Por REDACCION
El litio es un mineral blando, de color blanco plata, que se oxida rápidamente en aire o agua. Su densidad es la mitad de la del agua, siendo el metal y elemento sólido más ligero. Al igual que los demás metales alcalinos es univalente y muy reactivo, aunque menos que el sodio, por lo que no se encuentra libre en la naturaleza. Tiene una importante demanda por parte de la industria electrónica -celulares, tablets, notebooks, cámaras fotográficas, con destino hacia sus baterías-, pero también es utilizado por la industria farmacéutica -para los tratamientos de trastorno bipolar-, además del sector cerámico, del vidrio y de algunos determinados lubricantes.
La Argentina está dentro del mercado mundial del litio, ya que la región de la Puna, junto al sur de Bolivia y el norte de Chile conforman lo que se conoce como "triángulo del litio", ya que allí se extrae la mayor cantidad de este mineral, correspondiendo a nuestro país un 15% del total, con unas 29.000 toneladas, más precisamente en territorio de las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca.
La extracción de este mineral y su posterior comercialización, resultan un atractivo muy grande para los inversores, habida cuenta de la creciente demanda por parte de los sectores industriales ya mencionados, al punto de haberse hecho anuncios de inversiones por unos 1.000 millones de dólares por parte de canadienses, australianos y chinos, quienes de tal manera buscan sumarse a los grupos argentinos, bolivianos y chilenos que ahora explotan los yacimientos en cuestión.
Un aspecto que incentivó de manera exponencial al litio, fue el anuncio realizado poco tiempo atrás con el avance de los autos eléctricos, que sin dudas serán el futuro en todo el mundo, y no tan lejano que digamos, adquiriendo en consecuencia el litio una importancia superlativa. China aparece por el momento como uno de los más interesados por los automotores sustentados con energía eléctrica, teniendo detrás un mercado enorme, si bien por cuestiones ambientales y seguramente también económicas, este tipo de vehículos es el que se irá imponiendo en el mundo entero.
Quienes explotan este mineral en la Argentina son conscientes que la extracción debe hacerse lo más rápido posible, tanto por la alta demanda de la industria informática para las baterías de los aparatos en cuestión, como por la cercanía de los autos eléctricos, que acrecentarán de forma sustancial su uso, pero a la vez también existe la preocupación que debido a la velocidad del avance de la tecnología, pueda aparecer alguna otra manera de alimentar las baterías en reemplazo del litio, por lo cual la extracción intensiva hay que hacerla hoy, pues mañana puede comenzar a ser demasiado tarde.
Hoy en la Argentina hay unos 30 proyectos dando vueltas, pero un nivel de producción todavía muy bajo, con apenas 29.000 toneladas anuales -el valor del mineral oscila en los 11.000 dólares la tonelada-, aunque podría convertirse muy pronto en el primer productor del mundo. De esas tres decenas de iniciativas, sólo dos se encuentran en plena etapa productiva, en Jujuy y Catamarca. Salta por su parte cuenta con el proyecto de mayor envergadura, con una inversión de 300 millones de dólares, pero aún en vías de concreción.
El carbonato de litio es producido a la medida de quien lo demanda, destacándose que en 2015 el mercado mundial produjo 160.000 toneladas, mientras que en 2016 esa producción subió a 185.000 toneladas, mientras que los precios fueron evolucionando de manera muy significativa, pasando de 7.000 dólares la tonelada en 2015 a 12.000 en 2016, esperándose que este año continúe elevándose para alcanzar los 15.000 dólares la tonelada, impulsado especialmente por la demanda china.
Otro dato a tener en cuenta, y que en buena medida avala la excelente perspectiva argentina en el mercado del litio, es que cerca de los salares de donde es extraído el mineral se han instalado fábricas de baterías de litio, generando además la creación de empleos en regiones muy desamparadas en tal sentido.
Algunos de los escollos que aún deben superarse para terminar de acordar inversiones extranjeras para la extracción de litio, son las condiciones políticas y sociales que vienen ocurriendo en el país.
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