, donde actualmente se encuentran las canchas de tenis.

Se pretende de esta manera, hacer realidad un proyecto que nació varias décadas anteriores, sostenida en el rico pasado automovilístico de la institución local, que tuvo sus orígenes allá por 1919 cuando la organización de su primera competencia, y que se afianzó del todo en 1926 al realizar la primera edición de las "500 Millas Argentinas", que ganó Raúl Riganti, prolongándose su disputa inspirada en Indianápolis por muchos años, escribiéndose de tal manera un historial que forma parte, precisamente, de la historia grande no sólo de Rafaela, sino del automovilismo nacional y del mundo.

Con seguridad, ese referido 28 de febrero de hace cuatro décadas, fue el momento cumbre alcanzado por Atlético de Rafaela, ya que consiguió hacer realidad el sueño con el cual habían comenzado las "500 Millas" mirando a su simil en Indianápolis. Ahora, lo que se pretende es también transformar en una creación el siempre anhelado Museo del Automovilismo, con un anuncio que va más allá del mero formalismo, sino que está sostenido por el entusiasmo y la voluntad de los actuales directivos de la institución, con la mirada puesta en el pasado, como homenaje a quienes durante tanto tiempo hicieron grande a la historia atletiquense.

Muchas veces se habló sobre esta posibilidad del Museo del Automovilismo, que sin dudas la prolífica historia que respalda a Rafaela lo justifica, pero nunca se estuvo ante la inminencia de cristalizarlo como esta vez. Hay pasos firmes y concretos, el compromiso está tomado y seguramente habrá de transformarse en realidad, esperando entonces los anuncios que en tal sentido se vayan formulando para que el compromiso asumido vaya efectivizándose.

El recuerdo de muchísimas personas, dirigentes, colaboradores y aportantes de todos los niveles, como así también de esa importante historia automovilística de Rafaela, que se fue enhebrando a través de los años, seguramente estará reflejada en un Museo que pasará a formar parte trascendente de nuestro presente, albergando un material sumamente valioso, buena parte del cual ha sido preservado a la espera del momento de ser integrado a un Museo como el que ahora se piensa construir, a lo cual se irá sumando el aporte de otra muchísima gente que cuenta con elementos de valor, que tendrán allí el mejor de los destinos.

Hemos tenido en consecuencia los rafaelinos, una excelente noticia, como lo es la incorporación de un nuevo Museo al patrimonio de la ciudad, que se verá enriquecida con el mismo, sumando de tal modo no sólo un motivo de atracción para la gente que hasta aquí se llegue, sino como la manera más directa de rendir un homenaje permanente a todos aquellos pioneros del deporte automotor, que hicieron de Rafaela una verdadera cuna de forjadores.